sábado, 9 de junio de 2007

Navarro deja al Barça al borde de la final

Epílogo genial. Acción de genio. Con empate a 78 Navarro hizo su jugada más repetida. La acción que le ha proporcionado su apodo. Una bomba cayó a 1 segundo del final en la canasta del Tau. Scola agotó el tiempo restante jugándose un triple, como Rakocevic poco antes. El tiro, precipitado y curioso (sólo había lanzado dos en el torneo), pasó lejos del aro y un Palau entregado pudo celebrar la segunda victoria de la serie de semifinales (80-78), que su equipo está a tan sólo un triunfo de ser finalista de la Liga ACB. De ganar posiblemente a la plantilla más competa de la competición.

Gran parte de los 7.200 espectadores tuvieron un mismo veredicto al final: “¡Navarro! ¡Navarro!”. Esos gritos hacían sonreír al escolta azulgrana, que restaba importancia a la canasta decisiva: “Estaba tranquilo, sabía que si fallaba nos íbamos a la prórroga. En ese contexto todo es más fácil”. Navarro desdramatizaba ese gran final, que él mismo posibilitó. Anotó los nueve últimos puntos (dos triples) de su equipo. 20 en la segunda parte y 22 en total. Su compañero Fran Vázquez, sin duda, fue su mejor complemento, con 12 puntos y 13 rebotes (10 defensivos).


Genial Fran Vázquez


Acabó el partido con un barrido a Scola y una recuperación ante Prigioni. Salvando cuatro puntos en un final apretado. Fran Vázquez redondeó así uno de sus mejores partidos con el Barça. Su inicio no pudo ser más eficaz: suyos fueron seis –sin fallo– de los ocho primeros puntos de su equipo. Su compañero Mario Kasun era el personaje antagonista. En dos minutos y 38 segundos, el pívot croata falló un tiro y cometió dos personales. Se fue al banquillo y ya no volvió a jugar. Su sustituto, Marconato, le suplió bien: anotó seis puntos y tres rebotes en la primera parte. Estaba en todo los sitios, para capturas un rebote, para palmear una canasta errada por Navarro.

Ni el escolta azulgrana ni Rakocevic, dos de las grandes estrellas de Barça y Tau, aparecieron demasiado en la primera parte. Navarro no logró anotar hasta el minuto 19, pero, al menos, repartió tres asistencias. Rakocevic, que acabó el partido con tan sólo seis puntos, sólo transformó dos tiros libres. Falló sus cuatro tiros de campo.

El gran dominador del partido entonces era Luis Scola. El pívot hispano-argentino se movía bien y anotaba casi todo (7 de 8 en tiros de dos y 16 puntos en la primera parte). Lo hacía de todas las formas: por anticipación, por colocación, con comodidad. Ivanovic no podía disimular su impotencia. No sabía ordenar cómo pararle.


Con el propio Scola y House (dos triples) de protagonistas, el Tau logró su primera ventaja considerable (8-14, minuto 6). Pero Ukic, con el primer tiro de tres de su equipo y con su clásica contra culminada de espaldas, replanteó la situación (19-18, minuto 8).

Revolución Basile

Basile revolucionó al Barça con 11 puntos en el segundo período. Es curioso que anote más triples cayéndose, reculando o con rivales a centímetros que cuando está solo. Pero es así. Anotó dos en esas condiciones (25-22, minuto 12). Ningún equipo cometía personales y las jugadas claras se alternaban. Pero era el Barça quien las aprovechaba mejor. Por su acierto y por su contundencia en defensa. Por ejemplo, no dejó que dos pérdidas absurdas se transformaran en canastas. Marconato estuvo ahí.

Hasta cuatro triples vieron los espectadores antes del descanso. Dos por ambos equipos. También aplaudieron los primeros dos puntos de Navarro. Las canastas fáciles de Scola.

Reacción de Navarro

Navarro reaccionó en el inicio del tercer cuarto. Sus cinco puntos le dieron al Barça su última ventaja en el período (48-47, minuto 22). Porque a partir de entonces fue el Tau el que llevó el tempo, con la mejor versión de Prigioni. Ese jugador creativo con una inmejorable selección de tiro. El base argentino asistió, sin mirar, a Splitter y anotó dos triples (53-60, minuto 26). Ivanovic pidió tiempo: era la máxima diferencia en contra de su equipo.

Sus consejos transformaron a su equipo: el conjunto azulgrana mejoró en defensa, con Basile incansable (pícaro en los robos, efectivo en los tiros). Con un Fran Vázquez atento donde fuera. En su propia canasta, para capturar el rebote tras un triple fallado por Erdogan y recibir la personal de un inoperante Roe. También para palmear un par de jugadas. Y, sobre todo, el pívot gallego supo frenar la gran evolución de Scola, que tuvo que pasarse varios minutos en el banquillo con tres personales. 60-62 y diez minutos por delante.

El rebote ofensivo y los triples, dos consecutivos de Navarro y Lakovic, catapultaron al Barça. Scola no conseguía demostrar por qué ha sido el MVP de la Liga. Fallaba canastas que nunca falla. Y veía cómo el Barça se obsesionaba lanzando triples que no entraban. No se notaba: el grupo de Ivanovic era superior ene l rebote ofensivo. Así minimizaba sus errores.

Quedaban poco más de siete minutos y el Barça jugaba mejor y tenía una diferencia respetable (71-65). Pero Scola y Prigioni no se rindieron. La pareja más espectacular de la ACB remontó, hasta el 74-76, hasta el 78-78. Y juntos vieron cómo Navarro se elevaba, cómo su bomba caía, inevitablemente, entre la red de la canasta.

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