viernes, 8 de junio de 2007

Victoria de manual del DKV Joventut

Ricky Rubio avanza ante la defensa de Bullock (EFE).

Exhibición. Victoria de manual, de videoteca del DKV Joventut (85-71) ante un Real Madrid desastroso en el último cuarto, en el que encajó 26 puntos y anotó tan sólo 13. El grupo de Aíto se adelanta 2-1 en las semifinales tras un triunfo liderado, de nuevo, por Rudy Fernández, autor 16 puntos y cuatro rebotes. El escolta mallorquín se retiró lesionado en una acción fortuita y es duda para el cuarto partido.

Ni el cronista penyista más optimista podía haber adelantado unas horas antes unas líneas tan contundentes y felices para su equipo. No podía imaginarse a estrellas como Smith, Bullock y Tunçeri deambulando por el Palau Olímpic de Badalona. Ni a un mermado Gaines saltando y machando. Ni a Flis, otra vez, tan hábil y efectivo. Y todo eso y más, ha visto hoy en Badalona. Como juego creativo (20 asistencias por seis del Madrid) y garra (14 recuperaciones por nueve). El único contratiempo fue la caída de Rudy, que se retiró cojeando, y no se sabe si podrá estar en el cuarto partido de la serie, el sábado en el mismo escenario.

Pitos y frases recurrentes tuvo que aguantar Álex Mumbrú en su retorno a Badalona, donde ha sido uno de los ídolos durante años. Se fue al Madrid y volvió: omitieron su pecado. Este verano repitió camiseta, la blanca, y ya nadie le perdona. El público, desde el primer instante, le descentró, le ayudó a confundirse. En su primera acción cometió falta personal sobre Archibald, que después le devolvió la infracción, cuando lanzaba un triple. Resultado: el alero catalán falló dos de los tres tiros libres. Y, lo peor para él, casi no tenía energía para lamentarse.


Sullivan, activo y titular

Por aquel entonces el jugador más activo era un secundario como Drew Sullivan, que sorprendentemente volvió a repetir titularidad. Suyos fueron seis de los primeros diez puntos del DKV Joventut, bien dirigido por Marcelinho Huertas.

El Madrid necesitaba un líder, un jugador que arengara a sus compañeros. Pudo ser Louis Bullock, pero se fue al banquillo, antes del descanso, con tres pérdidas y un triple fallado en diez minutos. Fue finalmente Felipe Reyes, que entró por Axel Hervelle, quien mejoró a su equipo en la primera parte.

El pívot cordobés no estuvo efectivo en sus tiros (2/6 en lanzamientos de dos), pero anotó cinco tiros libres, que, unidos, a una canasta de Sekulic, le dieron al Real Madrid su primera ventaja (18-19, minuto 8). El cuarto acabó con un triple de la Penya al límite de la última posesión. Algo que está convirtiendo en tradición el incansable Bennett en estos playoff (21-21, minuto 10). El conjunto local, a pesar de haber perdido hasta cinco pelotas, resistía.


Reaparición de Gaines


Gran noticia para el DKV Joventut en el segundo período: la reaparición de Charles Gaines, tras varias semanas lesionado. Aunque fue una alegría efímera: el pívot norteamericano falló una canasta fácil y volvió al banquillo. Eran instantes de igualdad máxima: hasta seis empates consecutivos, de 24 a 34. Y la gran estrella del conjunto verdinegro no había aportado ningún punto en esos parciales, ni en el partido.

Rudy Fernández no logró anotar su primera canasta hasta a falta de 2 minutos y 45 segundos del final de la primera parte. Muy bien defendido, el escolta mallorquín sólo podía hacer jugar a sus compañeros: repartió cuatro asistencias antes del descanso (38-40) y forzó, ante el delirio de los espectadores, la segunda personal de Mumbrú.

Los triples, que tanto condenaron a unos y otros en la primera parte (2 de 12 de la Penya, y 2 de 10 para el Madrid), marcaron el ritmo del tercer cuarto. El primer lanzamiento de tres de Rudy –en su quinto intento– le sirvió a la Penya para igualar su máxima ventaja hasta entonces, cuatro puntos (59-45, minuto 24). Pero tres triples de Tunçeri, Mumbrú –recuperado por muchos “¡pesetero!” que escuchara– y Bullock cambiaron el marcador (54-56, minuto 28). Fue la última ventaja del conjunto visitante. La reacción local empezó, cómo no, con un gran tiro desde más allá de 6’25 de Huertas.


La sentencia


El desenlace se resolvió rápido, en pocos segundos: canasta de habilidad de Archibald, triple de Rudy –otro al límite–, tapón del pívot escocés y lanzamiento de tres de Barton. Parcial de 12-2 (69-60, minuto 33). Joan Plaza pidió tiempo muerto para frenar la impotencia de su equipo. No lo consiguió. Ni Raül López, ni Felipe Reyes, ni mucho menos, Bullock, eran capaces de aportar grandes cosas. De sumar tanto como Rudy, que volando, y de espaldas, anotó su última canasta (76-62, minuto 36). Pero cayó mal y se fue cojeando de la pista.

El equipo no notó su ausencia. De eso se encargó Bennett: primero con una ‘bomba’ y después con una asistencia a Gaines que machacó a placer. También contribuyó, sin duda, Flis, con dos triples. Cantaba, gritaba y soñaba el público, que celebró la tercera personal de Mumbrú sobre Ricky. Antes ídolo, hoy traidor.

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