lunes, 30 de julio de 2007

Bennati, un filósofo entre pedales

Daniele Bennati celebra su victoria en los Campos Elíseos. -EFE

Llegar a París, atravesar los Campos Elíseos, el Arco del Triunfo, oler el aroma del río Senna debe ser un placer. También un alivio para un corredor que se ha pasado 21 días pedaleando, más de 91 horas contra el cronómetro, peleándose tanto con los puertos más asequibles como con los complicados, luchando con los sprinters o escondiéndose en la cola del pelotón para evitar riesgos innecesarios. Ganar el último día debe ser sensacional. Es llevarse el mejor recuerdo posible.

La última etapa es un carrusel de fugas poco claras. Imprecisas. Muchos lo intentan y casi todos son alcanzados. Los mejores no suelen escaparse: es el pacto de siempre. "No he tratado de atacar a Evans por la segunda plaza porque este es un día de fiesta", resume Leipheimer, tercero a tan sólo ocho segundos.
Es un homenaje a los supervivientes y, sobre todo, a los que ganan una clasificación. El campeón, en este caso Alberto Contador, se hace fotografías con sus compañeros, brinda con ellos con champaigne. E incluso, si tiene problemas -pinchó y tuvo que cambiar la rueda- hay un acuerdo de no agresión.

El sprint

Casi siempre se decide todo en un sprint. Casi siempre gana ese tipo de corredor que se desenvuelve a la perfección rodeado de bicis desbocadas. Es el ganador o un aspirante al maillot verde de la regularidad. Por un día pareció que no sería así. Una fuga de 10 corredores, entre los que estaban Joan Antoni Flecha e Iván Gutiérrez, quiso evitarlo. Fue un amago de novedad, ya que tan sólo llegaron a tener 45 segundos y con el trabajo del Barloworld, al que le interesaba una llegada al sprint para su líder Robbie Hunter, fueron cazados. Quedaba 1 kilómetro de Tour.

En los últimos metros el favorito, Tom Boonen, se quedó encerrado. No pudo progresar, pero al menos conservó su maillot verde. El ciclista belga sólo pudo observar cómo Daniele Bennati (Lampre), con el viento a favor, lanzaba un ataque. El definitivo. Ni Thor Hushovd ni Érik Zabel, ambos por la derecha, pudieron seguir su rueda. Ganó Bennati y se llevó el último premio. O quizás algo más: "Vencer en el Tour te convierte en un corredor importante. Mi carrera empieza ahora".

Futuro ganador del maillot verde

Daniele Bennati (Arezzo, Italia, 1980) es un futuro ganador del maillot verde del Tour. Vencedor en dos etapas -también Castelsarrasin-, ha logrado el premio a la regularidad en carreras más modestas, como la Vuelta a Suiza (2006 y 2007), la Vuelta a Alemania (2005), la Three Days of De Panne (2007) o la Vuelta Valencia de este año, donde además ganó tres etapas.

Era cuestión de tiempo que Bennati se apasionara por el ciclismo. Tanto su padre Moreno como su hermano Samuele eran fanáticos y competían en pequeñas pruebas. Su abuelo, Nino, le regaló su primera bicicleta -"¡me seguía con 84 años!"- y, en
1990, con diez años, ganó su primera carrera, un campeonato provincial en Arezzo.

Fan de Coldplay

"Para mí la bici no es tan sólo un trabajo, es un color fundamental en el cuadro de la vida. Un modo de estar en armonía, de no estresarme", explica, filosófico, Bennati. "Mientras pedaleo me gusta escuchar Coldplay, explorar el mundo, saborear la naturaleza y los sueños", añade.


Benna se declara un tipo hogareño y confiesa que uno de sus sueños por cumplir es viajar al espacio. "Pesé 4 kilos 300 gramos. Es demasiado para un recién nacido", explica, divertido, en su página web, donde también reconoce que la victoria más especial de su vida siempre será la del 1 de marzo de 2005 en la Vuelta a Toscana. Entonces ganó la etapa que pasó por su querido Arezzo, por su ciudad. Era el incentivo que necesitaba tras un año casi en blanco en el Phonak.

No hay comentarios :