domingo, 8 de julio de 2007

El hombre que batió a Armstrong en su debut

Con un gran desarrollo y un poderoso sprint acabó Fabian Cancellara (Berna, Suiza, 1981) el prólogo del Tour de Francia. Así concluyó su gran actuación el actual campeón del mundo de contrarreloj, que se convierte en el primer maillot amarillo de la ronda.

"Es especial ser líder en este ambiente, en este escenario", declaraba Cancellara, del CSC, a la televisión francesa. El suizo se había exhibido, apurando en las curvas, en las vallas, en un recorrido de 7'9 km. por el centro de Londres. Tan sólo había invertido 8 minutos y 50 segundos en atravesar el llano trazado, para especialistas como él, con reclamos como el Big Ben, Hyde Park o Tower Bridge. El alemán Andreas Klöden fue quien más se acercó a su tiempo. Se quedó a 13 segundos...

Tercer prólogo más rápido

No escatimó recursos Cancellara. Desde el primer instante, desde que bajó la rampa del inicio de la contrarreloj el suizo demostró su potencia. La necesaria para moverse la bici de un lado a otro. El ciclista del CSC rodó a 53'07 km/h, el tercer mejor registro de la historia de la prueba en el prólogo. Tan sólo el clásico Chris Bordman tiene dos marcas mejores (55'15 y 54'19).


No celebró con demasiada pasión su triunfo Cancellara. Por lo menos, no con aquella efusividad con la que festejó su primer en el Tour. El 3 de julio de 2004 logró una proeza inesperada: superó a Lance Armstrong en el prólogo de Lieja (Bélgica). Le sacó 2 segundos y 25 milésimas al ciclista estadounidense, que ya había ganado cinco rondas galas. Y más de 17 a otro campeón como Jan Ullrich. "Nadie se había fijado en mí. Nadie me conocía", rememoró el ciclista suizo. Entonces era un simple debutante, una joven promesa del Fassa Bortolo.

Campeón del mundo

Ahora, tres años después de batir a Armstrong, Fabian Cancellara se ha convertido en uno de los deportistas suizos referentes. El 21 de septiembre de 2006, en Salzburgo (Alemania), se proclamó campeón del mundo de contrarreloj -en 2005 había sido bronce en el Mundial de Madrid-. Y meses antes se había impuesto en la clásica Paris-Roubaix, algo que no lograba ningún helvético desde Henri Suter, en 1923.


La victoria en el prólogo y el maillot amarillo son un gran bálsamo para el CSC, en entredicho por la confesión de su director deportivo, Bjarne Riis, de haberse dopado. "Nos ha aportado mucho, independientemente de lo que se dice de él", explica Cancellara, que asume que el español Carlos Sastre es el líder del equipo. El suizo es muy realista, sabe sus limitaciones: "Quiero llegar con este maillot al menos hasta Francia". Para lograr ese objetivo tendrá que conservar el liderato mañana, impedir una escapada en la primera etapa (Londres-Canterbury, 203 km.) Si no hay sorpresas, el triunfo se lo jugarán los sprinters.

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