jueves, 14 de febrero de 2008

Triunfo sufrido del Barça ante Unicaja tras el cese de Ivanovic

Grimau penetra a canasta ante Haislip -EFE.


Dusko Ivanovic había dicho horas antes del partido ante Unicaja, el primero del top 16 de la Euroliga, que no podía hacer más con la plantilla que tenía. O lo que es lo mismo, que con 25 millones de presupuesto no era posible estar los mejores y que el dinero invertido había sido un despilfarro. La frase, tan desafortunada como indefendible, le exculpaba del fracaso del Barça esta temporada, eliminado a la primera en Supercopa, Lliga Catalana y Copa, y con discretos números en Europa y en Liga ACB. Es decir que para el técnico montenegrino el último culpable era el director técnico, Zoran Savic, y él venía a ser quien intentaba aprovechar una plantilla mediocre. A Joan Laporta no le quedó otro remedio que cesarlo, a pesar de que no era fuese su intención por el momento.

Así que en un Palau indignado (y con razón) y que descargaba su decepción con los habituales pañuelos hacia el palco (sin discusión) apareció Xavi Pascual, el ayudante de Ivanovic en el Barça, un técnico con experiencia en el básket catalán y con tres ascensos a EBA, LEB 2 y LEB. Poco, muy poco currículum para afrontar como primer entrenador un partido de la máxima competición continental que era fundamental para llegar a cuartos de final. Pascual, que tampoco es descartable que se convierta en un nuevo Joan Plaza, cumplió con creces. Rotó más y mejor que su antecesor, volvió a plantear una defensa zonal -la primera vez que se veía tras el fichaje de Ivanovic en verano de 2005-. Y lo más importante, ganó a Unicaja 64-62.

Casi pleno de los pívots

Habría que hacer un trabajo muy exhaustivo de hemeroteca para encontrar un partido en el que los pívots de un equipo se hayan repartido en un cuarto todas las canastas menos una. El Barça lo logró. Así que el único jugador no interior que anotó en el primer período fue Roger Grimau, que anotó un dos más uno. Ante dos buenos defensores y armarios en general como Marcus Haislip y Boniface Ndong el tiro exterior de Denis Marconato y de Fran Vázquez era una opción más que correcta. Ambos tienen un excelente tiro desde media distancia. Funcionó. También anotaron en este período tanto Mario Kasun, en su vuelta a su pista tras superar su arritmia, como Jordi Trias, que extrañamente sólo jugó 13 minutos.

Unicaja era un equipo desorganizado por Bojan Popovic, acostumbrado a ser un recambio ocasional del lesionado Carlos Cabezas. El inicio del conjunto visitante fue horrible: no anotó ni diez puntos en el primer período (17-9). Sólo reaccionó con la entrada de Davor Kus, jugador imprevisible, hábil e irregular casi en la misma proporción. En un minuto el escolta croata anotó cinco puntos que acercaron al conjunto malagueño (19-14, minuto 12). Pero no encontró apoyo en sus compañeros, ni Daniel Santiago se imponía en la pintura como otras veces ante el Barça ni Germán Gabriel representaba mayor peligro que el de algún triple aislado. Ni tan siquiera Haislip, que bien podría saltador de longitud, aportaba gran cosa. El estadounidense perdió los nervios y se ganó la antideportiva en una acción inocente sobre Lakovic (¿una vez hecha una falta hay que volverla a hacer?). El base esloveno, tras un primer cuarto horrible, en el que perdió tres pelotas y se quedó sin anotar, sumó once puntos en el segundo cuarto, incluido el único triple de su equipo en toda la primera parte. Al descanso se llegó con 40-31 y con la sensación de que Fran Vázquez intenta volver a ser el crack que fue en Málaga. En Barcelona ha demostrado esa calidad, pero demasiado poco.

La tradición

Con Ivanovic los terceros cuartos se convirtieron en un despropósito casi por norma y con Pascual, al menos hoy, no se rompió esta tradición. El Barça no pudo jugar rápido como hasta entonces y no fue decisivo a la contra salvo en alguna acción de Grimau y Vázquez. Así que Unicaja, cargando el rebote ofensivo, acumulando faltas personales y tiros libres (pese a su lamentable 13 de 22) redujo las distancias a tan sólo tres puntos (46-43, minuto 27) tras una canasta de Haislip.

Entonces, en los últimos minutos del período, apareció Alex Acker, como lo habia hecho Lakovic en el anterior. El escolta estadounidense anotó el segundo triple de su equipo (2/12 en aquellos instantes, 3 de 16 al final) y una canasta a una mano al límite (51-45, minuto 29). Parecía un jugador distinto: tenía confianza y acierto. Por un día pareció ser el aceptable recambio de Navarro que tanto publicitaron. Continuó on fire Acker, así que un par de canastas consecutivas suyas y un triple de Pepe Sánchez -muy mal en la selección de tiro con un 1/6 en tiros de campo, pero eficaz repartiendo seis asistencias- pusieron el 62-55 a falta de 5''08''.

En el tiempo restante, en medio cuarto, el conjunto azulgrana tan sólo anotaría ¡dos puntos más! Ambos desde la línea de personal. Ese pobre balance fue suficiente: a diez segundos Lakovic falló el primer tiro libre y anotó el segundo; a cinco Kus anotó el primero y con 64-62 falló a propósito el segundo. Hasta tres opciones tuvo Unicaja para forzar la prórroga. Se salvó el Barça en su primer partido sin Ivanovic, que se había autocesado con su frase, a la altura, por surrealista, de aquella que pronunció John Benjamin Toshack en Madrid:
"Hay más posibilidades de ver a un cerdo volando por encima del Bernabéu de que yo rectifique".

1 comentario :

Fujur dijo...

Ivanovic no ha sido, precisamente, un señor... me parece que es un sobervio engreído, cómo se atreve a decir que no hay equipo! Savic tiene que responder de las acusaciones, dar más la cara y, por supuesto, mejores frutos!

Jasikevicius y Messina las soluciones?? tarde cuanto menos...