lunes, 7 de abril de 2008

Triunfo pragmático del Barça ante un inconsistente ViveMenorca (74-64)

Stojic y Neal luchan por un rebote ante la mirada Marconato y Sánchez -EFE.

Repetir la gran actuación ante el Maccabi del jueves era un objetivo muy secundario. Lo dice el tópico que suelen repetir jugadores y entrenadores, incluso aficionados: en estos momentos, en la recta final de la temporada, lo importante es ganar. Y el Barça, dirigido por un excelente Pepe Sánchez, (seis puntos, nueve asistencias y ocho rebotes), se impuso 74-64 al ViveMenorca, que no tiene especialmente lejos la permanencia y que entre triples (cinco de 27) y pérdidas (20) renunció a un final ajustado. El grupo de Xavi Pascual se coloca tercero en solitario tras la derrota en Badalona del Tau y continúa a un triunfo del DKV Joventut, segundo.

Difícilmente tendrá opciones el Barça en Tel Aviv si empieza el partido si tiene un inicio tan tambaleante como ante el ViveMenorca. No le interesa alternar monólogos. En el primero el Barça, basando su juego en los jugadores de perímetro, se adelantó 7-1 tras un triple de Lakovic a los 1'59''. En el segundo, el ViveMenorca logró un parcial de 2-11 y a los 4'45'' y pasó a dominar 9-12.

Los tiros libres

La fórmula del conjunto de Ricard Casas era tan sencilla como eficaz: defensa zonal presionante 1-3-1 y 2-3, y picardía necesaria para cargar a los rivales de personales (Fran Vázquez y Gianluca Basile ya acumulaban dos en el ecuador del primer período). Desde la línea de personal el conjunto visitante anotó 10 de sus 19 puntos en este cuarto (18-19). En la estadística ese dato aún era más significativo: el conjunto balear tan sólo había lanzado seis tiros de campo, con cuatro aciertos.

Perdía el Barça con claridad el duelo por el rebote y no podía frenar ni a Chris Moss (10 puntos en la primera parte, 12 en total) ni a Stojic (nueve puntos en la primera mitad y 16 al final), que siempre hace grandes partidos ante el conjunto azulgrana. Otra cosa era Ratko Varda, cuyo físico no hace pensar que realmente sea deportista: podría encarnar cualquier papel en una película bélica. El pívot serbio estaba absolutamente perdido y sólo anotó un punto (0 de 4 en tiros de campo y 1 de 4 en tiros libres).

El contraataque

Con el contraataque, uno de sus grandes argumentos, compensó el grupo de Pascual compensó su inferioridad en el rebote. Si le dejan correr, si el rival es especialmente inconstante, el equipo no desaprovecha este recurso en el que Grimau es más que efectivo. Así que con dos contras casi consecutivas el capitán azulgrana permitió a su equipo llegar al descanso con la máxima renta hasta entonces (37-31). Hasta 12 puntos logró el Barça al contraataque en la primera parte por ninguno de su rival.

Reaccionó el ViveMenorca en el tercer período con la misma facilidad con la que se descompuso. El conjunto balear recortó la desventaja a tan sólo dos puntos (45-43 a los 25'45'') tras un dos más uno de Stojic. Entonces volvió a aparecer Grimau: primero con una penetración y después con dos triples seguidos. Realmente el propio grupo de Casas se autodestruyó: perdió ocho pelotas en este cuarto (57-46) y permitió a
Grimau y Sánchez conectar con la pareja Mario Kasun-Fran Vázquez, los dos jugadores interiores que por contrato, calidad y expectativas tienen que ser los pilares de este equipo.

Kasun y Vázquez

El pívot croata definitivamente se ha olvidado de hacer faltas sin ton ni son y se muestra seguro bajo los aros (10 puntos y dos rebotes). Vázquez, por su parte, se parece al jugador en el que se fijó Orlando Magic. Aprovecha su tiro de media distancia y machaca con frecuencia. Cuatro mates esta vez para el pívot gallego, que acabó el partido con 15 puntos.


El desenlace parecía más que claro, más si cabe cuando el ViveMenorca se empeñó en acercarse a base de triples -mención especial merecen Shirley y Guzmán (1/4), y Stojic (1/5)-. Tuvo escaso acierto el conjunto balear desde 6'25, por mucho entrase el tiro de tres de
Vrbica Stefanov a falta de 3'27'', que le ponía a tan sólo ocho puntos (67-59). Poco después Kaloyan Ivanov falló (o barrió) una canasta de su compañero Shirley y entre Grimau y Pepe Sánchez se encargaron de asegurar el triunfo. Y Vázquez, con un mate, arrancó los aplausos de un Palau que sueña con que su equipo se clasifique para la Final Four.

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