Moiso, espectacular
Los primeros contratiempos del conjunto azulgrana estaban cantados, eran totalmente lógicos: la resistencia y la velocidad (de movimientos y de decisión) del DKV Joventut y la participación de un hombre alto. Esta vez el gigantón era Jerome Moiso, que ha pasado de ser un mero parche del Real Madrid en los playoff (promedió 1'8 puntos y 2'8 rebotes en poco más de nueve minutos) a convertirse en un jugador espectacular que saca partido a su físico para machacar y desgastar física y mentalmente a sus rivales. Es otro mérito de Aíto, especialista en recuperar (o despertar) las mejores virtudes de jugadores medio desconocidos o infravalorados en sus equipos. El primero en comprobar el salto cualitativo de Moiso fue Ilyasova, que quizás recordando su gran mate a una mano en el partido de vuelta en el Palau saltó pronto para colgarse del aro. El ala-pívot turco sólo vio cómo las manos de su rival barrían la pelota. Ilyasova recibió dos tapones en un minuto y se descargó con la colchoneta de protección. Más centrado, en la jugada siguiente anotó un triple precisamente ante Moiso (2-5 a los 2'03''). Era la primera ventaja del Barça, que con un par de acciones sensacionales de Gianluca Basile y otra canasta de Lakovic logró una mayor renta de la primera parte (9-12 a los 4'45'').
A partir de entonces, y hasta el descanso, el DKV Joventut se recreó. Convirtió el partido en un acto de auto-homenaje: buscó la estética y la plasticidad y pareció olvidarse de la efectividad y el pragmatismo. No se olvidó de la contundencia, que es algo implícito al juego de Moiso. El pívot francés fue el referente anotador en cuanto Rudy se fue al banquillo medio lesionado tras caérsele encima Fran Vázquez. Moiso anotó siete de sus nueve puntos del período inicial en los poco más de tres minutos que faltaban del cuarto (además sumó tres rebotes, recibió tres faltas e hizo tres tapones para un total de ¡17 de valoración!). Un triple de Pau Ribas, el último talento de la cantera, estableció una ventaja más que importante para la Penya (24-15 a los 8'37'').
Parcial de 0-8
"No tenemos tanta prisa... No hagamos faltas estúpidas, cojamos rebotes, busquemos a Kasun, busquemos a Kasun", pedía Xavi Pascual. El discurso del técnico azulgrana sirvió para tranquilizar a sus jugadores, y en la primera acción Lakovic buscó y encontró al pívot croata. Un triple de Acker y dos más uno de Ilyasova pusieron el 24-23 (a los 10'20''). El Barça, con un parcial de 0-8, había evitado que la Penya cogiera una distancia insalvable.
Era cuestión de tiempo que el grupo de Aíto volviera a lograr una renta considerable. Tan sólo tenía que aprovechar mínimamente su perímetro, impagable casi siempre, posiblemente uno de los más poderosos de Europa. Al DKV Joventut no le cuesta encadenar varios aciertos seguidos y entre Rudy (sorprendente cómo puede tirar tan bien cayéndose) y Lubos Barton, bastante inédito y superado, empezó a distanciarse. Hasta entonces el conjunto local acumulaba 4 de 7 desde más allá de 6'25 (acabó la primera parte con 6 de 13).
La importancia de Ilyasova
El antídoto: Mario Kasun
En la segunda parte Xavi Pascual encontró el antídoto para anular a Moiso: Mario Kasun, que está realizando unas eliminatorias por el título más que notables. El pívot croata empezó dominando la zona en el tercer cuarto y sus seis puntos seguidos (anotó 13 en total y capturó cuatro rebotes) y una entrada de Roger Grimau pusieron al Barça a tres (49-46 a los 22’30’’). En una acción fortuita el capitán azulgrana se hizo daño en la rodilla izquierda y tuvo que irse al banquillo. Ya no pudo volver a la pista.
Cambiaba constantemente su defensa Aíto. Apostó entonces por la 1-3-1, y fue Lakovic el primero en romperla. El base esloveno anotó por fin un triple: era su noveno intento. La Penya era un equipo vulgar y no logró anotar en los primeros tres minutos del último cuarto. Circunstancia que supo forzar el Barça, que se puso 14 puntos por delante (62-76 a falta de 6’48’’). Un triple de Barton inició la reacción del DKV Joventut, que se recuperó gracias a otro lanzamiento de tres de Ribas y a la exclusión de Kasun, que por primera vez claudicó ante Moiso y le permitió un dos más uno. Una entrada del pívot francés y una increíble penetración de Rudy pusieron el 84-85 a falta de 1’29’’.
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