lunes, 19 de mayo de 2008

Rossi ratifica su recuperación en Francia y se coloca líder del Mundial el día de otra proeza de Lorenzo

Rossi festeja la 90º victoria de su carrera en Le Mans -EFE.

Giró la cabeza hacia atrás y movió la mano izquierda de un lado a otro como quienes alucinan ante una situación extrema. A 50 metros de la línea de meta Valentino Rossi (Urbino, Italia, 1979) parecía sorprendido ante la inmensa diferencia que le había sacado al segundo, su compañero Jorge Lorenzo, al que veía lejos, como si fuese un punto de colores. Il Dottore no podía haber elegido un gesto más gráfico: en el GP de Francia acababa de ratificar lo que había dejado entrever en China. Ha vuelto.

El heptacampeón no acumulaba dos triunfos consecutivos desde el 8 de junio de 2006 (entonces ganó en Mugello y en el Circuit de Catalunya). Tampoco era líder del Mundial desde el 25 de marzo del año pasado tras ganar el GP de Jerez (sumaba 31 puntos por 30 de Stoner). Rossi, que en Le Mans igualó el récord de victorias (90) y de podios (139) de Ángel Nieto, ha recuperado la confianza, rentabiliza al máximo su pilotaje y además cuenta con la moto más completa de la parrilla. Yamaha ocupó los puestos de podio: Lorenzo -es difícil encontrar un adjetivo para definir su proeza, no puede caminar- fue segundo y el extrovertido Colin Edwards, tercero. Dani Pedrosa acabó cuarto.

Mismo escenario, idéntico registro

Caprichoso, hasta extremos insospechados, es el destino. En el Circuit Bugatti de Le Mans Ángel Nieto logró su último triunfo, el 90º. Fue en 1985. Trece años después y en el mismo escenario Rossi igualó dicho registro. Nieto quiso homenajear al piloto italiano y a falta unas diez vueltas, cuando el triunfo de Il Dottore era ya incuestionable, se puso un mono en el que estaba escrito "Bravo Valentino 90". Y una vez concluida la carrera le entregó una bandera "90+90" (la suma de los triunfos de ambos) y, a petición del propio Rossi, le llevó de paquete por el circuito francés. "La montura es de coña. Es una de las vueltas más importantes que he dado en mi vida", resumió Nieto.

El triunfo del heptacampéon en el GP de Francia fue tan trabajado en las primeras vueltas como claro en las dos terceras partes. Porque la salida no es precisamente la especialidad de Rossi, que pasó en el inicio de la cuarta a la sexta posición. No tardó en solventar la situación: en la primera vuelta superó a James Toseland y a Nicky Hayden, en la tercera, a su compañero Edwards y también a Pedrosa, al que le metió la moto por el interior. El español, que hasta ahora era líder en solitario, le respondió en una recta, pero no pudo impedir que Rossi le superase de nuevo por el interior. Fue un adelantamiento excelente y arriesgado del italiano, que en la séptima vuelta superó a Casey Stoner -con el que casi se tocó- y a partir de entonces dominó sin problemas la carrera y no aflojó ni cuando aparecieron las primeras gotas y acumulaba más de 10 segundos de ventaja.

Stoner, más lejos

El actual campeón añora la temporada pasada, en la que a estas alturas, tras los primeras seis pruebas, había logrado tres triunfos y sumaba 102 puntos, 21 más que Rossi y 40 que Pedrosa. Entonces su Ducati era, sin duda, la mejor moto. Ahora su máquina no es tan fiable y esta vez incluso falló a falta de 8 vueltas. Stoner, por orgullo, acabó la carrera con la segunda moto, pero con dos vueltas perdidas. El piloto australiano continúa cuarto del Mundial, pero con tan sólo 56 puntos, 41 menos que Rossi y 38 que Lorenzo y Pedrosa, que comparten el segundo puesto.

La Ducati Desmosedici GP8 de Stoner empezó a fallar en una recta, cuando Lorenzo trataba de sobrepasarle. La actitud del debutante en MotoGP dignifica al deporte, porque tras su caída en China se hizo añicos los tobillos. El piloto balear se operó con éxito en Barcelona, pero Xavi Mir, el traumatólogo que le sigue la lesión, le prohibe caminar. El piloto balear vive anclado a una silla de rueda y depende de los demás. En la pista es diferente: se transforma, aparca el dolor y se viste de héroe que roza la inconsciencia. Así que cuando Lorenzo sobrepasó a Stoner se fue a por Pedrosa, y le superó con frialdad, por el interior. Ya era segundo. Acababa de lograr algo extremo, incluso para un piloto sano: remontar desde la 11ª posición -"no soy ningún extraterrestre; ha sido una de mis mejores carreras"-. Olvidados quedaban sus malos momentos los días anteriores: "Creí que me mataba. Me está pasando todo de golpe y me siento un poco impotente", dijo tras la calificación de ayer, en la que se cayó. También se había caído el viernes en los entrenamientos libres.

La Honda, ingobernable

No estaba tan contento el enemigo mediático de Lorenzo, Pedrosa. El piloto de Honda tuvo que resignarse: su moto era ingobernable, como las Yamaha antes de la llegada de Rossi. "El neumático delantero no funcionaba bien y al trasero le faltaba tracción", justificó Pedrosa, que después de ver cómo le adelantaba Lorenzo tuvo que aceptar que Edwards también le rebasara. No era momento de arriesgar más, ya había antes, con Stoner y Rossi, y sin éxito.

No se le está dando bien últimamente el GP de Francia a Pedrosa, a pesar de ser el piloto, junto con Freddie Spencer y el propio Rossi, con más triunfos (tres). En 2003 ganó en 125cc, en 2004 y 2005 en 250cc. Hace dos años, se puso líder tras el abandono de Il Dottore, pero acabó cediendo ante Marco Melandri y Loris Capirossi y fue tercero. Y la temporada pasada, en una carrera marcada por la lluvia y ganado por Chris Vermeulen, sólo fue cuarto, como esta vez.

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