viernes, 30 de enero de 2009

La perfecta vía de escape de Bojan

Bojan celebra su segundo gol ante el Espanyol -EFE.


La responsabilidad y la presión recayeron sobre él cuando tan sólo tenía 17 años y compartía vestuario con estrellas como Ronaldinho, Deco o Messi. Bojan Krkic (Linyola, Lleida, 1990) tuvo que cambiar de repente hábitos, rutina y actitud. No había cumplido la mayoría de edad y era la máxima ilusión del barcelonismo. Bojan, al que el vestuario no arropó demasiado y Frank Rijkaard protegió como pudo, cumplió marcando 12 goles en 48 partitos. Muchos le compararon con Raúl y Luis Aragonés quiso convocarle para la Eurocopa de Suiza y Austria. El jugador rechazó la propuesta porque estaba agotado física y mentalmente. Necesitaba desconectar y asumir tantos cambios. Ser consciente de lo logrado y exigido: su ascensión había sido lo más positivo en un curso que supuso el principio del fin de un equipo que en dos años tenía que ganarlo todo y sólo logró una Supercopa. El protagonismo de Bojan era una cuestión circunstancial, pero pocos esperaban que desde el primer día el nuevo técnico, Josep Guardiola, le considerase la última alternativa en ataque. Otro cambio duro que, según cuentan desde el club, hizo que el jugador se alejase del grupo. Incluso no pudo contener las lágrimas tras ser sustituido por Pedro ante el Getafe en el Camp Nou en la Liga. Había fallado varias ocasiones en su primer (y único) partido como titular en el torneo, en el que sólo ha jugado 291 minutos. Menos de la mitad (523) de los que ha disputado en la Copa del Rey, la competición por excelencia de los suplentes, a los que alivia o defenestra aún más. A Bojan dicho torneo le ha proporcionado una vía de escape perfecta y le ha servido para volver a ser el líder que fue. Ante el Espanyol se convirtió en el protagonista de la vuelta de cuartos de final marcando los dos primeros goles de un partido pasional (3-2) El Barça jugará la ida de semifinales ante el Mallorca el miércoles o el jueves de la semana que viene. En el otro cruce se enfrentarán el Sevilla, que eliminó al Valencia por el valor doble de los goles fuera de casa (2-1), y el Athletic de Bilbao.


Casi 80.000 personas acudieron a la llamada de Guardiola. “Es el partido en que más necesitamos al público y espero que nos ayude”, advirtió el técnico azulgrana, que volvió a cumplir con sus habituales rotaciones en Copa y como en los cinco encuentros anteriores situó a Bojan en el once inicial, junto con otros cuatro que tampoco tienen demasiadas oportunidades (Gudjohnsen, Hleb, Busquets y Pinto). En el Espanyol Mauricio Pochettino apostó por diez jugadores nuevos con respecto al encuentro de ida en Montjuïc tras reservar a cinco (entre otros, a Pareja y Luis García) y no poder contar por lesión con Hurtado y Valdo. Sólo repitió como titular Sergio Sánchez. Pochettino no quiso arriesgarse a tener más bajas para el trascendental encuentro del domingo ante el Recreativo. No le salió mal porque su equipo supo contener gran parte del partido a su rival e incluso tuvo ocasiones claras. La primera, de Jonathan Soriano, fue en fuera de juego. La segunda, del propio jugador, se perdió muy alta: el control no fue el adecuado.


De escuadra y cartabón


Muy participativo, Bojan era junto a Dani Alves el principal reclamo en ataque. Los centros del lateral brasileño son tan precisos que parecen medidos con escuadra y cartabón y el gol se simplifica y pasa a ser algo natural, demasiado lógico. A la media hora Xavi remató de cabeza fuera desviado una asistencia de Alves. La siguiente, ya en la segunda parte, significó el gol de Gerard Piqué. Era el 3-0, al que se había llegado gracias al trabajo y oportunismo de Bojan. El delantero marcó el primero rematando un rechace del portero Cristian a un tiro de Sylvinho, mientras que en el segundo picó por encima del guardameta tras un pase perfecto de Xavi y un par de errores de bulto de Sánchez y Lacruz. “Estoy contento por él. Ha hecho muy buen partido, y el segundo gol ha sido muy bonito. Es una gran suerte tenerlo”, le piropeó Guardiola.


Sonría por fin Bojan. Se golpeaba el pecho a la altura del corazón, al lado del escudo. Es su forma de celebrar los goles. Así ha festejado los cuatro que lleva en Copa y los tres logrados en Champions, dos de ellos en el 0-5 ante el Basilea. El Camp Nou reconoció sus méritos cuando le sustituyó Samuel Eto’o. Bojan devolvió los aplausos, pero se fue intranquilo al banquillo: el Espanyol acababa de marcar dos goles en diez minutos y tan sólo necesitaba otro para pasar a semifinales. Un remate de carambola de Corominas que desviaba Puyol, el eterno salvador del conjunto blanquiazul, y un excelente tanto de Callejón desde fuera del área pusieron el 3-2. Un marcador que ya no se movería a pesar de las oportunidades que acumuló el Barça, la más clara de Iniesta, que entró por Hleb. La Copa sigue siendo una perfecta (y necesaria) vía de escape para Bojan. “Los goles me han la tranquilidad y la confianza de saber que formo parte del equipo”, zanjó el protagonista.



1 comentario :

Dani Navedo dijo...

Yo pienso que el Barsa debería cederlo a algún otro equipo, ya que no está teniendo minutos y se está desaprovechando un gran jugador.

Un saludo!!