sábado, 16 de mayo de 2009

El Real Madrid desnorta a un DKV sin Ricky (79-62)

Ricky se lesionó y es duda para el segundo partido de la serie -EFE.


Un resbalón puede ser la última acción de Ricky Rubio en la Liga ACB, antes de su casi segura marcha a la NBA. Encogido, retorciéndose de dolor y tocándose en el abductor se quedó el líder del DKV Joventut, al que le harán pruebas en Barcelona y, según los médicos del club, podría tener una “distensión cápsula-ligamentosa de la articulación coxo-femoral”. Ricky es duda para el segundo partido de cuartos ante el Real Madrid, que con su clara victoria por 79-62 está a un triunfo de las semifinales y acentuó la dependencia del conjunto de Sito Alonso en el joven europeo más prodigioso del momento. Cuando Ricky, seguido en la grada por ojeadores de Houston Rockets y Los Angeles Clippers, abandonó la pista los visitantes perdían 25-15. Sin él la diferencia alcanzó los 30 puntos (78-48 a 4m22s). Su importancia es capital en un equipo que perdió a Rudy Fernández el pasado verano y durante la temporada, y por motivos extradeportivos, se quedó sin sus dos grandes fichajes, Bracey Wright y Pops Mensah-Bonsu. La lesión de su joven estrella sería el colmo de la mala suerte, pues ya tardó en debutar tras romperse la muñeca en la final de los Juegos Olímpicos de Pekín.


Sin Ricky el DKV Joventut se autodestruyó, entendiendo por autodestrucción el querer hacer las cosas rápido y sin un mínimo criterio. Un discurso que invalidaba totalmente sus virtudes (la defensa intensa y larga y el ataque corto y sencillo) y multiplicaba las posibilidades del Real Madrid, sorprendido ante tantas facilidades. Jeremiah Massey, Álex Mumbrú y sobre todo Louis Bullock (máximo anotador con 14 puntos) se pusieron las botas. Hubiesen hecho daño incluso jugando con tacones (47-22 a los 19m30s) ante un conjunto de Sito Alonso que llegó a perder siete pelotas en el segundo período. También siete, en este caso asistencias, llevaba Raül López al descanso, cuando los locales alcanzaron la cifra de 65 puntos de valoración, 50 puntos más que el DKV Joventut, únicamente competitivo en los primeros instantes, hasta la lesión de su joven valor.


El acierto de Jasaitis


Tiene demasiados jugadores irregulares, de rachas, el DKV Joventut. El caso más significativo es el de Simas Jasaitis, que tras su testimonial paso por el Tau tampoco ha ofrecido grandes cosas en Badalona. Sólo lo ha hecho puntualmente. Esta vez el alero lituano cumplió anotando 10 puntos y los dos primeros triples de su equipo (2/17 en ese momento). Jugar tanto desde fuera del perímetro es una lotería que le gusta al conjunto de Sito Alonso, pues es el equipo que más lanza desde más allá de 6’25 (más de 27 intentos, esta vez 4/23). Podría sacar más rendimiento de sus pívots más determinantes, Edu Hernández Sonseca (11 rebotes y ocho puntos) –un currante impagable– y Jerome Moiso, muy irregular ante el equipo que le dio la oportunidad de jugar en ACB (2/8).


Mejoraron los visitantes en cuanto a su entrenador se le ocurrió que había otras defensas más allá de la individual. Una zona 2-3 impidió, al menos, que el conjunto blanco no tuviese opciones para hacer mates como en el segundo cuarto. El Real Madrid rompería la defensa a base de triples, cuatro en el tercer cuarto, resuelto con un parcial de empate a 18. El DKV Joventut incluso logró sus primeros contraataques, un lujo en dichas circunstancias, algo habitual en un equipo que hace años que se desenvuelve bien en transiciones rápidas.


Mates de Van den Spiegel


La reacción del conjunto de Sito Alonso tuvo la misma trascendencia que sacar agua de una barca con agujeros: ninguna. De nuevo se puso en individual el DKV Joventut otra vez encontró el camino para machacar a placer con Van den Spiegel como protagonista. La distancia llegó a 30 puntos y que se quedó en 19 por la relajación local y el incansable trabajo de Sonseca y Luka Bogdanovic. Molina y Mirotic, jóvenes valores de la cantera blanca, tuvieron su pequeña gran oportunidad. Forman parte del futuro de una sección que necesita una profunda renovación como sugería una pancarta en la grada.


Eliminado el curso pasado por Unicaja en cuartos, el Real Madrid parece escarmentado en una eliminatoria al mejor de tres partidos, que premia tanto como sentencia. En 2008 atesoraba haber logrado acabar la fase regular, pero perdió contra el octavo. Un fracaso que le pudo costar el cargo Joan Plaza, eternamente cuestionado salvo en su temporada de debut, en la 2006-2007, cuando ganó la Liga ACB en el Palau. En semifinales había superado en una serie cinco polémicos partidos al DKV Joventut y donde se fraguó una rivalidad extrema entre ambos equipos y aficiones. Unos veían y acusaban a Rudy Fernández de teatrero, mientras que los otros veían a Felipe Reyes como un jugador violento y de insulto fácil. La doble marcha de Àlex Mumbrú a Vistalegre, el fichaje de Venson Hamilton por los blancos o el escupitajo de Axel Hervelle a Jan Jagla el pasado noviembre en Badalona han reforzado la enemistad. La lesión de Ricky fue el único nexo de unión: ambas aficiones le aplaudieron.



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