lunes, 18 de mayo de 2009

Ricky transforma a un DKV Joventut que fuerza el tercer partido en Vistalegre

López y Ricky, pasado y futuro en la NBA -EFE.


Dicen los manuales que el base debe mejorar al resto, que viene a ser el cerebro, que sobre él recae la construcción. Los detractores de Ricky Rubio defienden que le falta tiro y cierta frialdad cuando no le salen bien las cosas. Pero nadie puede discutir ni su atrevimiento ni su liderazgo. Dos días después de lesionarse en Vistalegre Ricky jugó y transformó al DKV Joventut para forzar el tercer y último partido de la serie de cuartos ante el Real Madrid (82-77). Nada tuvieron que ver los locales con el equipo que unas 48 horas antes había hecho el ridículo en el primer partido. “Tengo molestias, pero en circunstancias así siempre digo que no hay dolor. El otro día avergonzamos a nuestra afición, que pese a todo nos ha apoyado. Ahora tenemos que ganar en Madrid, pero será complicado”, explicó en TVE el propio Ricky, que capturó siete rebotes, repartió seis asistencias y anotó 16 puntos, los mismos que Jerome Moiso y Demond Mallet. Exacto registro que Raül López, que junto con Louis Bullock (22) fueron los más destacados de un conjunto blanco que el próximo sábado (La 2, 18.15h.) intentará aprovechar el factor cancha a favor para pasar a semifinales.


Muy pronto quedó resuelta la principal duda del encuentro: la presencia o no de Ricky. El emblema del DKV Joventut se quitó la sudadera y saltó a la pista por Mallet, que había colaborado en un espectacular inicio con dos triples sin fallo para cada equipo sin fallo. Con la entrada de Ricky el encuentro se redujo por momentos a un intenso duelo de bases entre el propio jugador y Raül López, que lucha por entrar en la lista para el Eurobásket de Polonia. Castigado por las lesiones, el ex NBA es un especialista en llegar a los playoff en óptimas condiciones. Siempre rinde mejor en la fase final –en 2008, por ejemplo, promedió 12 tantos, 2’1 más que la liga regular, en la eliminación en cuartos ante Unicaja, mientras que ahora su media es de 10, tres más que en la fase anterior–. En el Olímpic de Badalona, donde se curtió como jugador corroboró su trayectoria en el momento decisivo de la temporada repartiendo hasta siete asistencias y mostrándose acertado desde la línea de tres (4/7). Precisamente dos triples seguidos de López le dieron a los visitantes su máxima renta (10-18 a los 7m03s).


Reacción local


No reaccionó el DKV Joventut hasta que Joan Plaza no sentó a López y lo sustituyó por Sergi Llull, totalmente perdedor en su duelo directo con Ricky, que en su primer cara a cara le robó la pelota para asistir de espaldas a Ribas, que reduciría la desventaja (18-21 a los 9m30s). Un castigo para el Real Madrid, que durante el primer cuarto falló cuatro de los ocho tiros libres que tiró con un curioso denominador común: sus jugadores erraban el primero y anotaban el segundo.


Superado Llull, Ricky se movió como pez en el agua y empató a 22, mientras que Mallet daría a los locales su primera ventaja (24-22 a los 12m15s), ya con López en la pista. El ex jugador de Utah Jazz reactivó a su equipo, que por momentos fue un calco del partido anterior, resolviendo varios contraataques seguidos y con Jeremiah Massey golpeándose el pecho y anotando nueve puntos seguidos (28-32 a los 14m45s). Un jugador tan interesante como irregular y esperpéntico: parece peleado con todos.


Triple de Karl


De nuevo el conjunto de Sito Alonso replicó justo cuando López se fue al banquillo. Entonces volvió a surgir la mejor versión de Ricky, para robarle otro balón a Llull. El DKV Joventut anotaría cuatro triples en los últimos cuatro minutos antes del descanso. El definitivo, sobre la bocina y desde el medio del campo, lo logró Coby Karl (48-44).


En el inicio de la segundo parte continuó el DKV Joventut ofreciendo la misma propuesta. La suya. La que le permitió conseguir grandes cosas con Aíto, como la Copa del Rey y la ULEB el año pasado. Sabe ejercer una presión defensiva asfixiante para colapsar al rival y jugar al contraataque. Pocos jugadores ejercen ese papel como Ricky, mejor recuperador de la fase regular y máximo responsable de que la diferencia local alcanzase un máximo de nueve puntos (53-44 a los 22m42). Una distancia que el Real Madrid neutralizó con un parcial de 4-15 y Bullock y López repartiéndose el liderazgo del equipo y decisivos desde más allá de 6’25 (en ese momento 9/14 en triples).


Mallet y Moiso


A diferencia de otras ocasiones los locales no se descompusieron, sino que reaccionaron con la defensa zonal 1-3-1 planteada por Sito Alonso y con Mallet más parecido al del curso pasado que al de éste, ése jugador desequilibrante, tan incisivo desde la línea de tres como bajo el aro. Pura plasticidad. Al base que lleva los pantalones más bajados de lo normal se le sumó Moiso. Primero haciéndole un tapón a Massey para concluir la jugada con un mate (69-61 a falta de 9m39s). Moiso anuló al MVP de la fase regular: dejó a Reyes en tan sólo cinco puntos (1/5).


Curiosamente el éxito destempló al DKV Joventut, que pareció empeñado en recuperar los vicios que le habían hecho hacer el ridículo en Vistalegre, en otros, los ataques cortos y sin sentido. Todo lo contrario de lo que ofreció Bullock, que con diez puntos en el último cuarto ayudó a su equipo a empatar a 74 a 3m01s. Ahí se acabaría la contribución de Sweet Lou, que vio cómo los locales forzaban el tercer y definitivo partido de la serie en Vistalegre gracias a un palmeo de Moiso y los tiros libres de Ricky y Mallet. Un triunfo que festejó en la grada Rudy Fernández.



1 comentario :

Samy dijo...

La verdad es qeu Ricky cuando entra en juego es determinante y puede resolver cualquier encuentro, pero lo veo un poco irregular.
Un saludo desde http://samycorazondeportivista.blogspot.com/