domingo, 12 de julio de 2009

Fédrigo gana una etapa sobria en el Tourmalet

Fédrigo levanta los brazos en la línea de meta ante Pellizzotti -EFE.


“Superado el Tourmalet. Stop. Muy buena ruta. Stop”. Ése fue el telegrama que el periodista Alphonse Steinès envió a Henri Desgrange, su director en el diario L’Auto-Vélo, tras examinar un terreno forestal intransitable y aún repleto de nieve. Desgrange se frotó las manos: ya disponía de otro puerto interesante para que el público saliese a la carretera y comprase su publicación para informarse de la prueba que había creado en 1903, el Tour de Francia. La edición de 1910 pasó por el Peseyresourde, el Aubisque, el Aspin y el Tourmalet, que sólo pudo completar en bicicleta el francés Garrigou. La novena etapa de este año también pasaba por los dos últimos puertos, pero con el error de que la cima del Tourmalet estaba situada a 70’5 kilómetros de la meta. Así que la última etapa de los Pirineos fue más suave y aburrida de lo esperado. Incluso estuvo a punto de resolverse con un sprint masivo. Evitaron ese desenlace Franco Pellizotti y Pierrick Fédrigo, los últimos escapados, que se disputaron el triunfo en los últimos metros. Pellizzotti se empecinó en pasar primero la última curva, un desgaste que pagó al final. Fédrigo logró el segundo triunfo de su carrera en el Tour, exacto registro que el del su equipo, Bouygues Telecom, en esta edición (había ganado en Perpiñán con Thomas Voeckler). Óscar Freire finalizó tercero. Mañana lunes hay jornada de descanso y el martes, etapa que empieza en Limoges y acaba en Issoudun. Llana, previsiblemente para sprinters.


Mal distribuidos por la organización del Tour, el Aspin (12 km al 6'6%) y el Tourmalet (17 km al 7'5%) acabaron siendo una dificultad más para los favoritos, conservadores y apáticos, como si hubiesen llegado a un acuerdo tácito de que la prueba se decidirá en la tercera semana y casi con seguridad en el Mont Ventoux, el penúltimo día. “La gente no ha querido arriesgar, por eso llegamos a la cima un grupo de numeroso. Tal vez se querían reservar para los Alpes”, analizó Alberto Contador, que reconoció que ni a él ni al Astana les interesaba coger el liderato. Por eso encontraron un aliado en el AG2R, el equipo del líder, Rinaldo Nocentini. El italiano conserva los seis segundos de margen sobre Contador.


Lo que debía ser una oportunidad de ver un ataque entre los mejores –de momento sólo tenemos la mini exhibición de Contador en Arcalís– se convirtió en una fuga de nombres modestos. En el kilómetro 20 se fueron nueve, entre los que estaban Fédrigo, Pellizotti y Voight, que coronaron el Aspin con una ventaja de más de tres minutos con respecto a un grupo perseguidor -con los españoles Juanma Gárate, Amets Txurruka y Egoi Martínez, que es el nuevo maillot de la montaña-. Pellizzotti, tercero en el último giro, atacó antes de la cima del Tourmalet y descartó a Voight, pero no pudo dejar atrás a Fédrigo. El ganador de una etapa sobria y poco trascendente, pese al misticismo de sus puertos. Una lástima para el ciclismo y los aficionados.


1 comentario :

Fujur dijo...

ya te he votado en deporte! vamos crack! (yo me presento en cultura ;-)