lunes, 14 de septiembre de 2009

Clijsters, con el US Open como juguete para su hija

Clijsters y su hija posan con el trofeo -EFE.


En época de poca oferta y mucha demanda, de periódicos tan finos de papel como en propuestas de trabajo, existe un anhelo por la oportunidad, por tener la ocasión de demostrar la valía y el talento. Por eso la historia de Kim Clijsters (Bilzen, Bélgica, 1983) no deja de ser una excelente noticia, puro optimismo en tiempos de nubarrones y pesimismo. Es lo que tienen los luchadores que no desisten tiene esas cosas, que tarde o temprano disponen la oportunidad de editar una frustración pasada y con demasiada repercusión en el presente. Clijsters tenía una fijación especial en el US Open, un escenario que le hacía recordar lo mejor, pero también lo peor. En Flushing Meadows la belga había logrado su único Grand Slam en 2005 ante la francesa Mary Pierce. Un éxito que hasta su retirada en 2007 nunca tuvo ocasión de defender, siempre por una y otra lesión. Cuando dejó la raqueta lo hizo por la ilusión de formar una familia, cansada de los problemas físicos y con la pena de no haber vuelto a EE UU. A partir de ahora a Clijsters, instalada de golpe 19ª de la WTA con 2.310 puntos, le quedan otras ilusiones, pues esa última ya está más que superada: es la primera invitada en ganar el US Open tras imponerse a la emergente Caroline Wozniacki por 7-5 y 6-3. Una hora y 33 minutos fue lo que duró la final del tercer torneo que ha jugado la ex número uno desde que anunciase su vuelta a las pista a finales de marzo. Después le esperaban instantes aún más emotivos para ella: besó a su marido, Bryan Lynch, un ex jugador de básket discreto, y saludó a su hija Jada a través del marcador de la pista. La pequeña apareció correteando por la pista y Clijsters se puso a jugar con ella. El juguete era el propio trofeo. Ser madre y campeona debe ser una sensación indescriptible, pero doblemente agotadora. Por eso, de momento, la ex número uno quiere “recuperar la rutina de la familia”.


Clijsters se tomó su retorno como un reto personal –“éste no era el plan marcado, no esperaba ganar aquí”– y para poder revivir la competición justo a su hija, que le ayudó a centrarse más en los partidos y a saber aparcar más y mejor “la locura y la vorágine del circuito”. “La niña se ha divertido mucho en Nueva York y eso es lo que queríamos, que la rutina de la competición no pudiera influir en ella”, analizó Clijsters, que cuenta con 35 títulos individuales y 14 victorias consecutivas en el US Open, distribuidas entre la edición de 2005 y ésta, en la tan sólo ha cedido dos sets. En segunda ronda ante Marion Bartoli (7-5 en el set inicial, para replicar con 1-6 y 2-6) y en cuarta ronda contra Venus Williams, contra la que cedió en la segunda manga por 0-6 tras haber ganado 6-0 en la primera para lograr un 6-4 en el definitivo. Pero su victoria más mediática –quizás más que la propia final– fue la de semifinales ante la otra Williams, Serena. La mayoría de medios de comunicación no repararon en el triunfo de Clijsters, sino en las amenazas de Serena a la juez de línea tras pitarle falta de pie en el servicio. Ante todo, sangre, faltaría más.

Wozniacki se tomó la derrota con una actitud totalmente diferente. Abrazó a Clijsters y esbozó alguna sonrisa. La danesa representa una de las últimas sorpresas en el circuito femenino, tan inestable como rico en alternativas. Es una imagen promocional que también gana, pues acumula seis títulos (dos en New Haven y uno en Estocolmo, Tokio, Ponte Vedra Beach y Eastbourne) y ya es sexta. Wozniacki también se llevó los elogios de Clijsters: “Caroline es una verdadera luchadora. La WTA puede estar contenta de contar con una jugadora como ella”. Piropos de una madre campeona que acabó utilizando el US Open como juguete para su hija.

3 comentarios :

Zayda Sánchez dijo...

es una pedazo de tenista y lo va a volver a demostrar
Saludos

Quique dijo...

Pues menos mal que no pensaba ganar, seguro que su hija le gustará más el cheque que se ha llevado...ja,ja..

Un saludo
Quique

Toni Delgado dijo...

@Zayda, totalmente de acuerto. Tuvo la mala suerte de coincidir en su momento con Henin, aunque ésta quizás vuelva a la competición en breve tras su extraña retirada.

@Quique, con ese cheque la peque puede tener más variedad de regalos XD Un saludo!