martes, 15 de septiembre de 2009

Del Potro se hace hueco entre Nadal y Federer

Del Potro besa el trofeo del US Open -EFE.



Generar expectativas sobre un deportista precoz no deja de ser un reconocimiento a su talento actual y una previsión de lo que puede llegar a ser. Pero sobre todo es una presión añadida que acaba por acongojar y frenar la progresión de muchos de los elogiados. “Estoy cansado de ser una promesa. Siempre me falta algo”, soltó, con los ojos vidriosos Juan Martín Del Potro (Tandil, Argentina, 1988) el año pasado tras ser eliminado en segunda ronda de Roland Garros. Cansado de las lesiones y presionado por los piropos, no conseguía dar el salto de calidad que se le exigía. Ahora el argentino ya no es un tenista en condicional, sino una estrella que suma siete títulos, el último, el US Open, logrado en su primera final de Grand Slam y ante Roger Federer, que llevaba cinco ediciones consecutivas ganando en Nueva York (3-6, 7-6, 4-6, 7-6 y 6-2). “He soñado con dos cosas en mi vida: ganar aquí y hacerlo contra a Federer”, dijo, micrófono en mano, Del Potro, que es el primero que gana en un mismo grande al suizo y a Rafa Nadal, que entre ambos se habían repartido 21 de los 23 últimos Grand Slam. Del Potro asciende al quinto lugar en la clasificación ATP y se hace hueco entre los dos dominadores como hicieron Marat Safin y Novak Djokovic tras ganar el Abierto de Australia en 2005 y 2008, respectivamente.

La noche antes no pudo dormir. A Del Potro le costó asimilar que había llegada a la final de su torneo predilecto y que había sido protagonista en la derrota más contundente de Nadal, martirizado por los dolores abdominales, en un grande (doble 6-2). “Vine pronto al club y eso me ayudó a tratar de relajarme”, relató el argentino, que empezó el partido muy nervioso e impreciso, cediendo su servicio en el segundo juego y sin respuestas ante un Federer muy cómodo con su revés que se llevó la primera manga con facilidad.

Reacciones inesperadas

Del Potro reaccionó cuando peor lo tenía, con 5-4 y en servicio en contra en el segundo set, que se llevó en el tie break. Una réplica tan fantástica como la que protagonizó en la cuarta manga, en la que también llegó a ceder por 5-4 y 30-15 en contra. O lo que es lo mismo, Federer tuvo el partido en dos puntos, pero acabó cediendo de nuevo en el tie break con varias cañas y pidiendo el ojo del halcón. El suizo concluyó el partido con una doble falta, un primer servicio a la red y un resto con la derecha que se fue fuera. Ahí se dejó llevar por fin Del Potro, tirándose al suelo sin creérselo todavía. Luego abrazó con su entrenador desde marzo del año pasado, Franco Davin, el mismo que dirigió los pasos del último argentino en ganar un Grand Slam, Gastón Gaudio en 2004 en Roland Garros.

De barba desigual, casi pelusilla, y mirada de timidez extrema, Del Potro es conocido como La Torre (mide 1’98 metros), aunque hay quien le llama Palito (es extremadamente delgado) o se refiere a él como Delpo. Su compatriota Juan Mónaco le conoce bien porque ambos coincidieron en el Club Independiente de Tandil y prefiere abordar en su futuro: “Lo vengo sosteniendo desde hace mucho, Juan Martín va a ser el número uno y este paso es importantísimo”. De momento Del Potro es el segundo argentino en ganar el US Open tras Guillermo Vilas, campeón en 1977 y presente en la grada.

Una progresión evidente

Este curso Delpo ha tenido un muy buen rendimiento en los Grand Slam: alcanzó los cuartos de final en Australia –aunque sólo ganó tres juegos a Federer (3-6, 0-6 y 0-6)– y las semifinales de Roland Garros, también ante el suizo, al que esta vez exigió mucho más (6-3, 6-7, 6-2, 1-6 y 4-6). En Wimbledon volvió a caer en segunda ronda como en sus dos anteriores comparecencias. Aunque la derrota en 2008 resultó balsámica, pues después ganó de forma consecutiva sus cuatro primeros títulos ATP (Stuttgart, Kitzbuhel, Los Angeles y Washington). Acabó el año noveno del mundo y disputando el Tenis Masters Cup de Shanghai, pero sobre todo con una gran frustración, perder en casa la final de la Copa Davis ante España. Cayó derrotado con Feliciano López, mermado físicamente e infliltrado por un infección en una uña. No pudo jugar más y sufrió en la grada viendo cómo Fernando Verdasco se vestía de héroe, como había hecho él en semifinales ante Rusia ganando a Nikolay Davydenko e Igor Andreev. Peor fue la decepción este curso, pues Argentina perdió en cuartos de final contra la República Checa. A nivel individual Del Potro sí puede estar satisfecho porque ha ganado en Auckland y de nuevo en Washington. Y… el US Open.

Federer asumió con cierta naturalidad la derrota: “Ha sido una gran año. He ganado Roland Garros y Wimbledon, he disputado las cuatro finales de Grand Slam, me he casado y he tenido dos hijos. No puedo pedir más”. El suizo recalcó que tuvo “ocasiones de ganar”, pero que sintió que “tenía más el control del partido que en la final del Abierto de Australia con Rafa Nadal”. Federer no perdía en Nueva York desde 2003, cuando le eliminó David Nalbaldián, que optó por hacer un análisis psicológico del partido: “La ventaja que tuvo Juan Martín es que se jugaron cinco sets y eso le permitió tranquilizarse y coger confianza”.

Del Potro se hace hueco entre Nadal y Federer. “¡Y sólo tiene 20 añitos!”, celebraba un aficionado en la televisión argentina. Delpo cumplirá los 21 el próximo día 23. El US Open puede ser el primer gran paso de una exitosa carrera, que empezó ganando el Orange Bowl, curiosamente también Estados Unidos. Sólo tenía 14 años.

2 comentarios :

Deprisa dijo...

Viene emergenete el llamado "Torre de Tabdil". En poco tiempo estará dando caña a los más veteranos.

Zayda Sánchez dijo...

Del Potro se lo merece es un gran jugador e hizo un partidazo.
En un futuro no muy lejano estará en lo más alto.
Saludos