lunes, 14 de septiembre de 2009

Punto y aparte a la indefinición

Pau Gasol se prepara para lanzar un tiro libre -EFE.



Símbolo de vida, supervivencia y energía, el agua también funciona como metáfora de purificación del alma y, misticismo al margen, de renovación de ideas. De un basta y vuelta a empezar. Se habla de lavado de cerebro para referirse al proceso de quien se deja manipular con ideas y convicciones que no son suyas. Y, en sentido positivo, se utiliza lavado de imagen, como si las ideas fuesen camisetas o pantalones y las metiésemos en la lavadora cada vez que estuviésemos agobiados por no encontrar soluciones. Confundida, ansiosa y desquiciada se presentó España ante Lituania, ante la que finalizó su preparación para el Eurobásket perdiendo por 22 puntos, casi la misma diferencia con la que había ganado el resto de amistosos. Acabó exultante, recuperando sensaciones parecidas a las que tenía cuando alcanzó el campeonato del mundo y subcampeonato olímpico y de Europa para ganar 84–70 y dependiendo de sí misma para pasar a cuartos (algo muy mínimo, pues pasan cuatro de los seis del grupo) si supera a Polonia el miércoles. España puso un punto y a parte a su indefinición y llegó a la excelencia en ciertos compases –como con un parcial espléndido de 23-0 en el inicio del segundo cuarto–. La réplica adecuada a un comienzo desastroso en el que llegó a perder por nueve (10-19). “Ahora sabemos lo que tenemos que ser para ser competitivos”, resumió con acierto Jorge Garbajosa, que recordó esa tendencia tan humana (y tan de aficionado deportivo) de ver el vaso lleno o vacío: “Ni antes éramos tan malos ni ahora tan buenos…”. El comentario no es gratuito: Lituania ya está eliminada del Eurobásket y sólo ha ganado a Bulgaria en la primera fase.


Los números no lo son todo en deportes como el básket, donde confluyen tantos intangibles que no suman en la estadística como los bloqueos o el puntear y dificultar el tiro del rival. Sí que quedan reflejadas las pérdidas y las recuperaciones, y en lo primero España era la última. Incluso Ricky Rubio, un especialista robando pelotas, llevaba más pérdidas que robos. Un reflejo de su falta de tino en el torneo. Pues bien, ante Lituania entre recuperaciones y pérdidas fue casi parejo, 12-13. Y no fue mejor por la relajación final de España, que tras conseguir una máxima renta de 24 puntos (64-45 a 8m40s) se despistó en excesivo y concedió varias contraataques fáciles de Jomantas, Delininkaitis y compañía. Un desenlace que no se correspondía con el primer partido serio que realizaba la selección en el torneo. Otro dato, sólo encajó 19 tantos entre el segundo y el tercer cuarto, cuando Pau Gasol (máximo anotador del partido con 19 puntos) se permitió mates a una mano y el primer alley hoop del equipo con la colaboración de Rudy Fernández (11), el único que nunca ha desparecido del grupo. También Juan Carlos Navarro (13) recuperó su chispa habitual, como Garbajosa (10). Incluso Àlex Mumbrú, testimonial y despistado en los últimos encuentros, justificó su presencia luchando por rebotes imposibles. Y por fin Víctor Claver, el gran damnificado por Scariolo, tuvo su oportunidad (sólo había jugado 12 minutos). Sólo faltó que Carlos Cabezas anotase sus primeros puntos en el torneo. No lo consiguió ni en su jugada favorita, sobre la bocina, justo antes del descanso (40-32).


El quinteto inicial


España se fue al vestuario con la satisfacción de haber solventado una situación impropia de su historial y que se reflejó en el cambio continuo de nombres por parte de Scariolo. A los 8m49s, coincidiendo, con la máxima renta de Lituania, sólo Navarro se mantenía en pista del quinteto inicial. Segundos después La Bomba se fue al banquillo por Sergi Llull, la excusa de los medios que minusvaloran el básket para hablar de él. Las declaraciones –posteriormente matizadas– de Marc Gasol sobre que fuese el base del Real Madrid quienes e jugase la última posición ante Turquía eran carnaza perfecta para tipos que se hacen llamar periodistas deportivos, pero que no lo son.


El grupo de Scariolo empezó siendo una caricatura de sí mismo (o un reflejo de lo que había sido hasta ahora en el Eurobásket) en los primeros minutos, defendiendo tremendamente mal los dos contra dos y sufriendo tanto en la pintura, con Lavrinovic, como desde fuera, con Kalnietis, el base de Lituania, motivado aún más por el fallecimiento de su padre. Pero después España supo reaccionar, recuperar su idiosincrasia y poner punto y aparte a la indefinición. Ahora ya tiene cuerpo y sólo le vale seguir en esta línea. Sin caer en euforias generosas por cumplir por primera vez.


2 comentarios :

Deprisa dijo...

Sólo puedo decir que UFFF, pero ojo, Lituania es el peor equipo del grupo, no cantemos victoria, ganemos mañana a los polacos y después a darlo todo en la parte seria del campeonato.

Toni Delgado dijo...

@Deprisa, por los resultados de hoy nos podría tocar Francia o Grecia, los dos mejores del otro grupo. Esperemos que lo de Lituania no fuese una cosa esporádica y, por supuesto, que ganen a Polonia.