martes, 29 de septiembre de 2009

Con oficio y beneficio

Pedro celebra su gol ante el Dinamo de Kiev -EFE.


Lo estético siempre agrada, pero lo que realmente acaba funcionando es la eficacia. Juntar esos dos valores supone un ejercicio limitado para la gran mayoría y una razón de ser para el Barça, que nunca pierde la compostura ni renuncia a su ideario, ocurra lo que ocurra, se encuentre lo que se encuentre. Actúan los azulgrana como si estuviesen por encima de las circunstancias y tuviesen el deber de modificarlas imponiendo su plano de juego, que pasa por tener la pelota (ante el Dinamo de Kiev llegaron a tener más de un 70% de posesión) y gestionarla tanto en espacios reducidos como en toques sutiles que ahorren esfuerzos. Actitudes que dependen del apremio y del talento. Y de la insistencia. Curiosamente Leo Messi encontró el gol en el primer remate entre los tres palos de su equipo y Pedro cerró el marcador como justa recompensa después de casi una docena de ocasiones claras, tras graves despistes defensivos y una gran actuación de los ucranios, vencidos justo hace 16 años en el partido más bello del Dream Team de Johan Cruyff. El equipo de Josep Guardiola ganó por 2-0 y es líder en solitario del grupo F tras el inesperado empate a uno entre el Rubin Kazán y el Inter de Samuel Eto’o. La otra buena noticia fue la aparición como titular de Andrés Iniesta, que jugó la primera parte y asistió a Messi en el primer tanto. El Barça acabó el partido con tres jugadores de la cantera en la delantera: el propio Pedro, Jeffren y Gai Assulin, que debutó en la Champions.


Sólo había jugado 106 minutos oficiales y fue el mejor de su equipo mientras estuvo en el campo. Iniesta permitió al Barça llegar a la final de Roma en Londres y también fue decisivo en otra situación incómoda, con un Dinamo de Kiev concreto al contraataque (Shevchenko estuvo especialmente activo) y ordenado en defensa. El conjunto de Valeriy Gazzaev incluso marcó, aunque la acción fuese invalidada por fuera de juego de Milevski cuando éste peinó para Vukojevic, que sí que estaba en posición legal. De haberse concedido el tanto hubiera sido el empate, la igualdad en el marcador tras otra pequeña gran obra de Iniesta. Ubicado de falso extremo izquierdo por la baja de Thierry Henry, el jugador de Fuentealbilla no tardó en demostrar que es un jugador incómodo: sufrió un claro penalti no pitado de Almeida, sólo capaz de frenarle con trampas, agarrándole de la camiseta. Tanto la estiró que a Iniesta se le vio la camiseta interior y se apreció que era sin mangas. En su siguiente acción destacada, el Balón de Oro popular habilitó a Messi con un pase al espacio perfecto que el argentino no desaprovechó: recortó a Almeida y marcó. O más bien Shovkovsky se lo permitió. Fue el único error del portero en toda la noche, pues paró un buen surtido de ocasiones. La más clara, la que sirvió para cerrar los primeros 45 minutos. Una doble ocasión de Messi (de cabeza) y de Zlatan Ibrahimovic, que remató de forma acrobática y casi marca de vaselina. Herencia de haber practicado taekwondo. Es cinturón negro.


Ibrahimovic


Los azulgrana parecen hechos bajo un mismo patrón y los nuevos se adaptan rápido. Lo ha hecho quien más presión tenía por hacerlo, tanto por la inversión realizada en su fichaje como por ser el sustituto de uno de los mejores delanteros del Barça en su historia, Eto’o. De Ibrahimovic se había dicho que no defendía, un hecho que ha desmentido desde su llegada a Barcelona. Dispone de una verticalidad precisa. Con un taconazo de espaldas asistió a Messi, que no pudo resolver ante un gran Shovkovsky.



Tras el descanso el Barça, con Pedro en el campo por Iniesta, sí fue muy superior. El canario es el mejor ejemplo para los jóvenes que aspiran a hacerse un hueco en el primer equipo, tanto por su habilidad en el césped como por su humildad fuera de él. A Pedro le incomoda hablar de sus logros, pero fue clave en las dos Supercopas y también ante el Dinamo de Kiev. Como ante el Shakthar en Mónaco, aprovechó una asistencia de Messi para marcar. Esta vez se acomodó el balón con la derecha para anotar con la derecha.


Persistió en su propuesta el Barça. Messi estuvo a punto de provocar un gol en propia meta del desafortunado Almeida y Shevchenko, uno de los grandes verdugos del Barça de Van Gaal que ganó dos Ligas en dos temporadas en las que fue eliminado en la fase de grupos de la Champions, ha perdido los kilos acumulados en el Chelsea, pero le falta el instinto de antaño. Y la pillería, pues cayó en un inocente fuera de juego. Ahora ya no es el líder del equipo en el que se formó. Dicho cometido corresponde a Milievki, que sólo apareció en el minuto 87, cuando estuvo a punto de batir por alto a Víctor Valdés después de otra cesión mala de Sergio Busquets. Ambos jugadores chocaron y quedaron tirados en el suelo. El Barça ya tenía otra victoria más, la primera este curso en Europa. Conseguida a base de oficio y con beneficio, el liderato del grupo y un refuerzo más a su ideario.


2 comentarios :

Fujur dijo...

El Dinamo es un equipo futbolero. Un equipo de esos que siempre gustan a quienes no gusta el buen fútbol. Ayer, más allá de lo que digan los periódicos madrileños (que parecen empecinados en querer que los culés no estén demasiado entusiasmados con la candidatura olímpica de su capital...), el Dinamo no tuvo suerte, y el Barça, a quien tampoco se le picó, como bien dices, un flagrante penalti, machacó a un rival, un tanto ingenuo.

Me gustaron muchos los dos brasileños, Magrao y Almeida. Verdaderamente habría que estar contentos, pues si el primero valió 2 millones de euros y es así de bueno... seguro que Henrique que valió 10 es 5 veces mejor... ¿NO TXIKI?.

un abrazo crack!

Toni Delgado dijo...

Muy buenas Fujur,

En el As destacaban la actuación arbitral. Sólo les faltaba poner 'El árbitro hace líder al Barça'. Es comprensible (pero a la vez injustificable) esa parcial en las noticias. La prensa deportiva saca las vísceras del fútbol y no le funciona nada mal. Sólo hay que ver cómo se sulfura la gente en los bares y en lo que no son bares.

El Dinamo hizo lo que pudo y fue descarado y valiente, nada que ver con la mayoría de equipos que han venido al Camp Nou últimamente. ¿Lo de Henrique? Pues parecido a Cáceres, Maxi o Albertini. Txiki ha fichado muy bien o rematadamente mal. A quien no se le dio mucha bola (y la merecía, al menos para mí) fue a Gudjohnsen.

Otro abrazo maestro!