domingo, 15 de noviembre de 2009

Esta vez no hubo remontada

Gladyr defiende a Tucker -EFE.


La remontada se había convertido en el sino del DKV Joventut, en una concisión ineludible para conseguir la victoria. Su innegable capacidad de sacrificio le habían permitido ganar casi todos los partidos a excepción del disputado en el Palau con una trama parecida, una reacción encomiable y precisa cuando peor estaba jugando. Un guión que también pretendió repetir ante el Suzuki Manresa, contra el que llegó a perder por 17 puntos y se acercó a tan sólo dos en el último cuarto. Parecía que el conjunto de Sito Alonso iba a volver a ganar de la forma que más luce en las crónicas y en la pista: con sufrimiento y una lección de confianza en sí mismo. Pero su rival, todo un exponente de inversión aprovechada al límite, de pequeño experto en tambalear a los poderosos, tuvo la suficiente frialdad para anteponerse a la nueva situación y con los triples de Gladyr (13 puntos) y el liderazgo de Rodrigo San Miguel (14) acabó ganando por 69-82. El Suzuki Manresa no se imponía en Badalona desde 1999 y como segundo premio tuvo al MVP de la jornada, Román Montáñez, exponente de lo que es el club: un jugador trabajador lejos de los focos mediáticos (36 puntos de valoración por 19 tantos, siete rebotes, seis asistencias…).


La actuación de Montañez resultó completa: recibió ocho faltas personales y metió sus 12 tiros libres. En ese aspecto (5/9 de los locales por 24/29 de los visitantes) y en el balance de rebotes (19 por 35) quedaron marcadas las diferencias entre ambos equipos, que curiosamente presentaron la misma estadística en lanzamientos de dos (17/28). También coincidieron en el número de pérdidas (17), pero el DKV Joventut sólo recuperó cinco. El conjunto verdinegro volvió a ser un equipo que transita con tremendos altibajos, en parte, por el bajo rendimiento de sus pívots (sólo 24 puntos). Entre Koffi y Sonseca se quedaron en uno, y sólo Bueno, Bogdanovic y Norel estuvieron a un nivel aceptable. El déficit en sus hombres altos obligó una vez más al DKV Joventut a depender en exceso de sus exteriores, pero el problema es que esta vez no funcionó su director titular, Valters, más eficiente como anotador puntual que como organizador. Tampoco destacó Tucker (15 puntos), que volvió a ofrecer su versión de tirador de rachas, perfecto para grandes parciales a favor, el prototipo ideal para remontar partidos imposibles. Pero también capaz de no anotar cuando más se le requiere.


Manojo de nervios


Con el peor Tucker, que llegó a los -5 de valoración, se vio el mejor Suzuki Manresa, tanto en el inicio como en el final del partido. Los visitantes obtuvieron su máxima ventaja de 17 puntos (10-27 a los 13m 55s) gracias a los triples de Jordi Grimau (16 puntos) y las penetraciones de Montáñez. Pero justo entonces surgió Tucker, que se fue al descanso (29-33) como protagonista del encuentro y siendo el líder de los locales con diez puntos casi seguidos. La trama era similar a los partidos contra Cajasol o Gran Canaria. Así que como ya habían hecho los otros rivales, empezó a tambalearse el conjunto de Jaume Ponsarnau, en el que sólo Montáñez no se mostraba como un manojo de nervios. Ocasión que los exteriores del DKV Joventut Tucker incluido– y Bogdanovic rentabilizaron para rebajar la desventaja a dos puntos (49-51 a 9m 28s). Pero ahí finalizó la aportación anotador de Tucker, y la responsabilidad pasó a Norel, al que su equipo quiso encontrar demasiado. Al pívot holandés le queda mucho por jugar para ser el jugador referente y el Suzuki Manresa con Gladyr y sobre todo con San Miguel perfecto sentenció un partido que gobernó casi siempre. Hasta el intento de remontada del DKV Joventut. Porque esta vez no la hubo.


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