miércoles, 11 de noviembre de 2009

Victoria de balneario

Grimau coge un rebote ante Samnick -EFE.


El estrés, la tensión y la motivación se aparcan en cualquier balneario, escenario de relajación, distensión y ojos medio cerrados. El problema surge cuando se tiene dicha actitud sin estar en un sitio donde el agua chorrea y el reloj no agobia, pues irremediablemente surgen los contratiempos. Como los que tuvo el Barça para ganar por 76-82 al ASVEL Villeurbanne, un equipo que las pasaría canutas en la Liga ACB y que llegó al Palau sin el ex jugador del CB Granada Curtis Borchardt, un icono que no concuerda con el devaluado torneo francés. La victoria azulgrana, totalmente de balneario, sólo llegó cuando por fin se esmeró de verdad en defensa. Sólo empezó a merecerlo al final del tercer cuarto, cuando el conjunto de Vincent Collet empezó a acumular faltas en ataque, pérdidas y desconcierto en general. Por tercer partido de los cuatro disputados en la Euroliga Pete Mickeal logró los mejores números (16 puntos) de un conjunto azulgrana que de seguir así las cosas sólo tendrá un rival en esta fase, el Montepaschi de Siena, vencedor en Turquía contra el Fenerbahçe por 83-87 y también invicto.


El partido sería un buen material en una clase de psicología deportiva para que los alumnos tuviesen que proponer y disgregar sobre qué les dirían a los jugadores para incentivarlos, como si la máxima competición continental no resultase suficiente empresa. El Barça se comportó como un equipo dependiente y limitado durante casi los tres primeros cuartos, especialmente en el inicio, cuando llegó a perder por 13-19 (6m 28s) ante un ASVEL Villeurbanne en el que todos sus jugadores habían anotado y que había perdido sus tres partidos anterior en un torneo en el que aparecía desde hacía cuatro años. Con Dixon (11 puntos) en la dirección y Traoré (20) con todas las facilidades en la pintura los franceses merecían incluso mayor ventaja. Algo que hubiesen logrado de no ser por Boniface Ndong, recuperado para la causa después de una serie de partidos realmente malos, y de Mickeal, a un nivel similar casi siempre.


Agresividad


“No nos esperábamos que saliesen tan fuertes”, resolvió Juan Carlos Navarro, el reflejo de un equipo que no partió con la suficiente motivación y… agresividad. Ésa fue la palabra que más recalcó, desencajado, Xavi Pascual: “¡No tenéis agresividad!”, gritó. Pero por más cambios que realizaba el técnico azulgrana las cosas no mejoraban en exceso. Y si el Barça alcanzó el descanso con 40-39 a favor gracias a los puntos de Ricky, convertido más en referente en ataque que en organizador, y a la serie de 12/13 en tiros libres del segundo período. Es decir, que de los 21 puntos que anotó el conjunto azulgrana en ese tiempo 12 fueron desde la línea de personal, un recurso mejor en un equipo con tanta calidad y que acumuló hasta cinco empates en el segundo cuarto. Circunstancias que no hacía más que enfatizar la evidencia: el mejor ASVEL Villeurbanne tiene un rendimiento similar a un Barça que tardó más de 18 minutos en hacer su primer contraataque.


Empeñado en resolver desde el exterior y no explotar más su superioridad interior, el Barça buscó obsesivamente el tiro de tres, especialmente Navarro, que llegó a presentar un 1/8. Pero tras el descanso los locales atendieron que hay días que la puntería se esconde y es mejor probar otras opciones. Así que de probar ocho triples (un único acierto) en els segundo período, se limitaron a intentar tan sólo uno en el tercero, en el que con un equipo más defensivo (y trabajador) empezaron a interesarse por la victoria desde la defensa y con Ndong y Fran Vázquez en ataque. Sólo Dixon, muy criticado en este inicio de temporada, se sentía cómodo en un ASVEL Villeurbanne amenazado por las personales de sus hombres más resolutivos. Pese a todo los visitantes aguantarían hasta los últimos siete minutos, hasta que Roger Grimau contagió de espíritu a sus compañeros y el Barça empezó a carburar como esa. Con el buen juego también llegó la puntería buscado y Navarro pudo anotar un par de triples que le permitieron mejorar su estadística (15 puntos, 3/11 desde más allá de 6’25) y al Barça, asegurarse una nueva victoria. Un triunfo que sonó demasiado a balneario, chorros de agua y ojos medio cerrados.


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