lunes, 25 de enero de 2010

Agustí Montal: “Aunque seas presidente del Barça puedes expresar que eres de una cosa o de otra”




Juguetea con el lápiz que tiene en la mesa: lo coloca encima y debajo de un libro, y también lo hace girar. Agustí Montal i Costa (Barcelona, 1934) no puede parar quieto. Es puro nervio. La demostración de que la edad es una cuestión de actitud más que de números. Por eso Montal presidió el Barça con tan sólo 32 años y no se acongojó por desafiar a la dictadura por defender a su club y reclamar libertad y respeto para Catalunya. Experiencias que narra con autenticidad en Memòries d’un president blaugrana en temps difícils (Memorias de un presidente azulgrana en tiempos difíciles), editado por Proa. Experiencias que explica con la misma naturalidad con la que habla: con muchos detalles y pequeñas digresiones. Al libro y a esta primera parte de la entrevista para Cronómetro de Récords les falta un elemento fundamental de la personalidad de Montal: la carcajada. Una carcajada sincera y contagiosa como la que suelta cuando recuerda que su familia quiso que estudiase violín, pero que a él sólo acabó sirviéndole para hacer “esto”. Por “esto” se refiere a hablar por teléfono con el aparato apoyado en el cuello: “El violín… haces así (gesticula con cierta gracia) y suena fatal… Cada vez que recuerdo que en los escolapios de Arenys de Mar me hicieron tocar ante el obispo…”.

- ¿Qué es lo primero en lo piensa cada vez que se sienta en su butaca del Camp Nou?
Ver un buen Barça y que tengamos suerte para ganar. Nada más. Lo mismo que cualquiera.

- ¿Añora algo de sus años de presidencia?
Nada. Estoy muy contento de haber sido presidente del Barça, de haber dado ocho años de mi vida al club y haber hecho lo que podía. Añorar se añoran otras cosas. Cuando estás fuera de Catalunya añoras no estar en tu país.

- Vivió tiempos de dictado y restricciones. Fue un presidente deportivo y social que se implicó en reclamar más libertades para Catalunya.
La verdad es que era un hombre deportivo y buen barcelonista al que le hacía ilusión practicar deportes. En aquellos momentos tocaba que el Barça, como sustituto de muchas cosas que no había, representara las virtudes y los defectos de nuestro país. A través del Barça, y queriendo que tuviese los mejores equipos deportivos del mundo, nuestra junta estaba muy dedicada al espíritu social de nuestro pueblo.

- Y también al de la lengua.
La cultura. La cultura, la lengua y todo lo que representa nuestro país y que muchas veces nos habían prohibido, y no sé por qué. La dictadura era muy agresiva con ciertas cosas, pero esa actitud nos hizo más fuertes. Si el Barça fue fuerte fue primero porque en los años veinte, y durante la dictadura de Primo de Rivera, le clausuraron el campo [el de Les Corts, la sanción inicialmente fue de seis meses, pero se redujo a tres] porque [en un partido de homenaje al Orfeó Català, el 14 de junio de 1925] se había pitado la marcha real española. El Barça se sentía ligado a algo que era normal y, además, patrimonio de todos, sobre todo de los catalanes.

- El Barça se ha hecho fuerte por las bofetadas recibidas.
Sí, pero no por poner la otra mejilla, sino por representar una cultura y un país que no se podían ni pueden perder. Hoy en día el Barça es un embajador importante de lo que es Catalunya deportivamente. En aquellos momentos hacía falta hacer ese juego.

- Y hacía falta promover el catalán…
Promoverlo no, defenderlo.

- En sus memorias explica que se inventaron que un niño se había perdido en el Camp Nou para anunciar su desaparición por megafonía en catalán.
Sí, sí. Oficialmente el catalán estaba prohibido, pero en casa y en el país se hablaba. Comenzamos así, intentando retransmitir en catalán y después apoyamos todas las iniciativas que representaban la cultura y la lengua catalana.

- Define ser presidente del Barça como “una sombra alargada que te persigue durante toda la vida”.
Así es al menos a mí. Este libro lo comencé hablando de cosas mías, pero nunca he podido aparcar el haber sido presidente del Barça en aquella época.

- La obra tiene un tono muy oral, espontáneo. A menudo pide disculpas al lector por sus digresiones.
Quizás sea mi forma de ser o lo que quería que fuese o como se me recordase a mí y a mis compañeros. Por nuestra espontaneidad y sinceridad.

- ¿Qué significa presidir un club como el Barça?
Depende de las épocas. Desde su fundación presidir el Barça suponía incentivar el deporte. Las circunstancias históricas hicieron que el Barça se posicionase como un representante de los defectos y las virtudes de los catalanes. Y como un medio de comunicación. Con la globalización el deporte se ha convertido en un gran foco de atracción. Cuando era presidente del Barça me habían dicho que el fútbol se acabaría porque era el opio del pueblo, pero resulta que en un momento como el actual hay más fútbol que nunca. El fútbol no es el opio del pueblo y sí una forma de expresión deportiva de un gran espectáculo. Continúa atrayendo a las masas.

- Tuvo un referente muy cercano para ser presidente.
Sí, mi padre [Agustí Montal i Galobart, 1904-1964] fue presidente del Barça de 1946 a 1952. Él tenía inquietudes y había vivido aquí la guerra civil y las luchas constantes entre unos y otros. De hecho, con el fútbol se canalizaba el mismo espíritu que yo quise seguir.

- ¿Qué cosas quiso continuar de su padre?
Las virtudes del pueblo catalán, del trabajo, la ilusión y el sentirse frustrado muchas veces porque no querían nuestra cultura. Fuimos los promotores e iniciadores de toda la industrialización de nuestro país en cuanto a las estructures empresariales y sociales.

- Me da la sensación de que usted está enamorado de la esencia del deporte, un aspecto que el deporte actual no tiene.
A mí me gusta el deporte actual como espectáculo, pero estoy enamorado del deporte en particular. En mi época de presidente y posteriormente siempre lo he dicho: el deporte es un principio muy importante para todos los jóvenes y también para los viejos.

- Le gusta el deporte sin dinero de por medio.
Así es.

Montal posa con su libro - Toni Delgado.

- Su padre presidió los actos del 50º aniversario del Barça y usted los del 75º. ¿Qué diferencias hubo entre una celebración y otra?
En la conmemoración de los 50 años la dictadura, tanto deportiva como política, era fuerte: había pocas iniciativas que no fuesen reprimidas. En cambio, en mi etapa podías ser más valiente porque, aunque no quisiesen admitirlo, la dictadura se estaba acabando. Nuestro pueblo se sentía más libre y si el Barça inauguró una serie de peñas fuera de Catalunya fue precisamente porque la imagen que había dado el club era de aroma de libertad. El 75º aniversario del club significó el resurgimiento de todos los representantes de la vida cultural, social, política y económica de Catalunya que querían estar al lado de un club de fútbol que los aglutinaba y representaba. El Barça sirvió de integración para toda la gente que había venido a Catalunya para trabajar y que se hizo catalana a través de hacerse primero del Barça.

- ¿Cómo podría definir el Barça en dos o tres frases?
- En aquellos momentos y antes era un club deportivo con una fuerza importante arraigada en el espíritu de nuestro pueblo. Ahora tiene la virtud de ser portador de una imagen deportiva que se conoce en todo el mundo.

- ¿Qué cualidades tendría que tener el próximo entrador del Barça?
Todas las cualidades que quieras y más. Hombre, lo que sí que es importante es que el Barça continúe representando a un pueblo y a un grupo de cosas que nos hacen ser diferentes de otros.

- En tiempos de bonanza deportiva es muy más fácil ser presidente.
Es más fácil a no ser que pierdas. Porque todo depende de la pelota y siempre no entra. Hemos tenido una serie de circunstancias que han hecho posible que el Barça gane seis títulos en un año.

- La lucha entre los candidatos será tensa.
Para la libertad de escoger es bueno que haya diferentes opciones. En la libertad de escoger hay la libertad de pensar de una forma u otra. En estos momentos el Barça es un club de futbol importante y hay gente que quiere que se gestione de una forma o de otra. A mí ya me va bien que el Barça tenga dos, tres o cuatro aspirantes. Lo que no entiendo demasiado es todo este show de los avales, pues un socio del Barça, aunque no tenga avales, tendría que poder ser presidente. Estoy muy contento de que en el Barça no se puedan eternizar los presidentes, ya que sino se creen propietarios. Cuando hace tantos años que la entidad es presidida por una misma persona ésta se cree el propietario.

- Y también se cogen una serie de vicios.
Sí. Por eso es bueno que haya elecciones y fair play, aunque eso siempre es difícil.

- ¿Tiene más o menos claro a qué candidato votará aunque no lo diga?
No, no lo sé. Ya me explicarán los proyectos. Cuando los conozca lo diré.

- ¿Cree que Laporta exagera en su discurso catalanista?
Es libre de hacer lo que quiera, yo también lo hice, aunque entonces no había partidos políticos ni líneas de actuación. Los gestos de cada persona son muy respetables. Aunque seas presidente del Barça puedes expresar que eres de una cosa o de otra. Me parece bien.

- ¿Hay una caverna mediática en Madrid?
La caverna mediática existe, es mediática y centralista y está en Madrid. En mi época se decía que era la Casa Blanca, que la Casa Blanca mandaba porque controlaba. Ahora la Casa Blanca no es Casa Blanca, pero los medios de comunicación tienen su idea de defender el deporte de una forma y los de aquí de otra. Lo que sí que hemos conseguido es que esta caverna mediática se pueda discutir aquí, pero que hoy en día el Barça en el mundo se conozca.

- ¿Qué diferencia hay entre el tratamiento del deporte de unos y otros?
La misma diferencia que hay entre otras muchas cosas que no son el deporte.

- (Gesto de dribbling con las manos) ¿Y en concreto?
Hombre, que unos piensan en el centralismo, en la historia de un país que es el vencedor y los otros pensamos de otra forma.

- Pere Baret [el otro candidato a la presidencia del Barça en 1969] le acusó de catalanista y nacionalista. Supongo que fue elogio para usted.
Me hizo ilusión. Eso estaba en el ambiente porque había un sector que no comulgaba con esos valores.


Cruyff marca el "gol imposible" ante Reina, del Atlético.

- Hablemos de los clubs. ¿Están más unidos ahora? ¿El Caso Heredia [la Federación Española negó la inscripción al Barça de Heredia, un jugador oriundo que “no se podía demostrar que era español”, matiz que no se había estudiado demasiado en otros casos] volvería a repetirse hoy en día? ¿Sería factible que un único club luchase por los intereses de todos?
Intenté que se crease la Liga del Fútbol Español, que separase a los clubs profesionales de las federaciones centrales. Esto hoy en día ya existe.

- Todo comenzó con el intento de fichar a Carlos Bianchi.
Las leyes en aquellos momentos… No podíamos ficharlo porque además de ser argentino, a pesar de que podríamos encontrarle la nacionalidad española como a Heredia o Cos, resultaba que había otra, que los jugadores que habían jugado con una selección no podían jugar aquí aunque fueran oriundos. Y Bianchi había jugado ya con la selección argentina.

- El partidismo era demasiado evidente: otros jugadores estaban jugando en la Liga y con documentación falsa.
En los papeles todos eran hijos de padres españoles, pero los documentos estaban falsificados, y cuando el Barça se metió decían que los nuestros eran falsos...

- Y por cuestión de derechos no se pudo fichar a Di Stefano.
De derechos, pero el Barça también falló un poco. La verdad es que el Barça se esmeró mucho y consiguió, en la época de mi padre, el fichaje de Kubala; después intentó fichar a Di Stefano, que no se pensaba que llegase a ser el gran jugador que fue. Pero el Barça se durmió porque había fichado a Di Stefano a un club [River Plate], pero él se había ido a jugar a Colombia [Millonarios] y ese equipo también tenía derechos sobre él. Supongo que se durmieron y el Madrid acudió.

- Seguramente habrá coincidido alguna vez con La Saeta Rubia.
Sí. Hace un par de años fui a su homenaje. Está viejecillo. Me dijo: ‘¿Sabe que podía haber sido jugador del Barça?’. Y yo le dije: ‘Sí, si le he visto en una fotografía vestido con la camiseta del Barça’. Fue un gran jugador. Quizás ahora se admitiría aquella sentencia de que jugase un año en un club y un año en el otro.

- ¿Entre dos clubs como Barça y Madrid?
No, no. Además hubo otras presiones políticas que hicieron que el Di Stefano fuese al Madrid. Al presidente del Barça [Enric Martí i Carreto] lo coaccionaron haciéndole inspecciones.

- Dice que el Caso Guruceta [árbitro famoso por pitar un penalti de Rifé sobre Velázquez en una acción cuatro metros fuera del área, en la vuelta de cuartos de la Copa del Generalísimo de 1070 entre Barça y Madrid en el Camp Nou] hizo que la afición se uniese entre ella y el equipo para formar un grupo fuerte y homogéneo.
Es verdad. Guruceta se equivocó o le hicieron equivocarse. No lo sé. Eso creó una presión ante la gente y desde la junta directiva actuamos con dureza. Muchos que no creían en la gestión de una junta directiva joven y con ganas de hacer cosas se sintieron identificados.

- Salió reforzado…
- Reforzado sí, pero eso lo he visto con los años….

- Sorprende que no tuviese miedo.
No tuve miedo excepto un día que el capitán general me llamó y me dijo que le fuera a ver. Le dije a mi mujer que ya nos veríamos en otro sitio…

- Pero no pasó nada.
No, no pasó nada.

- Con el Caso Guruceta se subrayó la rivalidad entre el Barça y el Madrid. ¿El deporte sin polémica tendría sentido?
En estos momentos ya sí. La rivalidad entre el Bayern de Múnich y el Barça o con el Manchester United no es una rivalidad de este tipo y en cambio llena los estadios. Es bueno que haya equipos tan diferentes como Barça y Madrid o piques entre conjuntos de una misma ciudad o de pueblos. Esto fomenta que la gente se interese más.

- ¿Qué significó para el Barça y para Catalunya el 0-5 en el Bernabéu?
Que no se dieron cuenta y les metimos (se ríe)… Ellos se pensaban ganar y fue el momento en que se demostró que también podíamos ganar nosotros. Fue una gran corrida colectiva.

- Y uno de los grandes protagonistas del partido fue Johan Cruyff, de quien asegura que es el jugador más importante de la historia del Barça porque lo relaciona. ¿Fue el primer jugador mediático?
El Barça siempre ha tenido jugadores mediáticos aunque fuese en otros tiempos. Defino a [Josep] Samitier como un gran jugador. Después viene la época de [Ladislao] Kubala, de Cruyff y ahora podíamos hablar de Messi. El fútbol es de equipo y eso es lo que han conseguido hacer los técnicos actuales. Cruyff en este sentido también lo era, era un hombre aglutinador. Sabía que además de ser un gran jugador el fútbol dependía de los diez que tenía al lado.

- Cruyff llegó a decir que si fuese técnico no aguantaría a un jugador como él. ¿Cómo era El Flaco?
No lo sé porque tenía muy separada la cuestión técnica, que era responsabilidad de los entrenadores, y la discusión con los gestores del club. Cruyff era un hombre hábil y un gran jugador que sabía que hacía de líder. Se necesitan líderes en este mundo. Y Cruyff era un líder natural.

2 comentarios :

Fujur dijo...

Una entrevista realmente interesante, un puntazo vamos! geniaL! ME ALEGRO POR TI TONI!

Toni Delgado dijo...

Muchas gracias, Fujur. La voz de la experiencia, el amigo Agustí y muy de la broma. Un saludo!