jueves, 11 de febrero de 2010

Réplica a un campeón prácticamente eliminado

Grimau intentaba penetración ante Pekovic - EFE.


Se olvidó el Barça de polémicas reclamaciones, aparcó su derrota y el mal juego de Partizán y volvió a reencontrarse en el Palau ganando por 83-71 al actual campeón de la Euroliga, Panathinaikos, al que el curso pasado ya había superado con total autoridad en la primera fase. Resultó un partido muy completo de los azulgrana, cuyo principal activo fue el entusiasmo y la fiabilidad de Roger Grimau, que prácticamente anotó un punto por minuto jugado (17 en 16m 44s). El capitán fue el más destacado de un equipo que desdibujó al conjunto de Obradovic, que tendrá que ganar los tres partidos que le restan si quiere defender su título. El grupo E, teóricamente uno de los más desigualados, está encabezado por tres equipos con dos triunfos tras la victoria de Maroussi ante Partizán (57-49).


Cualquier resbalón hubiese sido más que peligroso –quien sabe si decisivo– para los azulgrana, más si cabe después de la decisión del juez único de la competición de no darle la razón en su recurso por denunciar que el palmeo de Roberts había sido ilegal: “No hay base legal para revocar la decisión de los árbitros”. Así que el Barça compareció con urgencias, pero con seriedad, colapsando y bloqueando a su rival, negándole el timón y superándole en todas las facetas del juego, especialmente en rebote, intensidad y físico, las principales razones que hacían que los visitantes fuesen una sucursal de balones perdidos y no tuviesen respuesta a los contraataques. Así, en un santiamén, el conjunto de Xavi Pascual, logró un parcial de 10-0 (21-11 a los 7m 41s) con Ricky Rubio como director de juego y cualquiera de sus compañeros en pista como colaboradores: todos contribuían a la causa con rendimiento similar en un primer cuarto en el que los azulgrana anotaron cinco de sus seis triples intentados. Un balance que no tendría continuidad (7/17).


Batiste y Pekovic


Poco inspirado en la creación y con Diamantidis poco decisivo, el Panathinaikos era un equipo partido en dos en el que sólo funcionaban los pívots, básicamente Batiste (19 puntos), siempre un incordio para la defensa local y muy habilidoso en espacios reducidos, y Pekovic (11), que le había hecho un traje al Barça en su etapa en el Partizán. Pocos recursos para un Barça que llegó a doblar a su rival en el marcador (24-12 a los 8m 22s) y cuyo juego resultaba brillante y coral. Sólo Pete Mickeal parecía desubicado en un grupo equilibrado. Supo apreciarlo Pascual, que lo sustituyó por Grimau. El capitán juega como defiende, todo lo hace a varias revoluciones. Un método que le sirve tanto para cometer demasiados errores seguidos como para acumular varios puntos en seguida. En el segundo cuarto, en concreto, alcanzó diez y fue el líder de los locales (47-38 al descanso).


El partido ganó más en velocidad en la reanudación y por fin Spanoulis (10 puntos, 1/5 en triples), una delicia en contraataque, empezó a justificar por qué es uno de los mejores exteriores de Europa. Pero sólo puntó pequeñas y puntuales pinceladas de su innegable calidad. Todo lo contrario que los pívots titulares azulgrana: Lorbek (14) y Ndong (16). El primero parece un bailarín de lo bien que mueve los pies para pivotar; el segundo es un portento evitando canastas y marcando puntos.


Resultaba ciertamente triste ver el bajo nivel de forma de Haislip, hace unos meses estrella en Unicaja y ahora un jugador más en el Panathinaikos tras su frustrado y testimonial paso por la NBA y en concreto por los Spurs. Más normal era observar enloquecido, prácticamente poseído, a Obradovic: “¡Todo el partido estáis haciendo igual!”. Un mensaje dirigido para los árbitros, pura parafernalia del mejor entrenador de la competición –tiene siete con cuatro equipos diferentes– y una excesiva concesión para los locales. Obradovic se ganó la técnica y Navarro (11 puntos, 3/12) no desaprovechó los dos tiros libres antes si quiera de que hubiese empezado el último cuarto. De ahí al final el Barça, que había llegado a ganar por 20 puntos, nunca tuvo una ventaja inferior a los diez. Pura réplica a un campeón prácticamente eliminado.


2 comentarios :

Fujur dijo...

Esto empieza a ir en serio... ;-)

Toni Delgado dijo...

Ya lo creo Fujur, ya lo creo. A ver cómo les va en Atenas.

Gracias por tu visita federico. Ahora me paso por tu blog. Un saludo!