sábado, 26 de junio de 2010

Lorenzo cocina otra victoria deliciosa en Assen

Lorenzo encara una curva perseguido por Pedrosa y Stoner -EFE.


Para Jorge Lorenzo competir es como cocinar, supone un ejercicio de fogones que requiere de constancia, sensibilidad y talento. El mallorquín compara los circuitos y todas las dificultades que entrañan, sus curvas, los rivales o el propio pilotaje, con los platos. Y desde hace casi una década, desde que lo pisó por primera vez, su menú favorito es el circuito de Assen, en Holanda, donde ya puede presumir de haber sido el mejor cuatro veces y en tres categorías distintas. Todo empezó en 2004 en 125cc, para continuar en 250cc (ahora Moto2) en 2006 y 2007 saliendo desde la pole, la circunstancia con la que ha vuelto ahora a triunfar en MotoGP. Resultó un triunfo sobresaliente, pero bastante menos cómodo que el de Silverstone para Lorenzo, exigido al máximo por los dos que tendrían que ser sus dos grandes rivales en ausencia del lesionado Valentino Rossi. Equipados con un neumático trasero blando, Dani Pedrosa y Casey Stoner le atosigaron en los primeros dos tercios de la carrera. Lorenzo, que llevaba el duro, mejor para las últimas vueltas, supo capear la situación: primero para coger una ventaja superior al segundo, después para mantenerse por delante con algo más de una décima –todos juntitos, un guiño al eslogan del anuncio de un GPS que protagoniza Lorenzo: “Milímetros de ventaja”–, para cinco después rozar el segundo y medio de margen (1’325) y a siete giros, los dos (1’999). La diferencia final fue de casi tres (2’935), por los 6’743 que le sacó en el GP de Gran Bretaña a Andrea Dovizioso, el gran perdedor en Holanda, pues cedió el segundo puesto del Mundial en favor de Pedrosa (también segundo en Assen y que está a 47 puntos de Lorenzo) a pesar de conseguir quitarle la quinta plaza a Randy de Puniet en los últimos metros. Cinco adelantamientos en la última vuelta. Fantástico epílogo para la primera carrera del año en la que Stoner ha podido subirse al podio: fue tercero.

Si en Silverstone Lorenzo rindió tributo a Los Beatles, en La Catedral se acordó de Michael Jackson, fallecido hace un año. Se marcó unos pasos a lo thriller para acordarse del icono del rock mientras clavaba su bandera de conquistas: la Lorenzo’s land. Después tendría otro buen gesto posando con el Jabulani, el balón oficial del Mundial de Sudáfrica por haber conseguido el hat trick (pole, vuelta rápida y victoria). El mallorquín se llevó la pelota firmada por los miembros de su equipo. Lorenzo cada día se comporta con más naturalidad y rebaja su cuota de detractores. Sus números no admiten discusiones. El balance de cuatro triunfos y dos segundos puestos es el mejor desde 2005, cuando Il Dottore ganó una carrera más. ¿Cuál es el secreto? “He sabido estar tranquilo cuando veía que no podían alcanzarme”, valoró el piloto de Yamaha, que no se olvidó de reconocer el buen papel de sus rivales: “He ido al límite porque tanto Dani como Casey lo han hecho muy bien. Hay que felicitarlos”.

Las 100 victorias de Rossi

La Catedral es una cita mítica en el calendario. Construido en 1955 y mejorado por última vez en 2006, es el circuito más plano del Mundial y oficialmente es conocido como Circuit Van Drenthe Assen. La tradición marca que el GP de Holanda o Dutch TT se celebre el último mes de junio. En el de hace un año menos un día Rossi desplegó una pancarta inmensa para festejar su 100ª victoria y recordar, a través de imágenes, las 99 restantes. Ahora el turno es de Lorenzo, que quiso volver a felicitar “por el gran cambio que ha hecho su moto de un día para otro” a Pedrosa, con el que iguala con nueve triunfos en MotoGP y con un año de competición menos.

El primer sorprendido por la evolución era el propio Pedrosa, que salió séptimo y ya rodaba segundo en la tercera vuelta: “No me esperaba hacer esta carrera y remontar tan rápido. Al final Jorge se ha ido un poco, pero se lo hemos puesto difícil”.

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