domingo, 27 de junio de 2010

Vettel se entroniza en Valencia en una carrera que Alonso califica de “manipulada”

Vettel levanta los trofeos como ganador en Valencia -EFE.


En circunstancias normales, sin esos problemas de fiabilidad del Red Bull que le han recortado un sinfín de puntos y sin la absurda lucha de egos en Turquía, Sebastian Vettel, vencedor en Valencia, sería el líder cómodo de un Mundial. En circunstancias normales, sin la aparición del coche de seguridad, Fernando Alonso hubiese sido segundo y “no noveno” (al final acabó octavo por las sanciones a otros pilotos). O eso al menos aseguró el bicampeón en su declaración más inofensiva y menos reivindicativa después de un GP de Europa polémico marcado por el espectacular accidente entre Heikki Kovalainen y Mark Webber. El australiano acabó impulsado en el aire y con el morro destrozado tras impactar con el Lotus, el asfalto y las protecciones. Un gran susto que dejó la imagen de la jornada –Webber está bien– y cambió el curso de la carrera, previsiblemente plana por la dificultad de realizar adelantamientos en el GP de Europa, con la salida del coche de seguridad. Nueve pilotos fueron sancionados con una penalización de cinco segundos por haber rodado por debajo del tiempo mínimo establecido con el coche de seguridad en la pista. Y a un décimo, Timo Glock, con veinte por haber ignorado las banderas azules que le indicaban que un coche le iba a adelantar.

Encendido, Alonso no tuvo reparos en utilizar su comparecencia ante los medios para denunciar lo que considera una práctica habitual: “Por desgracia todo va en contra de nosotros. Parece que permiten todo y es una pena, no por nosotros, sino por todo el público que ha venido aquí”. El piloto de Ferrari, que sí respetó las normas sobre el coche de seguridad y pasó de “rodar tercero a décimo por hacerlo”, calificó la carrera de “manipulada” y centró sus quejas hacia el líder y antiguo compañero de taller y de rencillas y ahora líder del Mundial: Lewis Hamilton, que adelantó “con banderas amarillas” al coche de seguridad para entrar en boxes antes y cambiar el alerón trasero, dañado por un choque con Vettel en la primera vuelta. Una acción por la que el británico fue sancionado con un drive through, castigo que no le impidió conservar su segunda posición.

Hamilton se justificó sin perder la compostura: “Cuando estaba en la curva uno vi la línea del coche de seguridad y éste a mi lado, y pensé que lo había pasado antes, así que continué y eso es lo que ha pasado”. Menos dudas plantea el hecho de que McLaren continúa siendo el equipo más sólido en las últimas citas, pues al segundo puesto de Hamilton cabe sumar el tercero de Jenson Button en el GP de Europa. El actual campeón fue uno de los castigados junto con Rubens Barrichello, Nico Hulkenberg, Robert Kubica, el ruso Vitaly Petrov, Sutil, Vitantonio Liuzzi, Buemi y De la Rosa, provisionalmente décimo y que dijo “importarme un bledo” la decisión final de la FIA y que pasó de ser décimo y sumar un punto a quedar 12º. Su plaza fue ocupada por Nico Rosberg, mientras que Michael Schumacher mejoró del 16º al 15º. Un triste consuelo.

Las mejoras de Ferrari

Ferrari anunció que valora llevar lo ocurrido ante la FIA “para que no vuelva a suceder”, en palabras del director deportivo, Stefano Domenicali. En la escudería de Maranello se quedaron con el mal gusto de quien se queda a medias de algo. El octavo puesto de Alonso y el 11º de Felipe Massa (14º antes de la sanción) suponen un botín insignificante, minúsculo para cuantas mejoras se han hecho en el monoplaza. Ferrari había dado un salto de calidad innegable modificando, básicamente, dos elementos: los canalizadores del aire del alerón delantero y la ubicación de los escapes, con salida en el difusor ahora. Cambios que habían ayudado a que Alonso fuese el más rápido en los entrenamientos del viernes y que el español y su compañero Massa ocupasen la cuarta y la quinta posición de parrilla, sólo superados por los Red Bull, impulsados por el conducto f, y el líder, Hamilton. Cambios que no pudieron superar las circunstancias y a una estrategia desastrosa, pues los dos Ferrari fueron pasaron por boxes al mismo tiempo. Massa, cómo no, fue quien tuvo que hacer cola.

No tiene suerte Alonso en Valencia, pues hace dos años, en el estreno en el calendario del circuito no llegó a completar ni una vuelta: fue embestido por detrás por Kazuki Nakajima, que le destrozó el alerón. Esta vez, y de momento, sumó dos, después de perder la octava posición en la última vuelta a favor a Kamui Kobayashi (Sauber), que también superaría a Sebastien Buemi para acabar séptimo, posición que conservó después de las sanciones. A Alonso le preguntaron qué pasaría y cómo se sentiría si subiese puestos por la sanción de otros pilotos. “Cuantos más puntos mejor, lo que hay que analizar y ver son las cosas que han pasado hoy. La pena de la gente que ha visto en las gradas una carrera no del todo real”, siguió Alonso, que iluminó los ojos a esos periodistas que entienden que el periodismo debe buscar (y encontrar, claro) los titulares más incendiarios. Y Webber no quiso entrar en ese juego para valorar su accidente. Para empezar el australiano exculpó a Kovalainen –“para bailar un tango hacen falta dos y para este accidente también”–, pero reconoció haberse sorprendido “por lo pronto que ha frenado, no podía hacer nada porque estaba muy cerca de su alerón trasero”.

Más sereno, tremendamente contento, Vettel valoró que “lo más importante del día” era que su compañero estaba bien, se mostró muy feliz por su triunfo, el segundo del curso tras el de Malasia, y tuvo unas palabras para los escépticos: “Algunas personas pierden la atracción y dicen que la F1 en comparación con 30 años atrás es aburrida y no pasa nada, pero en días como este te recuerda que las velocidades son altas y cuando las cosas van mal pueden ir espectacularmente mal”.

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