sábado, 31 de julio de 2010

Pequeños grandes gestos en Barcelona

España levanta el brazo de Mo Farah reconociendo su superioridad -EFE.


El atletismo es un deporte bastante noble. No es una apreciación de quien escribe esto, sino de Jesús España (Valdemoro, 1978), subcampeón de los 5.000 metros en los Europeos de Barcelona. El atleta español celebró antes el oro de su rival, Mo Farah, que su propia plata. Se abrazó a él y le levantó el brazo en señal de reconocimiento por haber sido mejor en un final explosivo en que, conforme pasaban los segundos, el británico se escapaba un poco más para Jesús España. Ambos se llevan bien y sobre todo se respetan. El español recordó lo duro que había sido para Mo Farah, que también se llevó el oro en los 10.000 metros, perder ante él el oro en los Europeos de Goteborg por nueve centésimas. Esta vez el británico acumuló varios cambios de ritmo en los últimos 1.200 metros y resultó inalcanzable para España, superior a Hayle Ibrahimov, de tan sólo 20 años. 26 tiene Veronique Mang, protagonista de otro gesto maravilloso y que seguro que también comparte la filosofía del medallista español. Mang quedó descalificada de la final de los 200 metros por salir hasta de la cuenta, pero fue la primera en acercarse y envolver con una bandera felicitar a su compatriota Myriam Soumaré, que se marcó un baile en el podio para celebrar su triunfo en la calle 8, por delante de la ucraniana Yelizeveta Bryzhina y la rusa Aleksandra Fedoriva. Gestos que ennoblecen estos Europeos de Barcelona, como la tradición de dar la vuelta de honor en el heptatlón, ganando con brillantez por la británica Jessica Ennis. 
 

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