domingo, 1 de agosto de 2010

Chema Martínez agarra la plata en maratón

Chema Martínez, a punto de completar el recorrido, celebra su medalla -EFE.



Tiene el maratón un punto extremo de crueldad, exige una lucha interna tan grande que el atleta alarga una vez tras otra los límites de su cuerpo, como si se tratase de un chicle y no de un organismo delgado y ligero e ideal para correr 42’195 kilómetros en algo más de dos horas en los mejores casos. Por el camino desfallecen atletas, las manos se van a los isquiotibiales, como en el caso del italiano Ruggero Petile, cuando luchaba por asegurarse el bronce en los Europeos de Barcelona. Por suerte logró incorporarse, pero no evitar que el ruso Dmitriy Safronov le birlase el último metal tras superarle como una exhalación. Más difícil era observar la agonía del francés James Theury, agitador de la prueba en el ecuador y que ahora apenas podía doblar las rodillas. Más amable, pero igual de traumática resultó la retirada de quien defendía título, el italiano Stefano Baldini: viéndose lejos de las medallas decidió pararse ante la confusión de un espectador, que parecía preguntarle qué le sucedía. Quien sí llegó a la meta, y en una magnífica sexta posición, fue el español Rafa Iglesias, exhausto, desplomado nada más completar el recorrido, sin energía suficiente ni para suspirar. A unos metros, más enteros y sonrientes, Pablo Villalobos, quinto, y Chema Martínez (Madrid, 1971) no dejaban de sonreír e ir de un lado para otro. “Un trozo de esta medalla es del público. Me ha llevado en los momentos más críticos”, declaró Chema Martínez. A punto de cumplir 39 años, el atleta del Nike Running se llevó la plata, el quinto metal de España en los Europeos de atletismo de Barcelona, y el tercero en su cuenta particular en los campeonatos de Europa, tras los oros de Múnich (2002) y Goteborg (2006) en una disciplina muy diferente, los 10.000 metros, otro mundo. Otra lección de vida demostró el suizo Viktor Röthlin, vencedor del maratón (2h15:21 por las 2h17:50 del segundo y 2h18:16 de Safronov) después de haber estado apartado del atletismo seis meses en 2009 tras sufrir una trombosis y una embolia pulmonar.

No es nuevo reconocer que la vida de muchos deportistas supone una dieta en agendas sociales y familiares. Hace dos años Chema Martínez, abanderado en la inauguración de estos Europeos, confesaba en una entrevista con Olga Viza en Marca que la última vez que había ido con su mujer había pagado en… ¡pesetas! y que hacía más de siete años que no se tomaba una copa. Familiar, tenaz, “un poco pesado y muy disciplinado”, Chema Martínez acumula esta temporada más de 10.000 kilómetros, una cifra superior a la que hace su coche, indica. Unos números que sólo se entienden haciendo concentraciones como las que realizó el atleta entre junio y julio, cuando estuvo concentrado en el CAR de Sierra Nevada (Granada) con más de 230 km semanales y a 2.340 metros de altitud. También se entrenó subiendo hacia la pista de esquí de Borreguiles, a 2.780 metros. Esfuerzos que han servido a Chema Martínez para agarrar la plata en Barcelona, un premio festejado en la meta junto a su familia, “a los que tanto me aguantan”, su mujer, Nuria Moreno, olímpica en los Juegos Olímpicos de Sydney con la selección de hockey hierba, y sus hijos, Paula y Nicolás. Antes de llegar, Antonio Serrano, su entrenador, le dio una bandera española y una pequeña colleja de complicidad. Puro alivio para Chema Martínez, muy presionado por cuanto leía estos días sobre el papel de la delegación en los Europeos hasta el momento.

Licenciado en INEF

A Chema Martínez le gusta el periodismo, pero es licenciado en INEF, además de tener un máster en Gestión en Administración y Dirección del Deporte por el COE u otro en Gestión de Campos de Golf en el CEES. Los estudios siempre fueron una prioridad para él y sólo se dedicó en cuerpo y alma al atletismo cuando casi los tenía muy encaminados. El atleta madrileño ha formado parte de los últimos mundiales. En los dos primeros compitió en los 10.000 metros con un noveno puesto (Sevilla 1999) y una 19º posición (Edmonton 2001). En 2003 se pasó al maratón y en la cita de París fue 16º, cuatro puestos mejor que en Helsinki 2005. En el Mundial de Osaka de 2007 Chema Martínez finalizó décimo y hace un año en Berlín, octavo y primer europeo. En abril de 2008 ganó su primera maratón, en su ciudad, Madrid, aunque meses después, en los Juegos Olímpicos de Pekín, sólo sería 16º. El año pasado fue plata en los Juegos Mediterráneos de Pescara en el medio maratón.

Pero su mejor medalla en el maratón es la que ha conseguido en Barcelona. Desde el primer instante Chema Martínez era consciente de que el podio se iba a decidir entre quienes llevasen el peso de la carrera. Por eso respondió a los ataques de Yuri Abramov, Pertile, Safronov o Theury, ataques estos dos últimos que dejaron el grupo de cabeza en once y seis integrantes, respectivamente. A Pertile, pero después no pudo responder al ritmo de Röthlin, escapado con Theury en el kilómetro 28. El español acabó superando al francés, pero nunca se acercó lo suficiente al suizo, que pudo llegó en primera al que llegó a tener a menos de una docena de segundos. Pero conforme pasaban los kilómetros se alejó. Röthlin se sacó la espina de los Europeos de Goteborg, cuando fue segundo.

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