domingo, 3 de octubre de 2010

Hushovd frustra el reto mayúsculo de Freire

Hushovd saluda vestido con el maillot de arco iris -EFE.
Sostienen directores de equipo, ciclistas y expertos que en el ciclismo conviene ser perro viejo y estar pendiente de todo, haya o no haya de por medio los polémicos pinganillos. “Corriendo delante te enteras de cómo va la carrera”, había advertido Óscar Freire horas antes del Mundial de Australia. Por despistarse un momento, en la sexta vuelta de las once que se requerían dar al circuito de Geelong (262'7 km.), él y el resto de favoritos perdieron comba ante una fuga que pudo ser la definitiva. El equipo español terció para recuperar el terreno perdido y los fugados fueron neutralizados. Tampoco servirían para nada los ataques de medio anónimos como Pavel Brutt o el arreón de uno que entraba en las quinielas por el triunfo, Gilbert. Cadel Evans, que defendía el título y corría en casa, siempre estuvo solidario para impedir que nadie sacase provecho de un ataque. Así que se llegó al sprint, como había soñado Freire, aunque no con las condiciones que esperaba tener. El cántabro, que aspirada a ser el primero en alcanzar los cuatro mundiales, por encima de Alfredo Binda, Rick van Steenbergen y Eddy Merckx llegó agotado, desgastado por haberse esforzado tanto en las últimas vueltas y no resultó un rival oficioso en la masiva llegada al sprint, con más de 40 corredores. El más listo y el más fuerte, vencedor con suma suficiencia fue Thor Hushovd (Arendal, Noruega, 1978), por delante del danés Matti Breschel y del australiano Allan Davis. Freire entró sexto y sin pedalear.

El triunfo de Freire, además de haberle convertido en el mejor corredor de la historia de los mundiales, hubiese supuesto desviar también la atención del ciclismo español, convulso con el positivo por clembuterol de Alberto Contador en el pasado Tour, la confesión de haber tomado productos prohibidos de Marga Fullana, cinco veces y el positivo por Hydroxyethyl de Ezequiel Mosquera y David García. Pero Freire, que ha vivido en sus carnes la peor etapa del ciclismo, “doce, quince años con mucho palos”. Pero Freire se sentía fuerte y defendía que el circuito no era de los más duros de los últimos años. Él, vencedor por dos veces en Verona y una en Lisboa, el hombre despistado del pelotón fuera de la carrera empezó la temporada de forma brillante, pero una sinusitis le impidió llegar al Tour en buena forma. “En esta última parte de la temporada estoy encontrándome otra vez”, anunció el día antes del Mundial. Pero nada pudo hacer para impedir a un ex corredor de esquí de fondo ganó el maillot de arco iris. Hushovd es un sprinter peculiar, pues además de haber sido el más regular en dos Tours (2005 y 2009) y una Vuelta (2006), ganó un prólogo de la ronda francesa y cuenta con tres campeonatos contrarreloj en Noruega. “Sabía que tenía que aprovechar esta oportunidad, probablemente la única que tenga nunca”, cerró, emocionado Hushovd. “Estoy triste porque sé que todo podría haber salido mejor. No porque pinse que he perdido la oportunidad de ganar el cuarto Mundial”, lamentó Freire. Pero, fiel a su forma de ver las cosas, advirtió: “No descarto nada para el año próximo en Copenhague”.

No hay comentarios :