domingo, 18 de septiembre de 2011

Navarro encumbra a España con su segundo oro en un Eurobásket ante Francia (98-85)

Reyes levanta la copa ante Calderón, Rudy, Navarro, Pau y Scariolo - EFE.
Si alguien se pregunta qué función tiene un capitán o cómo debe comportarse un jugador para ser considerado un líder sólo debe ilustrarse con la trayectoria de Juan Carlos Navarro, pieza indispensable en el Barça e insustituible con España, en la que ha tenido la mala -y buena- suerte de coincidir con Pau Gasol, que le ha restado focos. Navarro es un artista con desparpajo, valiente y explosivo al que le incomoda firmar sus cuadros. Le cuesta hablar de sí mismo ante las cámaras y siempre recurre al grupo. España está contagiada de su gen competitivo, del perfil de ganador insaciable de Navarro, nombrado MVP del segundo Eurobásket consecutivo logrado por España ante Francia 98-85. Una copa levantada por Reyes, un gesto impagable de Navarro. "Felipe, es tuya"En diez años España acumula dos medallas de oro, dos de plata y una de bronce en Europeos, una plata olímpica y un oro mundial. Y Navarro, como Reyes y Pau lleva siete metales. Casi nada.

Por un día, y sin que sirva de precedente, Navarro habló de él: "La verdad es que he hecho unos partidos en los que me he encontrado impresionante". Hablan los números -26 puntos en cuartos contra Eslovenia, 35 ante Macedonia en semifinales y 27 en la final ante Francia. La Bomba, presente en el mejor quinteto junto a Tony Parker, McCalebb, Kirilenko y Pau, ha sido la hélice, el motor de España en los cruces y ha aparecido siempre en el momento clave, también el último día: ahí estaban sus canastas para contener las puntuales reacciones del rival. "Juan Carlos ha estado inconmensurable, tirando muy bien en momentos claves y dándonos un empuje increíble", dijo sobre su amigo Pau, que le dio un par de besos en la entrega de medallas.
"Esto es una gran familia y por eso somos especiales", describió Calderón, justo antes de acordarse de los padres de Reyes y Claver, fallecidos recientemente.

El regalo de Ibaka

Conseguido el primer objetivo, estar en los Juegos Olímpicos, España jugó por su reputación, por mantener la hegemonía en Europa, para revalidar el título en el Eurobásket en su tercera final consecutiva. Y cuadró un partido fantástico, desde Navarro, pasando por Pau (17 puntos y 10 rebotes) o Ibaka, que en en las últimas horas de su 22º aniversario colocó ¡cinco tapones! Los cinco en la mitad del segundo cuarto, acciones que sirvieron para que España cogiese una diferencia de 10 puntos y diese su primer golpe sobre la mesa (50-41 al descanso).

Francia, al contrario que en la segunda fase, no resultó un holograma ni una broma de mal gusto. Carburó como lo que es, todo un subcampeón de Europa, con los jugadores que se tronchaban y bostezaban en aquel partido: Noah y sobre todo Parker, revoltoso y certero a partes iguales. El base francés por fin se ha quitado el sanbenito de no cumplir con su selección y ha cuadrado una competición impagable y en al final perdió por un punto su duelo anotador con Navarro. Nueve anotó Parker en un primer cuarto en el que Navarro aportó nueve y Francia supo cambiar de registro con naturalidad y rapidez. El conjunto de Collet había empezado explotando la zona para procurarse canastas sencillas. Así llegaron las cuatro primeras, tan claras como la que falló Damian Stojanoski en el partido por el bronce y que hubiese significado el empate a 70 a falta de nueve segundos tras una asistencia del incombustible McCalebb; Shved sentenció el partido y aseguró el metal para Rusia (68-72). Después los franceses cedieron el protagonismo a sus exteriores. Con Parker, claro a la cabeza de todos y con la cabeza rapada menos en un minúsculo rectángulo. ¿Una apuesta? ¿Un talismán?  

91 puntos en la primera parte

Por ser, España resultó hasta matemática, pues anotó 25 puntos en los tres primeros cuartos y 23 en el último, incluida la de Reyes, la más aplaudida por un banquillo ya relajado, sabiéndose campeón, ya en los últimos segundos. Un gesto de tutor satisfecho y de persona ejemplar de Sergio Scariolo, que reconoció sentir "orgullo de trabajar con este equipo". "No hemos dudado ni un segundo", prosiguió el seleccionador, encantado con Ibaka o con la fortaleza de Sada. El base azulgrana salió antes de lo previsto porque Ricky se llevó un codazo involuntario de Parker, que minutos después sí que fue víctima de una acción punible: Rudy le agarró del cuello y le tiró. Resultó quizás la única mancha de la selección en la primera parte, la más anotadora en una final del Eurobásket desde 1995, cuando entre Yugoslavia y Lituania se repartieron 97 puntos. Esta vez el balance fue de 50-41: 91.

Parker continuó a lo suyo, intentando conectar a Francia, ayudado por Noah y Gelabale, al que se le quedó cara de tonto cuando Navarro le fintó y metió un triple o cuando poco antes, en una jugada más de billar que de baloncesto, La Bomba hizo una pase picado para Marc y éste repitió acción para que Pau machacara. También se lucía Calderón, ausente en los dos últimos torneos y siempre presente en Lituania con puntos importantes y dirección de juego: "He pasado dos años muy malos. Gracias a todos por estar aquí". La final quedó sentenciado en el inicio del último cuarto y con tres jugadores suplentes en la pista, Llull, Sada e Ibaka. Pero todavía faltaba ver el tercer tapón de Pau a Seraphin o su triple o la última canasta, en suspensión, de Navarro, sustituido entre gritos unánime de "¡MVP!¡MVP!". Incluso Fernando San Emeterio, siempre tan discreto, le hizo una reverencia al reemplazarle. Y más: salieron a la pista Reyes y Claver, un buen detalle de Scariolo con los dos jugadores que peor lo han pasado en los últimos meses. También anotó Reyes,  a quien sus compañeros animaron durante el torneo cantándole el tema de Bongo Botrako
Todos los días sale el sol, Chipirón, pero adaptándola y diciendo Felipón. El cordobés celebró el oro poniéndose una camiseta roja con el nombre de su padre (Alfonso) y el 9.  Un emotivo homenaje: "Desde arriba lo hará visto". En la pista Calderón pareció mecer la pelota cuando el árbitro cuando el árbitro pitó el final. El sello al segundo oro consecutivo en un Eurobásket, una proeza que sólo habían conseguido antes Lituania, la URSS y Yugoslavia.

ESPAÑA 98 (25+25+25+23): Pau Gasol (17), Rudy (14), Navarro (27), Calderón (17) y Marc Gasol (11) -equipo inicial-, Ricky, Llull (4), Sada (2), Reyes (2), Claver, San Emeterio e Ibaka (4). FRANCIA 85 Francia (20+21+21+23): Noah (11), Batum (10), Parker (26), Pietrus (4) y Diaw (12) -equipo inicial-, Seraphin (4), Albicy (1), Kaudi (3), Traore (4), De Colo (2), Tchicamboud y Gelabale (8). Árbitros: Luigi Lamonica (ITA), Ilija Belosevic (SRB) y Sreten Radovic (CRO). Pietrus y Noah fueron eliminados por cinco personales. Incidencias: final del Eurobasket disputada en el Kauno Arena de Kaunas ante unos 14.500 espectadores. Al partido asistió el Príncipe Felipe y el secretario de Estado español para el Deporte, Albert Soler. Por parte francesa asistieron el ex primer ministro Dominique de Villepin y la ministra de deportes Roselyne Bachelot. o una frase parecida le comunicó Calderón al pívot, que a finales de agosto perdió a su padre. Una imagen de humanidad y corazón en un país que vive para el baloncesto como Lituania con el sello de una generación irrepetible. 


2 comentarios :

jairo F.Quindós dijo...

que grandes son, a mi me encanto Ibaka, dios como vuela para poner chapas, Navarro y gasol merecen estar en el quinteto, Juanqui ha demostrado que la calidad esta aveces por encima del musculo en el baloncesto

Toni Delgado dijo...

Navarro es un caso atípico: impone su talento por encima de todo. Lo de Ibaka en la final fue grandioso, como el rendimiento de Pau, Marc o Sada. Un saludo, Jairo.