domingo, 27 de mayo de 2012

Webber controla una carrera caótica en Mónaco y Alonso lidera el Mundial en solitario


Webber festeja su triunfo en Mónaco - EFE.

“Para todos nosotros [para los pilotos] es fabuloso y sobre todo resulta interesante para los aficionados”, respondió Mark Webber (Queanbeyan, Australia, 1976) cuándo le preguntaron qué le parecía que fuese el sexto piloto en ganar en las seis carreras disputadas este curso, algo inédito hasta ahora: “dice mucho de lo disputado que es el campeonato”. Tan igualado que Webber le sacó seis décimas al segundo, Nico Rosberg, nueve a Fernando Alonso, y 1'3 al cuarto, Sebastian Vettel. Los seis primeros opositaron hasta el final por las tres primeras plazas, pues en el GP de Mónaco no hay podio como tal. Webber estuvo imperturbable en una carrera en la que acabó rezando para que no lloviese lo suficiente como para chafarle la guitarra. Criticado por perder en la salida lo ganado en la calificación, el australiano se mostró imperturbable en un comienzo explosivo, en el que Grosjean fue embestido por Schumacher después de tocarse con Alonso, eufórico tras la prueba porque se sitúa líder en solitario con 76 puntos, tres más que el propio Webber y que Vettel. 

El trazado de Mónaco es el más especial del Mundial por ser el más corto (3.340 metros), pero el más largo en completarse, casi dos horas. Es casi una sucesión de curvas (19) con un túnel donde es casi imposible adelantar y se paga caro cualquier mínimo error. Lo comprobó Pastor Maldonado, que pasó de ganar en Montmeló a retirarse en la primera vuelta tras arruinar la carrera también de De la Rosa, que había avanzado que iba a salir con neumáticos súper blandos y a una parada. Sólo un pit stop hicieron los mejores y ahí Alonso le birló la tercera posición a Lewis Hamilton, que para su desdicha perdió otra plaza ante un Vettel que partió con las gomas duras –como Jenson Button, que no concluyó la carrera– y aguantó con ellas 46 giros. 

Cuarta retirada de Schumacher

Baby Schumi marcó la pauta durante unas vueltas intentando marcar la máxima diferencia posible con respecto a Webber, que también había contenido a Rosberg. El alemán, por más que se acercase en el tramo final a pocas décimas, nunca tuvo opción de adelantarle, pero acabó contento. Todo lo contrario que su compañero en Mercedes, Schumacher, que se retiró por cuarta vez en seis pruebas por un problema en la bomba de gasolina. Aunque parezca mentira no lo hizo Kovalainen, por más que se tocase en varias ocasiones con Checo Pérez. 

La incertidumbre del tiempo era un aliciente más de un GP de Mónaco imprevisible. Desde los equipos se avisaba a los pilotos que en cinco minutos empezaría a llover, pero el tiempo pasaba y al final sólo cayeron algunas gotas en la zona del final de recta de Santa Devota. La lluvia hubiese premiado, por ejemplo, a Vergnier, que sacrificó un séptimo puesto para buscar uno mucho mejor por poner los intermedios. La jugada le salió mal en una jornada gloriosa, “increíble” para Webber, de nuevo vencedor tras el GP de Brasil del curso paso y que festejó en Mónaco su octava victoria en la Fórmula 1, la segunda en dicho circuito y la tercera consecutiva de Red Bull en esta prueba. Un escenario en el que Alonso logró su 76º podio y se congratuló con la buena actuación de Ferrari, pues Felipe Massa completó una actuación más que interesante con un sexto puesto y sin fallo alguno. Felipinho necesita carreras así para volver a sentirse un piloto importante, por más que la prensa haga tiempo que lo sitúe fuera del equipo y desde Maranello no acierten a asegurarse el puesto ni hasta el final de temporada.  

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