domingo, 28 de abril de 2013

La sinfonía de Nadal

El tenista mallorquín logra su octavo Godó tras ganar 6-4 y 6-3 a Almagro

Nadal levanta su octavo Godó - AFP. 

Su rival tiene 12 años, cinco más que él, y el cielo está encapotado. Rafa Nadal (Manacor, 1986) está asustado hasta que su tío Toni le tranquiliza diciéndole que si las cosas se ponen feas hará que llueva. Con 2-3 en el primer set se pone a llover y un rato después Nadal le pide a su familiar que haga que salga el sol, que se ve capaz de ganar un partido que acaba perdiendo en el tercer set. Muchos años, de nuevo con el cielo cargado y 54 títulos en su haber, entre ellos once Grand Slam, Nadal no quiere que llueva y empieza, como aquel día, 0-3 en contra ante un Nicolás Almagro fresco y directo. En la grada del Real Club de Tenis Barcelona el público se protege de la fina lluvia con chubasqueros y paraguas y también están protegidas las diferentes copas del torneo del Conde de Godó. Los puntos se alargan, en parte, porque la pelota va lenta y Nadal deshace el entuerto para llevarse seis juegos de siete y alcanzarse con el primer set por 6-4. En el segundo apenas tiene dificultades y lo gana por 6-3. El tenista mallorquín gana el partido en una hora y 32 minutos y poco después ya levanta su octavo Conte de Godó, tantos como Másters 1.000 de Montecarlo. Es su 39º título en tierra batida y se coloca a uno de Thomas y a siete de Guillermo Vilas.

“Las condiciones eran realmente complicadas”, reconoce Nadal. Se refiere al tiempo, al estado de la superficie a su rival, que le domina al principio. Pero el mallorquín reacciona y se lleva su cuarto título en el 2013 (tras Sao paulo, Acapulco e Indian Wells), más que nadie: “Desde que hemos vuelto [tras siete meses lesionado] las cosas están yendo mejor imposible”. Lo dice una semana después de perder la final de Montecarlo ante Djokovic. En Viña del Mar, en el torneo de su reaparición, también fue finalista ante Zeballos. Nadal cogió con mimo su octavo Godó, “una de las victorias más emotivas que podía tener” y se lo pudo encima de la cabeza. Almagro no perdió detalle: “No ha podido ser. Hay una persona que es un monstruo y que está por encima del resto en esta superficie”.    
     

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