domingo, 18 de agosto de 2013

El genio de Márquez

El piloto de Cervera gana su tercera carrera consecutiva en Indianápolis para ampliar su distancia con Pedrosa y Lorenzo, a 21 y 35 puntos, respectivamente

Márquez, eufórico, en Indianápolis - Reuters. 

Con cuatro años le pidió a los Reyes Magos que le trajeran una moto –y Sus Majestades le envolvieron una Yamaha Piwi rosa con un casco gigante para él– y siendo un retaco devoraba cada prueba de motocross y enduro que veía con sus padres, Roser y Julià, y su hermano Àlex. “Me sentaba en una baja de paja”, contaba Marc Márquez (Cervera, Lleida, 1993) a Carmen Pérez-Lanzac en El País Semanal, “y me ponía a mirar las carreras. Lo observaba todo”. Asimilaba rápido las indicaciones que le daban para
pilotar y sabía corregir errores. Ya tenía  un amor incondicional por la velocidad, una fuerza mental inmensa –solo hay que recordar su victoria el año pasado en Estoril remontando desde la última plaza o no venirse abajo los cinco meses en los que se pasó viendo doble tras un percance en Australia– y un inconformismo de fábrica. En su pasado se explica su seguridad y determinación, su extraordinaria temporada de estreno en MotoGP, donde suma tres victorias consecutivas –solo lo había logrado otro debutante, Kenny Roberts en 1978–. El estadounidense fue campeón con cuatro, las mismas que acumula Márquez, que ha cruzado la línea de meta primero en Alemania y en las tres citas  norteamericanas: Austin, Laguna Seca e Indianápolis. En esta última carrera, tras casi un mes de vacaciones, volvió a bordarlo, pese a no salir bien y caer al tercer puesto. Poca cosa para él, que supo encontrar su momento: por el exterior engulló a Pedrosa en la octava vuelta y cuatro después, esta vez por dentro, superó a Lorenzo, y se escapó sin remedio. Como en el Mundial, pues tiene 21 puntos respecto a su compañero en Honda y 36 al actual campeón.

El podio de Indianápolis respetó el orden de la general, con Márquez como líder sólido y sereno que se dedicó a seguir a sus dos grandes rivales, que empezaron mejor. Lorenzo salió como un tiro para colocarse primero e intentar marcar su ritmo. Sabía que no tenía nada que hacer si iba detrás de las Honda, pero lo que no se esperada era que el neumático empezase a “deslizarse sin ningún motivo”. Aunque no puso excusas –sigue recuperándose de la operación de clavícula– y es optimista de cara a las dos próximas carreras: “Al final tenía algunos dolores en las frenadas, pero me veo mejor y en Brno y Silverstone estaré perfecto. A partir de ahora solo podemos mejorar”. Satisfecho a medias estaba Pedrosa, segundo en Indianápolis: “Cuando la moto derrapa tanto tienes que estar muy ágil y yo iba [por su operación de clavícula] muy estático. He luchado para mantener mi energía sobre la moto y he tenido que pilotar de diferente manera, debido al dolor que estaba sufriendo”.  

“He empujado un poquito”   

Cuando Márquez se vio con menos gasolina atacó a Pedrosa, le rebasó y se fue a por Lorenzo. Lo siguiente es mejor que lo cuente él: “He empujado un poquito y he visto que me seguía. Me he dicho ‘intenta abrir un hueco’ y, bueno, he hecho unas vueltas rápidas de 39.0…” Y se escapó para ganar por tercer año consecutivo en Indianápolis. Pedrosa adelantaría a Lorenzo en una recta del antepenúltimo giro y Valentino Rossi, que llegó a pilotar noveno, se hizo con la cuarta plaza tras adelantar a Crutchlow en la última curva en una acción de genio que bien podría hacer en breve Márquez. Tal para cual.

2 comentarios :

4-3-3 dijo...

Vaya escándalo de niño! Espero que gane este Mundial porque se lo merece. Y lo que le queda por vivir...

Saludos!

Toni Delgado dijo...

Y que lo digas Inma. Márquez es un piloto sensacional hecho a sí mismo y que tiene algunas de las virtudes de los grandes de la historia. Veremos cómo continúa el Mundial. ¡Un saludo!