viernes, 2 de agosto de 2013

Mireia Belmonte se queda a un paso del oro

La nadadora de Badalona, a 19 centésimas de la china Zige en los 200 mariposa, logra su segundo metal en el Mundial de Barcelona 

Mireia Belmonte, durante la final - Reuters. 

“Fred, ¿qué he hecho mal?” es lo primero que le dijo Mireia Belmonte (Badalona, 1990) tras encontrarse con Fred Vergnoux, su entrenador. A la nadadora le costó sonreír y saborear su plata en los 200 mariposa justo un año después –otro 1 de agosto– de que abriera la cuenta para la delegación española en los Juegos de Londres con la misma medalla –la primera de las dos que consiguió Mireia–. Mireia se puso seria al ver que había sido segunda, pues llegaba a la final habiendo marcado el mejor tiempo y se sentía
favorita, y solo esbozó una sonrisa impulsada por los gritos de ánimo y de admiración del Palau Sont Jordi: “¡Mireia! Mireia!”. Y saludó y regaló sonrisas sin olvidar que, con 2m 04,59s y récord de España, se había quedado a 19 centésimas del oro, que le arrebató la china Liu Zige, mientras que la húngara Hosszu (2m 05,59s) fue bronce. Hizo declaraciones exprés a la prensa, recibió la medalla y minutos después ya le estaban colocando el bañador para participar en la final de 4x200 junto a Melani Costa, Patricia Castro y Bea Gómez, con el que igualaron la mejor marca histórica en un campeonato del mundo de la delegación, un quinto puesto. Con la plata de Mireia, a la que suma el bronce en 200 estilos, España alcanzó la undécima medalla en un Mundial, su tope de siempre y que databa de Roma 2009.

“El plan”, reconoció Vergnoux, “salió como preveíamos. Todos los parciales fueron buenos, pero es una pequeña decepción”. Y ése no era otro que acabar más fuerte la prueba más exigente y que consume más de todas, la más compleja. Y la andadora de Badalona lo hizo. Si en Londres Mireia completó los primeros 100 en 59,75s, esta vez el tiempo fue de 1m 0,63s, aunque a cambio mejoró el segundo 100, en los que casi remonta a Zige, en la cabeza de principio a fin desde la calle 3, con Miriea siempre detrás –a 0’01s en el primer viraje, la diferencia aumentó a 0,57s en el segundo, bajó a 0,31s en el tercero y se quedó en 0,19s en el último–. No le valió a Mireia firmar una segunda parte excepcional para morder el oro, pero sí para igualar a Otylia Jędrzejczak como única nadadora en ganar cinco medallas en 200 mariposa en cinco grandes eventos –Juegos Olímpicos, Mundial de piscina corta y larga, y Europeo en las dos modalidades–: “Supongo que todavía estoy en la élite mundial. Y bajando cuatro décimas… Pero aún me quedan pruebas duras [el 800 libre y los 400 estilos]”.

El relevo 4x200

Todavía queda mucha Mireia en el Mundial, donde acabará participando en siete pruebas. La a antepenúltima, el 4x200, la corrió justo después de la ceremonia de entrega de medallas, sin apenas tiempo para prepararse, sonreír a los fotógrafos y dejar a buen recaudo el metal. Quería estar ahí y cumplió con su puesta, la tercera –por la mañana había sido el último relevo, posición que intercambió con Bea Gómez– y empezó y acabó esos 200 metros como quinta, posición que España mantuvo desde que entrara en escena Patricia Castro. Antes Melani Costa se había batido a Ledecky y Muffat y había completado el primer cuarto de la prueba como tercera y con récord de España (1m 56,45s). Estados Unidos, que cerró con Missy Flanklin, se llevó el oro, mientras que la plata fue para Australia y el bronce, para Francia. El día de Mireia que acabó saboreando la plata, pero menos efusiva que en Londres. “Lo veo crudo”, dijo antes de la carrera que cambió su vida y donde tuvo una actitud ejemplar: “Salí al cien por cien. Entré muy confiada. Y ya está. Entré a darlo todo y en el último cincuenta he explotado lo que me quedaba de fuerza”. Como ahora, le ganó una china. Entonces fue Liuyang Jiao.    

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