martes, 10 de junio de 2014

La cultura del esfuerzo de Serhiy Lishchuk

El pívot ucraniano, Ribas y Doellman replican a un Barça empachado con una renta de 14 puntos para alargar la serie

Lishchuk y Lucic tratan de parar a Lampe - EFE. 

Es un jugador de perfil bajo por su humildad, que juega mucho más de lo que habla y que se deja la piel en la pista. De esos que, pese a no ser no ser estrellas, hacen brillar al equipo y consigue que la grada se identifique con su sudor. Cuando aterrizó en Valencia Serhiy Lishchuk (Rovno, Ucrania, 1982) nunca había sido capitán en un club y en el tercer año, el curso pasado, fue nombrado el tercero del grupo. Se lo tomó como un paso adelante en su carrera y, entrevistado por su compañero Justin Doellman, dijo que su nuevo rol le
iba a exigir "tener más concentración para ayudar al equipo y a los jugadores. Va a ser un año muy importante para mí". Ahora Lishchuk es ya el segundo capitán y ejerce como tal y cumple con lo que está tatuado en la camiseta del Valencia Basket —"cultura del esfuerzo"—. Perasovic ha hecho un equipo de supervivientes que ni mirar el marcador ni los obstáculos. Un grupo ejemplar capaz de remontarle 14 puntos al Barça en el Palau, sin la baja de última hora de Sato, su jugador más polivalente, ni Pablo Aguilar ni tampoco Dubjjevic, pero con el propio Lishchuk, perfecto para aguantar con cuatro personales (16 puntos y 12 rebotes), el puñal de Pau Ribas y una bestia como Doellman (19 puntos y... 8 asistencias). El Valencia Basket ganó por 70-74 y alarga la serie de semifinales de la Liga ACB, como mínimo, a un cuarto partido.

"Tenemos que aprender la lección de no relajarnos", dijo, alto y claro, Huertas, decepcionado por su actitud y la del resto del equipo. A los azulgrana les pudo el empacho de superioridad de la primera parte, tiempo de jugadas imposibles como la canasta de Papanikolaou cayéndose y a una mano, los mates de cualquier manera de Dorsey, penitente de nuevo en los tiros libres (4/10). Tiempo en el que Lafayette tuvo que descansar pronto cargado con tres personales. De la excelencia y de ir varios pasos por encima de un rival con la lengua fuera y casi sin recambios pasó el Barça a bajar su intensidad, continuar con su desastroso porcentaje de tres de la jornada (1/18) y ser engullido por un Valencia Basket hambriento. Los azulgrana fallaron canastas sencillas como un mate solo de Tomic y no supieron cómo contener la ilusión visitante, comandada por Pau Ribas y Doellman, vitales con dos triples en un momento, y comenzaron lo que sería una remontada digna del segundo clasificado de la liga regular y el actual campeón de la Eurocup. Una réplica en la que tuvo que decir mucho Lishchuk, estelar, como su equipo, en los instantes finales. Ribas se retiró lesionado y Doellman sentenció con cuarto tiros libres, los últimos dos tras fallar Oleson la bandeja que hubiese significa la prórroga, cuajó una gran actuación en la que, dicen, será su nueva casa a partir del siguiente curso.       

BARÇA 70 (25+17+17+11): Huertas (5), Oleson (8), Papanikolaou (12), Nachbar (5) y Tomic (6) —quinteto inicial—; Dorsey (20), Sada (-), Abrines (-), Navarro (4), Lorbek (4), Lampe (4), Pullen (2). VALENCIA BASKET 74 (20+12+21+21): Van Rossom (7), Lafayette (7), Ribas (11), Doellman (19), Lishchuk (16) —quinteto inicial—; Triguero (-), Lucic (11) y Rafa Martínez (3).

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