miércoles, 23 de julio de 2014

Los grandes olvidados de la Fórmula 1

Francisco Javier González, comisario del Circuit Barcelona-Catalunya, reivindica su oficio en esta entrevista para Cronómetro de Récords  

Nerea y Francisco Javier González, en el Corpus de Cornellà - Foto: Toni Delgado.   

A Francisco Javier González se le cae la baba viendo cómo su hija Nerea se queda embobada viendo cómo se cargan y descargan los castells, ese arte de equilibrio, fuerza y colocación. “El pueblo se divide y está unido al mismo en la fiesta mayor”, dice para definir el espíritu del Corpus de Cornellà este comisario de pista (señalizador y de rescates) en el Circuit de Barcelona-Catalunya de Montmeló “con todo lo que tiene que ver con el motor y la gasolina”. La conversación con Cronómetro de Récords surge de casualidad.
Al periodista le llama un amigo para quedar para ver un partido por la tarde y el plumilla le dice que tiene ganas de que empiece el GP de Austria de F1, para el que falta poco más de una hora. “Hacía 11 años que Williams no partía en las dos primeras posiciones”, interviene Francisco Javier cuando el periodista cuelga. Ése es el punto de partida de la conversación.    

Toni Delgado / Cornellà 


—¿Qué función tiene un comisario en la Fórmula 1?
Depende del puesto en el que estés asignado. Puedes participar como bombero. Tienes unos cursillos durante el año, unas prácticas con bomberos de la Generalitat, del Circuit... Otra función sería la de señalización. También durante el año realizamos unos cursos. Un tercer punto ya sería el de salvamento. Realizamos formación de  rescate y primeros auxilios también, nos enseñan a cómo tranquilizar al piloto [accidentado]...  
                                 
—El rescate debe estar todo tan calculado como en un pit stop.  
Correcto. Todos, más o menos, tenemos un trabajo asignado cuando llegamos al rescate. Si hay que levantar una moto, si hay que intentar sacar el piloto de un coche... Siempre hay que tranquilizarlo y tranquilizarse. Hay que aparcar los nervios.  

—¿Cuánto tiempo llevas en el mundillo? 
Desde 2004 o 2005. 

—2004... Ahora no recuerdo un accidente en el GP de España así importante desde entonces...  
Uno muy importante fue el de Heikki Kovalainen corriendo con McLaren [la temporada 2008]. Haciendo la subida de La Moreneta, justo antes de coger la subida derecha de arriba, no frenó y metió medio coche en la barrera de  neumáticos. Tanto los médicos de la FIA como del Circuit temían por el estado del piloto tras el rescate. Piensa que Kovalainen pasó de más correr a más de 200 kilómetros por hora a chocarse. Todo en poco más de un segundo. El impacto en el cuerpo es brutal.

—¿Cómo lo viviste? ¿Lo viste por las pantallas? ¿Estabas cerca?
Lo vi por las pantallas. Siempre impresiona mucho ver un accidente. También hay que recordar lo que le pasó a un compañero en Canadá, que fue alcanzado por una grúa. El gruista no tenía mucha visibilidad a su derecha, pues el coche estaba muy levantado. Al compañero comisario se le cayó el walkie, se agachó, se tropezó… El gruista estaba mirando el coche y le pasó por encima. Nosotros no tenemos esa manía de subir tanto el vehículo. Lo hacemos medio o un metro, como mucho.
                                                                           
—¿El papel del comisario se valora más que antes, menos...?
Se nos valora poco. No quiero decir que tengamos que estar en la boca de todo el mundo a cada momento, pero sí que se vaya recordando la función que hacemos. Creo que gracias a nosotros hay más seguridad. Nos formamos para ello y no solo trabajamos en circuitos, sino també en rallies y otras competiciones.  

—¿Cómo es la relación con los pilotos? Supongo que habrá algunos muy distantes, otros que ni os ven...
[El trato] es muy diferente entre las motos y los coches. 

—¿En las motos todo es más familiar, no? 
Mucho más. Puedes encontrarte  a un piloto de motos que recogiste hace dos años  y se acuerda de ti y te dice de ir a tomar algo. Y también a otro de F1 al que rescataste y que no quiere saber nada de ti. En la F1 está todo muy medido. Nosotros mismos vamos por el paddock y nos dicen que no podemos estar allí. Pero yo estoy trabajando. Lo que hago son cosas buenas. El ejemplo lo tuvimos hace dos años cuando el box de Williams se puso a arder. Si ves los vídeos, verás la cantidad de comisarios, con camisetas y camisas normales y corrientes, que se congregaron. Hubo críticas buenas y no tan buenas. En Williams estaban un poco enfadados. Decían que no hicimos mucho, que no colaboramos. Yo vi cómo se llevaban al Sr. Williams. Le quiero mucho, cada año le saludo y le digo que es el mejor, que es historia, pero creo hicimos bastante, la verdad. 

—¿Un comisario de Fórmula 1 puede tener un equipo favorito o le resbala todo un poco? 
No. Claro que sí. Todos tenemos uno. 

—¿Y cuál es el tuyo?   
No está muy bien ahora. Lotus me ha gustado siempre mucho, como Ferrari y McLaren. Pero no puedes favorecer a nadie. Si tienes que sacar una bandera, tienes que hacerlo. Hay una reglamentación y hay cumplirla. 

—Dinos el piloto que te parezca más completo y tu favorito de la parrilla actual. ¿Cuál es el que más te convence? 
A Daniel Ricciardo lo sigo desde hace tiempo. Es muy positivo, se le ve con muchas ganas, ganas que a Vettel le están faltando un poco este año. Fernando [Alonso] es muy completo: te coge el coche y te lo prepara de arriba a abajo. Y en sus tiempos estaba Raikkonen. Ahora Kimi ya... Es famosa su frase “no me habléis, dejadme que sé lo que tengo que hacer”. Y no nos olvidemos del señor Michael [Schumacher]. 

—A ver si se recupera. Ha salido del coma y lo han trasladado a un hospital de Lausana. 
Parece que está más cerca de su casa. Es un piloto extraordinario. Hace un rato estaba viendo carreras del 2001, 1999, 1998, coincidí con Irvine, Frentzen, Alesi...

—¿Qué crees que va a pasar dentro de unos minutos en el GP de Austria? 
Quiero darle un voto de confianza a Ferrari. Si Alonso supera a Rosberg y va pegado a los Williams… Creo que fallará Bottas y si Fernando se la tiene que jugar con alguien, que sea con Massa. 

—Hombre, si Massa le gana a Alonso, con lo maltratado que fue siendo su compañero en Ferrari... 
Toda la vida. Hasta en Williams le pidieron el otro día que levantase el pie. 

—¡Pero no se dejó! Por una vez. 
No lo hizo, no. 

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