domingo, 11 de junio de 2017

“Nadal no sabe pelotear”

El balear logra su décimo Roland Garros tras desquiciar a  Wawrinka 

Nadal besa el trofeo como campeón de Roland Garros. Foto: Getty. 

“Mi hijo es muy amigo de Rafa Nadal (Manacor, Mallorca, 1986) y siempre que va a jugar con él a tenis me dice lo mismo. ‘No sabe pelotear. No hago más que recoger pelotas porque... ¡La mueve con una fuerza! Es alucinante”, le cuenta a Cronómetro de Récords el padre de otro deportista balear de élite: “Rafa es un ganador con mucho carácter”. Nadal no se relaja ni en los partidillos con los amigotes porque quiere aprender y mejorar en cualquier instante. Es el mismo que siendo juvenil le aseguró a su
tío, Toni Nadal, que ganaría la final de un campeonato de Baleares en el que no estaba jugando nada bien. Rafa Nadal deja mudos a los escépticos y detractores, que le han retirado una y otra vez tras sus contratiempos y lesiones, pero él, de acero, siempre vuelve a ganar. No es extraño que Rafa Nadal abrazase su décimo Roland Garros como su fuese su retoño y le cantase una nana, tras invertir sólo dos horas y cinco minutos en superar a Stan Wawrinka por 6-2, 6-3 y 6-1. Es su 15º Grand Slam y sólo tiene por delante a Roger Federer (18). 

Sin querer, Wawrinka realizó un fabuloso apunte al natural de Nadal con sus reacciones: metiéndose la pelota en la boca; chocando con otra bola con la raqueta tras una derecha paralela sin mirar de su oponente; rompiendo la raqueta... El balear es, de nuevo, indestructible y disfruta de un momento de forma espléndido. Es más fino y veloz, su juego, más agresivo, y su derecha, casi infalible. “Rafa es un ejemplo para mí”, se sinceró Wawrinka, incapaz de superarle en seis juegos. Sólo 35 ha cedido Nadal en un torneo que ha ganado en tan sólo 12 horas y 4 minutos y en el que logró, en tercera ronda ante Nikoloz Basilashvili, su victoria más amplia en un grande (6-0, 6-1 y 6-0).  

“Rafael ha trabajado mucho con dolores, tiene una capacidad de sufrimiento que me impresiona y supera cualquier situación adversa. Trabajando con él es difícil saber cuándo parar porque lo aguanta todo, disfruta tanto jugando que se olvida de la fatiga y de los dolores de las rodillas”, destaca en Sirve Nadal, responde Sócrates: del filósofo al deportista de élite su tío, Toni Nadal, al que Rafa elogió en público en la Philippe-Chatrier: “Sin él no habría sido posible nada de esto”.

“Un gran jugador lo es también en todo, también como pegamento del resto de las piezas del grupo. Convierte la generosidad en un hábito”, describe José Luis Llorente en Espíritu de remontada. Nadal no sólo cuida a su equipo de trabajo, sino que en sus discursos jamás se olvida de mencionar a quienes hacen posibles los torneos. No es clasista. Esta vez también nombró a las recepcionistas, “aunque no me sepa todos sus nombres”. Parece que le sepa mal no tener esa información. Valora el trabajo del resto porque sabe cuánto cuestan las cosas. No olvida escenas como las que se cuentan en Rafael Nadal. Crónica de un fenómeno, de Jaume Pujol-Galceran y Manel Serras: “No soporto más esta situación, es desesperante. Voy de médico en médico y no sé si podré seguir jugando. Esta situación es horrible”. Así eran sus pensamientos a finales de 2005, con un Roland Garros. Ahora tiene 10 y conserva las formas de cuando tenía 16 años y respondía a Elvira González en Mundo Deportivo: “Fuera de la pista sí soy tranquilo, aunque tampoco soy de los que van tirando la raqueta”. Ahora ya no celebra cada punto como si marcase un gol, pero quizás valore todavía más sus victorias.  

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