viernes, 21 de julio de 2017

“María Araújo no ha tenido prisa por eclosionar y sí por aprender”

Varios testimonios retratan para Cronómetro de Récords a la ala-pívot del Uni Ferrol, MVP del Eurobasket U20 de Portugal

Abrazo entre María Araújo y su amiga Candela Álvarez tras ganar el oro en el Eurobasket U20. 

—¡Cande, que no me lo creo! ¡No me lo creo!
—¡Vamos! ¡Meri, te lo dije! ¡Te lo dije!

Meri, María Pérez Araújo (Vigo, 1997), ala-pívot de Uni Ferrol, y Cande, Candela Álvarez Guede, son tan amigas que parecen unidas por un cordón umbilical. Se funden en un abrazo en el Centro de Desportos e Congressos de Matosinhos. Es más, Cande se le cuelga del cuello: “Siempre se mete conmigo porque soy bajita. Hay quien se piensa que soy su hermana pequeña, Inés, que también es más alta que yo [se ríe]”.

En los festejos los deportistas nos dan muchas pistas de cómo son, y María Araújo vive y se emociona como juega. Se le eriza la piel la piel celebrando la medalla de oro en el Eurobasket U20 de Portugal y el reconocimiento como mejor jugadora del campeonato. “Es familiar y muy de sus amigos y amigas. Siempre le da más valor al equipo que a lo personal”, advierte Candela, primero rival, pues María Araújo jugó antes en el Seis do Nadal, y después compañera en el Celta: “Conectamos desde el primer momento”. “Es generosa con sus compañeras dentro y fuera de la pista. Por eso creo que se merecía el MVP, y de ahí la gran celebración de todo el Equipo”, interviene José Ignacio Hernández, entrenador de la selección U20. “Ha visto recompensado su esfuerzo diario con una gran progresión”, añade Carmen Fernández, compañera suya en el Uni Ferrol. “Paciencia y trabajo. Suyo, pero también de un entrenador top como Lino López. Nada es casualidad”, interviene Fran Cortés, de EnCancha.  “Cuida su cuerpo porque sabe que es su herramienta de trabajo. Nadie me exige más que yo a ellas. Para mí el baloncesto es una pasión, no un trabajo, así que hago las horas que sean necesarias para ayudar en todo lo que pueda a la jugadora”, desarrolla Álex de la Vega, preparador físico del Uni Ferrol. 

“Puede parecer una persona muy segura”, sigue Carmen Fernández, “pero le cuesta creer en ella. Cuando lo hace, es capaz de cualquier cosa”. “Ha adquirido una experiencia en Liga Femenina que le ha ayudado a confiar mucho en sí misma”, señala José Ignacio Hernández. “Cuando María se dio cuenta de todo el talento que tenía dentro y que nadie le iba a regalar nada, comenzó a crecer exponencialmente como jugadora”, interviene Nano Ameneiro, que la conoció en su época de delegado del equipo júnior del Celta.

María Araújo era cadete de primer año, aunque también jugaba con las júniors, algo habitual en un grupo de ocho jugadoras escaso de centímetros en las posiciones interiores. Nano Ameneiro recuerda a una María Araújo descarada que “no se cortaba” para tirar “y cometía los errores propios de juventud. Cuando empezaba mal, se obcecaba y no sacaba lo mejor de sí misma”.

Ahora, el primer pensamiento de María Araújo es el grupo, y el segundo, también. “Tiene algo especial, no sé cómo expresarlo. Es tan humilde en su juego que da la sensación de que siempre mira a otro lado en lugar de ir al aro”, interviene Luis Javier Benito, quizás el fotógrafo que más ha seguido a las categorías inferiores de la selección en los últimos años. Es una de sus “preferidas” de la generación del 97. No recuerda si la vio por primera vez en la U15 o la U13, pero sí “cómo lloraba” cuando una lesión le hizo ser uno de los descartes del Europeo U16.

Carlos Colinas, director deportivo del Celta lleva muchos años detectando y entrenando promesas: “Hay rasgos que no se te escapan. Siempre nos llamó la atención su capacidad competitiva y ambición en un momento donde su físico todavía tenía que experimentar un último cambio que sería decisivo. Si eres ambiciosa, competitiva y te vas educando en un ambiente de trabajo, el club te proyecta a situaciones de medio plazo, tres o cuatro años, todo es más evidente y, antes o después, va a llegar lo que le está llegando”. 


María Araújo, con la selección gallega, en cuarto de final del Campeonato de España cadete 2012 ante Castilla y León. Foto: Luis Javier Benito  

A finales del curso 2014-2015, Carlos Colinas decidió dejar su cargo como entrenador del primer equipo del Celta, y Cristina Cantero recogió el testigo. En su tercera temporada en Liga Femenina 2 María Araújo había dado un salto cualitativo, y el Uni Ferrol se interesó por ella. “Me dijo que quería probar en Liga Femenina y saber si era jugadora de la categoría. Le comenté que eso estaba bien, pero que creía que le quedaba un año más en Liga Femenina 2 para terminar de madurar. Y voló”, recuerda Cristina Cantero. “En mi opinión”, interviene Carlos Colinas, “se precipitó un año, pero ésa fue su decisión. La media de minutos [15] fue escasa para un ‘animal competitivo’ que necesita jugar mucho como ella, aunque razonable para una debutante”. En Vigo se entrenaba como máximo dos horas al día para conciliar su vida académica. “Ahora, como profesional, invierte muchas horas en su trabajo y para alguien que quiere crecer, ése es el primer paso. Además, intuyo que tiene la mentalidad adecuada en el día a día”, sigue Carlos Colinas. “Siempre hubo que tirar de ella para que hiciese las cosas y para que en el día a día fuese al 100%, pero todo llega con la madurez”, aporta Cristina Cantero.    

A Lino López, entrenador del Uni Ferrol le sedujo una jugadora polivalente que encajaba en su sistema de juego:  “Es capaz de defender a bases o pívots, sabe pasar muy bien e incluso ayuda a subir el balón para iniciar sistemas”, expone Lino López, entrenador del Uni. En su nuevo destino coincidió con una joven muy experta y titular, Laura Quevedo. “María supo aprender de la situación y al año siguiente (curso 2016-2017) pasó a ser protagonista indiscutible. Ha trabajado y sacrificado muchas cosas para estar donde está ahora”, advierte Lino López. Su jugadora estira los veranos al límite para llegar en un momento óptimo.

En Vigo fue una jugadora exterior con funciones incluso de base. Una experiencia que, según Carlos Colinas, le permite sentirse cómoda como 4 abierto, “donde desequilibra tanto y saca ventaja de su capacidad física”. También cree que ha mejorado su versatilidad y su juego con y sin balón.   

“[Durante la última Liga, en su segundo año en Liga Femenina] se notó que pegarse con Erika de Souza, Nadia Colhado y compañía te hace madurar mucho. Eso y la confianza que depositen en ti”, aporta Héctor Rico, fiel seguidor del Uni Ferrol. “Ha mejorado más de tres veces sus números, y con 35 minutos de media. Se muestra muy dotada para el rebote (la sexta de la Liga), subir el balón e incluso para finalizar contraataques de lado a lado de la cancha. Es muy poderosa en las finalizaciones del 1x1 y cambia la trayectoria de muchos tiros por intimidación”, explica Travis Clay.   

Para María Araújo Ferrol es una escuela ideal. “Este verano, desoyendo cantos de sirena, ha decidido quedarse. Es consciente de que para una jugadora joven en progresión lo más importante, más allá de argumentos económicos y otras consideraciones, es tener minutos”, expone Travis Clay. “Es una hormiguita sin prisa por brillar que va quemando etapas. Curra mucho, se lo merece”, apunta su amiga Candela Álvarez.

En una jugadora de rendimiento inmediato es en lo que se ha convertido María Araújo, cuyo espejo siempre ha sido su madre, Ángela Araujo, 30 veces internacional y una de las mejores jugadoras de baloncesto que han pasado por el Celta. “Ambas son muy buenas personas, pero creo que es más cabezota y con carácter más fuerte. Eso último se suaviza con la edad”, opina Cristina Cantero. “Su madre siempre la ha guiado muy bien y ha sido clave en su evolución. Le ha transmitido mesura, tranquilidad y perspectiva”, interviene Carlos Colinas, que ubica el momento clave en la carrera deportiva de la ala-pívot gallega en 2012. En el Celta “decidimos” que su “espacio de competición” era la Liga Femenina 2, por más que fuese cadete. Para una adolescente de 15 años no fue fácil la adaptación a un vestuario sénior: “Tenía tics de niña. Cuando en Vigo anticipamos la exigencia de jugadoras de ese perfil en su formación, lo hacemos para alcanzar a medio plazo la mejora que les acerque al baloncesto de verdad”.    

“Es una compañera tranquila y calmada, un poco marmotilla. Le encanta dormir. ¡Aunque cuando las demás hacemos el momento DJ en el vestuario, se anima rápidamente y lo da todo para calentar para el partido!”, confiesa Carmen Fernández: “Mi crema suavizante ha sido algo culpable de su pelazo”. El vestuario del Uni Ferrol es “algo olvidadizo” y unas se prestan cosas a las otras.


La ala-pívot, en un Uni Ferrol-CD Zamarat. Foto: Uni Ferrol. 

Es un grupo detallista. Tanto que Álex De la Vega, preparador físico del equipo, Bea Sánchez y la propia María Araújo se les ocurrió componer una canción para el cumpleaños de Paula Cuiña. “En el momento rap, ella y Bea eran las coristas de Álex de la Vega, ¡Que tiemble Nach Scratch!”, recuerda, divertida, Carmen Fernández.    

“Se llama como mi madre. Oigo su nombre y vibro. Tiene el don de la oportunidad y, quizás, de la ubicuidad”, sostiene Mentxu Ramilo. “Cabeza, madurez, sin miedo al aro, completa en defensa... María Araújo es, en definitiva, garra, lucha, calidad y juventud”, aporta Yol. “Es responsable, decidida, intuitiva, líder y generosa. Son cualidades que, si no se tuerce o la tuercen, harán de María Araújo una futura crack”, pronostica Daniel Tornal. “Desde que la sigo (y a toda su generación) me parece una muchacha de lo más normal. Es muy trabajadora y súper accesible”, interviene Juan Montero. “Canela para el baloncesto español”, concreta Manu. “Producto nacional, relevante y creciendo día a día en Liga Femenina. Da credibilidad a nuestra competición”, opina Víctor Lapeña, técnico de Stadium Casablanca, en declaraciones recogidas por su club. “El Celta es su casa y ella lo sabe. Es jugadora de Liga Femenina y tenemos que disfrutar viéndola”, añade Cristina Cantero.     

María Araújo sólo tiene 19 años. “A veces nos olvidamos de ese dato. Su techo está mucho más arriba de lo que algunos pudieran pensar”, pronostica Lino López. “Yo a los chavales que entreno siempre les digo que rápido, pero sin prisa. Es lo que mejor que define a María. La toma de decisiones y la velocidad de ejecución es la que marca las diferencias entre una buena jugadora y otra de la ostia. Y María va camino de eso último”, avanza Héctor Rico. “Ha tomado buenas decisiones en cuanto a los equipos en los que se ha formado, en un entorno favorable, con la familia cerca. No ha tenido prisa por eclosionar y sí por aprender”, cierra Nano Ameneiro. 

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