Laura Aliaga, tras el encuentro ante el Uni Girona. Foto: Toni Delgado. |
Con la primera media frase que uno cruza con Laura Aliaga (Alicante, 1994), nota que es una persona feliz, inquieta y con un punto divertido. La nueva alero del CB Bembibre atendió a Cronómetro de Récords después de la derrota de su equipo ante el Uni Girona en el Open Day Liga Día.
Toni Delgado / Madrid
—La diferencia entre vosotras y el Uni Girona es muy grande, aunque en la segunda parte habéis sido más competitivas.
Sabíamos que era un partido muy difícil ante un gran equipo. Pensábamos que podías recortar más la diferencia para pelear el partido y creo que lo hemos intentado. Somos un equipo nuevo y en los próximos partidos se verá un grupo más unido y con mejor juego.
—Vuestro jefe de prensa, Norberto de la Mata, siempre te recuerda que les metisteis tres triples sola cuando jugabas con el CD Zamarat.
Quizás es mi punto fuerte, aunque hoy no se ha visto [0/3]. He intentando dar lo máximo de mí al equipo y tengo que seguir mejorando.
—¿Qué te pide Fran García?
Nos puede, básicamente, que defendamos. En ataque, si soy tiradora, que encuentre mis tiros. Me da confianza para tirar cuando yo lo vea conveniente. Nos pide intensidad, ganas, defender, tirar y hacer lo que una sabe.
—Siempre te has definido como una jugadora comprometida y que, además, contagia la competitividad. ¿Cómo se contagia eso?
Cada uno tiene su personalidad, aunque siempre debes intentar ser positiva, pase lo que pase. Me considero una jugadora fuerte de cabeza y si veo a una compañera cabizbaja, la ayudaré antes de hacer otra cosa. Necesitamos a las jugadoras en la pista y en el banquillo fuertes en todo momento, y si una falla, el equipo no juega bien.
—Demostraste que eras fuerte mentalmente cuando superaste aquella grave lesión. Tuve la mala suerte de estar presente aquel día en el Parc Esportiu Llobregat. ¿Cómo recuerdas aquel momento?
Ahora es una anécdota, ya que, afortunadamente, he salido bien de esa lesión. Me vine un poco abajo: me iba a perder el Mundial, era mi último año en el Segle XXI y no sabía si iba a subir a Liga Femenina o seguir en 2. La lesión me hizo más fuerte de cabeza, el hecho de entrenarme y pensar que tenía que jugar el año siguiente sí o sí, y volver al nivel anterior o mejorar. Creo que lo he conseguido. Ya ni me acuerdo de eso casi.
—A veces una jugadora quiere jugar y no puede, y tiene que irse del equipo...
Exacto, eso me sucedió el año pasado [en el Cadí La Seu]. Son circunstancias que pasan. Mi opinión es que yo estaba dando lo mejor de mí y no estaba siendo recompensada. Hablé con el club y me dijeron lo que había. En ese momento lo único que quería era salir y jugar a baloncesto. No me importó bajar a Liga 2. Necesitaba volver a divertirme, pues fueron unos meses duros. Y ahora estoy contenta.
—Hay quien puede interpretas que bajar de categoría siempre es un paso atrás.
Necesitaba estaba bien conmigo mismo y notar las sensaciones que tenía. Creo que lo conseguía y ahora he empezado la temporada con muchas ganas. Espero que nos vaya muy bien. Nos lo merecemos.
—¿Qué te quedas de tu paso hace unos meses por Olímpico, de la Liga argentina?
Allí tenía un papel más protagonista y de organizar un poco al equipo. Había jugadoras que nunca han tenido este nivel de competición. Era de las más pequeñas, aunque tenía más experiencia. En otro país, costumbres diferentes... Me lo pasé muy bien. Me ha venido de lujo y agradezco mucho la oportunidad que me dieron.
—He leído muchas entrevistas estos días y no sé si lo que te voy a decir ahora es tuyo o de ahora. ¿Eres muy bromista?
Sí, puede ser... Me gusta hacerme la graciosa [se ríe]. Siempre intento que las compañeras estén contentas, sobre todo, este año, que tengo varias compañeras de otros países. Siempre se echa de menos un poco la casa y hago un poco el payaso, estar siempre contenta, hacer alguna broma, contar algún chiste... Hago lo que puedo.
—Ramon Jordana ha estado hace un rato por aquí.
Se habrá ido. Tengo muchas ganas de mi vida y ha sido una pieza clave de mi vida durante cuatro años. Ha sido para mí un gran entrenador y me ha enseñado muchas cosas.
—¿Sacabas buenas notas en el Segle XXI?
Sí.
—Entonces no lo pasabas mal con él. Era muy exigente y se acordaba de las calificaciones de todas...
Me parece muy bien. Son edades complicadas, de los 14 a los 18 años, es una oportunidad que te dan, un dinero que invierten en ti... No puedes malgastar eso y entiendo que te aprieten para que te saques los estudios. Agradezco muchísimo haber tenido esa oportunidad y sacarme el Bachillerato mientras jugaba al baloncesto, y a ese nivel. Me parece bien que nos machara en ese punto, porque podías dejar los estudios como segundo plata. Era todo muy complementario.
—¿Lo has entendido con el paso del tiempo?
Al principio no, aunque, a medida que pasan los años en el Segle XXI lo entiendes más. Y cuando sales, te das cuenta de muchas cosas. Me siento afortunada y espero que me pasen cosas mejores todavía.
—¿Qué recuerdos tienes de tus inicios allí? ¿Con qué soñabas entonces?
[Se ríe]. Empecé en el baloncesto después de probar mil deportes: ballet, baile, tenis... Puede que viese el baloncesto como una disciplina más de chicos. Era muy alta para mi edad y fue todo muy rápido, todo resultó muy rodado.
—¿Quizás demasiado?
No. Quizás si no hubiese ido todo tan rodado, quizás hoy no estaría aquí.
—¿Estarías practicando otro deporte?
O en casa estudiando. El baloncesto me ha dado tantas alegrías y mucha motivación para seguir. Hace años me preguntaron qué quería hacer de mayor, y contesté que jugar en Liga Femenina. Ahora estoy aquí con 22 años... Así que genial.
—Y la última, ¿te puedo preguntar el significado de este tatuaje?
Tengo muchísimos tatuajes. Éste es un ojo de la suerte, y lo otro de alrededor era para adornar.
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