La sonrisa
es también actitud, y Mama Dembele (2002) no para de sonreír antes, durante y
después de la entrevista con Cronómetro de Récords. Formada en el CB
Manlleu, la jugadora del Segle XXI ha sido campeona mini, infantil y cadete con
la selección catalana y está “impaciente y súper contenta” por ver a la
mayores ante Montenegro en Fontajau.
—¿En
qué jugadora te fijas más de las mayores?
En María Martiáñez, que
acaba de fichar por el Lima Horta procedente del Oral Roberts Golden Eagles. Su vuelta es
una gran noticia. Es una jugadora muy completa y con un gran futuro. Vino a
visitarnos al Segle XXI. Está muy contenta de su decisión.
—¿Cuántos años te quedan
de Segle XXI?
Dos, llevo tres porque
entré un año antes de lo que me tocaba.
—¿El primero te costó
mucho?
Muchísimo, ya que echaba
de menos a mis padres. Imagínate, venía del CB Manlleu y estaba acostumbrada a
entrenarme dos veces por semana. El cambio en el Segle XXI fue brutal, por el
ritmo y las horas de entrenamiento. La situación me exigió ponerme más fuerte y
ahora estoy más cómoda.
—Tienes más disciplina.
Sí. En el Segle XXI estoy
aprendiendo a sentirme más segura en la pista.
—¿Eres más organizada?
¡Mucho más! [Se ríe]. De pequeña era un poco descontrolada… Ahora, de vez en cuando, también, pero no
tanto.
—¿En la pista también eras
así?
Ostras… ¡Sí, sí! Me comía
todas las canastas.
—¿Y qué te decían los
entrenadores y entrenadoras?
¡Nada! Que me lo pasara
bien. [Nos reímos]. Ahora ya no me lo permitirían…
—¿Te han puesto algún
mote?
En el Segle XXI Iván [Torinos,
el director] me llama Black Power… Mucha gente me llama así ahora.
—¿Qué crees que te falta
mejorar como jugadora?
¡Un montón de cosas!
Sobre todo, necesito ser más madura y tener más control.
—¿Del
juego y las emociones?
Sí. Las emociones te pueden
penalizar mucho. Tengo que dar un paso adelante a nivel psicológico, aprender a
relativizar los errores, pero también los aciertos.
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