domingo, 22 de diciembre de 2013

Rudy Fernández, un “animal competitivo”

El alero mallorquín lidera la remontada de un Madrid que le remonta 15 puntos al Valencia Basket (75-82) para sumar su 23ª consecutiva e igualar el récord de Pedro Ferrándiz 

Rudy penetra ante Rafa Martínez y Lishchuk - Marca. 

Detrás de la puerta de la habitación tenía aquello que le ponía la piel de gallina, una canasta pequeña, pero suficiente para disfrutar en silencio de su pasión. Un silencio relativo porque se oía el leve ruido de la pelota de plástico rebotando en el suelo. “¿Qué haces?”, le preguntaba su hermana Marta. “Estoy estudiando”, respondía él, Rudy Fernández (Palma de Mallorca, 1985), que al rato le proponía: “¿Qué, hacemos un partido?”. “¡No, que tenemos que estudiar!”, replicaba ella. “Era un niño muy inquieto,
no paraba quieto. Ya se veía de pequeño que llevaba innato el basket”, explica la jugadora de Perfumerías Avenida en El viatge de Rudy. De Badalona a l’NBA, de Ramon Aymerich y Ester Romeu, donde también describe la  competitividad de su hermano en las pachangas en la terraza de casa, pero también en otros aspectos, como en quién tenía más Gigantes del basket. Un espíritu que no ha perdido con los años. “Rudy es un animal competitivo” se ponían de acuerdo varias personas que seguían el Valencia Basket-Madrid con el Twitter en marcha. Espectadores que vieron cómo el alero mallorquín, con 13 de sus 18 puntos en el tercer cuarto, rescató a un Madrid que llegó a ceder por 45-30 (a los 18m 25s) y acabó ganando 75-82 para sumar la 23ª victoria consecutiva e igualar el récord de Pedro Ferrándiz en la temporada 1960-1961. Mirotic, Carroll y los dos Sergios, Llull y Rodríguez, fueron los acompañantes de lujo de Rudy ante un Valencia Basket generoso y muy superior en varias fases que fue por delante casi 35 minutos.

Cuesta a veces encontrar un protagonista para titular una crónica del Madrid de Pablo Laso porque es un equipo impasible a las circunstancias, sobre todo este curso, y le sobran recursos, aunque el hilo conductor sea casi siempre Sergio Rodríguez. El hambre del grupo es infinita y apenas baja el acelerador. Acostumbrado a dominar de principio y final los partidos, y llevarse victorias en la Liga ACB por más de 20 puntos de media de margen, se quedó helado en La Fonteta con el parcial inicial de 8-0 del segundo clasificado. Al Madrid le costó dos minutos estrenarse con un mate de Mirotic, bien defendido en la primera parte por un Doellman casi inédito en ataque. Con el montenegrino tímido, apenas hubo respuesta del Madrid, aunque si el Valencia Basket no se escapó por más de ese 23-14 que reflejaba su dominio en todos los aspectos –rebote, intensidad y puntería, 5/9 en triples con Van Rossom y Ribas especialmente desatados– fue por el temple de Rudy. Y, claro, por la entrada de Sergio Rodríguez, al que le bastaron unos segundos para repartir dos de las nueve que regaló durante la noche.

El duelo Carroll-Lafayette

Entró Carroll, otro capaz de ser decisivo desde el mismo instante en el que pisa el parqué, que  aportó ocho puntos de carrerilla y protagonizó un delicioso duelo con Lafayette, al que le salía cualquier cosa que se le pasase por la cabeza. Justo al contrario que a su capitán, Rafa Martínez, preciso en los puntos, pero torturado por las personales. Se cargó muy pronto de infracciones y solo pudo estar ocho minutos largos antes de ser eliminado. Para entonces el Madrid estaba a punto de remontar un partido que llevaba perdiendo desde el principio. Se había repuesto con la pericia de Rudy Fernández –su reverso e incursión entre dos rivales fue de videoteca–, la fortaleza de un Mirotic que volvía a dominar la pintura y los fogonazos de Carroll y Llull, quien puso con un triple a su equipo por primera vez por delante (65-67 a 5m 14s). 

Por más que Lishchuk lo intentase, no hubo vuelta de hoja y el Madrid  se escapó sin remedio bajo la partitura de Sergio Rodríguez. Al partido, mayúsculo, le sobró sobre todo que Rudy le hiciera la zancadilla a Sato y éste le devolviera la triste ocurrencia con un pisotón. Rudy es un “animal competitivo” que sería más completo y todavía mejor si se dejase de esas chiquilladas que empañan su talento y le equiparan a aquel niño que negaba que estuviese jugando con la pelotita en la habitación, por más que el ruido de la pelota le delatase.                


VALENCIA BASKET 75 (23+22+18+12): Van Rossom (8), Rafa Martínez (8), Sato (3), Doellman (6), Lishchuk (12) –quinteto inicial- Triguero (-), Ribas (13), Dubljevic (8) y Lafayette (17). REAL MADRID 82 (14+17+24+27): Sergio Llull (11), Rudy Fernández (18), Darden (-), Mirotic (16) y Bourousis (-) –quinteto titular-, Draper (-), Reyes (9), Sergio Rodríguez (7), Carroll (17), Slaughter (2) y Mejri (2). Árbitros: García González, Peruga y Rial. Eliminaron por faltas personales a los locales Rafa Martínez (m.33) y Lafayette (m.40). Incidencias: partido correspondiente a la 11ª jornada de la Liga ACB disputado en La Fonteta ante 8.500 espectadores.

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