domingo, 16 de marzo de 2014

Nico Rosberg, en el nombre del padre

El piloto de Mercedes comienza con un solvente triunfo en Australia el curso que corre con el 6 con el que su padre fue campeón 

Rosberg celebra su triunfo en el circuito de Albert Park - AFP. 

Con su bigote espeso, el pelo largo y el cigarro en la boca, Keijo Erik Keke Rosberg (Finlandia, Estocolmo, 1948) podía pasar por un policía de paisano o un detective atando cabos sobre una investigación. Eran otros tiempos en una Fórmula 1 en la que empezó muy tarde, con 29 años y tras una larga trayectoria en los karts, la Fórmula Vee, la Fórmula 2 o la Fórmula Atlántic norteamericana. Tenía 33 cuando cuando se coronó por primera y única vez campeón del mundo, con Williams y ganando la última carrera de 1982, un GP de Suiza
que se disputó en Francia, en el circuito Dijon-Prenois. Keke Rosberg se llevó el gato al agua con su primer triunfo en el Gran Circo en una temporada con once vencedores diferentes en 16 carreras. Algo impensable en los tiempos de su hijo, Eric Nicolas Rosberg (Wiesbaden, Alemania, 1985), que estrenó como una flecha el curso, que corre con el número 6 con el que su padre fue campeón, con un solvente triunfo en Australia. Aventajó en casi 25 segundos al segundo, Daniel Ricciardo, brillante en su debut con Red Bull y descalificado después por superar el flujo de combustible máximo permitido (100 kg/h). Con lo que el tercero acabó siendo segundo, un Kevin Magnussen que se estrenó con un podio en su primera prueba para emular a Jacques Villeneuve (1996) y a un Hamilton (2007) que tuvo que retirarse de una carrera caótica con ocho retirados como Sebastian Vettel. Con el castigo a Ricciardo, Button fue tercero y Fernando Alonso, cuarto.   

"¡Qué coche me habéis dado! ¡Qué coche me habéis dado", le gritaba a su equipo Nico Rosberg, superado por las circunstancias. "Estoy en la luna. Hemos trabajado mucho durante el invierno y tenemos un coche rápido y fiable [el gran objetivo de los equipos, con tantas modificaciones en el reglamento, era acabar]", le contaba en el podio del circuito de Albert Park, en Melbourne, a su entrevistador. Ni más ni menos que Alan Jones, campeón de 1980 y el predecesor de Keke en Williams, pues cuando anunció su retirada la escudería apostó fuerte por el finlandés. Keke logró cinco victorias repartidas entre su glorioso 1982 y 1985, y disputó 114 grandes premios. Su hijo Nico acumula cuatro en 148 carreras. Se estrenó en China en 2012 y el curso pasado se impuso en Mónaco y Gran Bretaña: "Tenemos mucha faena para evaluar lo que hemos aprendido y el resto de equipos no se van a quedar de brazos cruzados". 

Bottas, genial; Massa, desafortunado

A Rosberg le bastó una maniobra más propia de un futbolista que de un piloto de Fórmula 1 para llevarse el triunfo: dribló en la salida a Hamilton y a Ricciardo para colocarse primero. Lo fue hasta el final y no tardó en multiplicar su ventaja cuando se marchó el coche de seguridad, que había salido por el percance de un Bottas excelente en el GP de Australia. El finés no solo superó a su compatriota Kimi Raikkonen, séptimo y a casi un minuto de Rosberg en su retorno a Ferrari, sino que con su quinto puesto sumó 10 puntos, el doble que Williams durante la temporada pasada. Su compañero Felipe Massa no pudo tener un debut más desafortunado con su nuevo equipo, pues fue embestido por Kobayashi en la primera curva, después de que la salida fuese abortada dos veces porque los dos Marussia se quedaron clavados. Felipinho pidió a la FIA que sancione al japonés, de vuelta en el Gran Circo tras su última aventura en Sauber, en 2012. El año del gran percance de Grosjean con Alonso en Spa. Massa comparó la maniobra de Kobayashi con aquella. 

Vettel no estaba para comparaciones tras retirarse en la quinta vuelta: "El motor no tenía potencia y no puedo hacer mucho. Hay que seguir mirando hacia delante. Es muy decepcionante. Va a ser un año muy largo". Un giro antes lo había hecho Hamilton, frustrado por un cilindro del motor estropeado. Con 12 puntos más que ambos acabó Alonso, satisfecho a medias, pues gracias a la estrategia recuperó la plaza perdida con respecto a Hulkenberg, aunque vio cómo le superaba Button, que había salido décimo. "Las quince primeras vueltas han sido caóticas con muchos problemas en el motor eléctrico. Hay que trabajar mucho", cerró el asturiano el día de Nico Rosberg. La jornada que iba a ser de Ricciardo -"hace unas semanas no hubiese apostado nada por mí, por estar aquí [la pretemporada de Red Bull ha sido un calvario]. ¡Estoy en las nubes!"-, declaró antes de ser sancionado, sabedor de que era el primer australiano en subirse al podio en la carrera de su país, y que fue redonda para Magnussen, primer danés en conseguir un podio -"es increíble. Parece que no sea verdad"- y de hacerlo en su estreno en la Fórmula 1 con McLaren o para Kvyat, otro inexperto que cerró los puntos en su debut con Toro Rosso. 

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