jueves, 1 de mayo de 2014

El bautizo de Marcelinho Huertas

Bien secundado por Nachbar, el brasileño inaugura el Gran Canaria Arena con una exhibición   

Huertas penetra a canasta - Foto: ACB Photo / M. Henríquez. 

Por mucho que le incomode, pues tiene un discurso en clave de equipo, tuerce el gesto y se escabulle ante los elogios, Marcelinho Huertas (Sao Paulo, Brasil, 1983) pasará a la historia como el jugador que bautizó el Gran Canaria Arena. El base brasileño fue siempre el hilo conductor del primer partido en el único pabellón construido para la Copa del Mundo FIBA 2014 de España y que será la sede de la próxima edición de la Copa del Rey. "Lo más importante", advirtió Huertas en Teledeporte, "es sumar victorias. Los
números individuales no valen si el equipo no gana". El Barça lo hizo por 74-82 ante el Gran Canaria bajo la batuta del que debe ser su jugador capital (21 puntos, tres rebotes, 4 asistencias y 29 de valoración) para lograr, en apenas 15 días, la tercera Euroliga en Milán. 

Huertas se ocupó incluso de los mínimos detalles. Anotó la primera canasta en el Gran Canaria Arena, un espacio multiusos pensado para acoger espectáculos deportivos, culturales o musicales con una capacidad para 10.000 espectadores y una superficie de 11.485 metros cuadrados, y también la última, a aro pasado. Es el metrónomo del grupo, un tipo valiente que no se arruga y que se batió en un duelo de triples con Albert Oliver en un inicio marcado por los enésimos problemas con los tiros libres de los azulgrana, que acertaron a la quinta (13/20 al final). Los visitantes tampoco sacaban provecho de su juego interior y minimizaban esas carencias con una fiabilidad extrema desde más allá de 6'75 (13/26), con Nachbar como mejor valedor (5/7). 

Estadísticas parejas 

El esloveno es el exponente de jugador capaz de revolucionar un partido saliendo del banquillo. De poner su sello de manera silenciosa. Fue irrumpir Nachbar y replicar el Barça, golpeado por Nacho Martín, Bellas y O'Leary (31-35 a los 12m 54s), mientras Tavares, rodeado de ojeadores de la NBA en el partido anterior en el Olímpic de Badalona, estaba tieso, lejos de ese desparpajo que ha despertado el interés de tantos equipos. Tomic fue demasiado para él. Poco a poco Báez se multiplicaba (38-36) en un partido que dejó tres estadísticas curiosas. Empate a recuperaciones (5) y pérdidas (8), rebotes muy parejos (36 de los locales, nueve de ellos ofensivos de los locales, y 35 y 8 de los visitantes), y 13 y 14 asistencias, respectivamente. 

La mayor profundidad del banquillo del Barça hizo el resto. Parece que Oleson tenga un aguijón, pues sabe aparecer cuando se le necesita, como el propio Nachbar o Abrines, capaces de anotar cinco puntos consecutivos con 63-64 en el marcador en los últimos cinco minutos. Los azulgrana se habían recuperado de otro momento delicado gracias a un Huertas que les reenganchó en el partido y redondeó su exhibición con un tramo final espectacular. Él bautizó al nuevo pabellón: "Gran Canaria tiene una casa grande como se merece". "Hoy es un día de fiesta a pesar de la derrota", concedió Bellas, consciente de lo importante que es para su club contar con una instalación como el Gran Canaria Arena.   

GRAN CANARIA 74 (23+15+18+18): Oliver (9), Newley (6), Beirán (6), Báez (15) y Tavares (2) -quinteto inicial-; Bellas (14), Hansbrough (5), O’Leary (5) y Nacho Martín (12). BARÇA 82 (19+17+23+23): Huertas (21), Abrines (11), Papanikolaou (2), Lorbek (0) y Tomic (10) -quinteto inicial-; Dorsey (4), Sada (2), Todorovic (0), Oleson (9), Lampe (4), Nachbar (17) y Pullen (2).

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