domingo, 22 de junio de 2014

Nico Rosberg, mejor que su padre

El líder del Mundial logra en Austria el sexto triunfo de su carrera, uno más que Keke

Rosberg levanta el trofeo como ganador del GP de Austria. 

Compartió escudería con dos mitos como Nigel Mansell y Alain Prost, y hace 30 años se llevó su único Mundial con un triunfo en una temporada en la que hubo once ganadores diferentes en las 16 carreras. Además, Keke Rosberg (Finlandia, 1948) fue mentor de Mika Hakkinen, que obtuvo dos coronas mundiales, y de su hijo Nico, que oposita por su primer Mundial a ritmo de regularidad: en las ocho pruebas disputadas ha sido segundo cinco veces, y primero tres. Su última victoria, sexta de su carrera en el Red Bull Ring de
Austria, hace que Nico Rosberg supere a su padre en el número de victorias, aunque acumula unas cuantas carreras más (155 por 114). "No ha sido una carrera fácil. Tenía varios componentes del coche al límite", relató el líder del campeonato, que cuenta con 29 puntos más que el segundo en Austria, Lewis Hamilton, su compañero en un Mercedes que acumula seis dobletes. Tercero, símbolo de la pujanza de los Williams, acabó Bottas, justo por delante de un Felipe Massa que había partido con la pole casi seis años después. 

La calificación pudo marcar la carrera para Hamilton, un competidor insaciable con unas manos tan privilegiadas que en la octava curva había ascendido de la novena a la cuarta plaza tras superar a un Fernando Alonso que todavía no sabe cómo le pasó. A Lewis lo que más le perjudicó, más allá de sus problemas en el freno delantero izquierda, fue que su equipo tardase un segundo más en hacer la segunda parada (1'932 segundos fue la distancia final entre ambos) con respecto a Rosberg, el primero de los favoritos en realizar el pit stop. Demasiado tardó en hacerlo Massa, entero en la salida, pero al que le penalizó el tráfico y el tapón que durante varias vueltas le hizo el Checo Pérez, con quien se llevó un buen golpazo en Canadá. Felipinho está satisfecho a medias: "No tenía ritmo para ganar, pero sí para llegar al podio. Espero que sigamos siendo así de competitivos lo que resta de temporada". 

Puede que no hubiese nadie más feliz que el vecino de Massa en Williams, un Bottas que nunca había subido al cajón y que resistió lo que puso al aliento de Hamilton y llegó a inquietar al principio a Rosberg: "No tengo palabras para describir lo que siento". No estaba para discursos Vettel, que tuvo que retirarse por tercera vez en la temporada y parece haber heredado la mala suerte de Webber. El actual campeón  está a 95 puntos menos que Rosberg y 23 menos que su compañero Ricciardo, que tras su triunfo en el Gilles Villeneuve sólo pudo ser octavo. Peor le fueron las cosas a Raikkonen, décimo, irreconocible y sin recursos en su vuelta a Ferrari: "¿Que vaya dos o tres décimas más rápido? ¡Pero si no tengo potencia!" La que le sobra a Rosberg y a Mercedes, aunque no deben fiarse del ascenso de unos Williams hambrientos.   

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