Rosó Buch: "Quizás me falte regularidad"

Cronómetro de Récords entrevista a la escolta de Conquero

Rosó Buch, tras la final. Foto: Toni Delgado. 

Por un momento el Gasca de San Sebastián parece una pista de baile. A la izquerda, y dirigiéndolo, Rosó Buch (Mataró, 1992), a la derecha, Andrea Alcántara, de 15 años. Rosó la mueve y la mueve, se la pone en la espalda, y le da varias vueltas. Es un baile mojado, pues se acaban de duchar con botellas de agua. Rosó habla con Cronómetro de Récords antes de llevarse de recuerdo el cartel de campeonas junto con Peters y Caldwell. La escolta de Conquero, un torbellino, ya tiene su primera Copa de la Reina.

Toni Delgado / San Sebastián 

—¿Teníais preparada más o menos la coreografía?

[Se ríe]. Siempre hacemos la misma broma. Ya te dije ayer que había muy buen ambiente en el vestuario. Nos lo merecemos. Es un momento increíble. 

—Hoy has vuelto a estar descarada, pero ante un rival mucho más difícil que Donosti Basket. 

No me han entrado los tiros, pero he ayudado al equipo. He hecho de base y tenía otras funciones. Nuestro equipo es muy competitivo: cuando no está bien una, lo está la otra, y eso es lo que nos hace fuertes. Hemos controlado el partido.  

—¿Cómo creces que has crecido como jugadora en esta Copa de la Reina? ¿Te notas mejor jugadora?

Sí, principalmente porque sé que jugar una Copa es muy complicado, y ganar la primera final que disputas y contra Perfumerías Avenida, lo es todavía más. No sé si volveré a jugar una Copa. Espero que sí, pero nunca se sabe. Siempre guardaré este recuerdo y no me lo quitará nadie.  

—¿Te has hecho la foto con Mariona [Ortiz, jugadora de CD Zamarat y muy amiga suya]? 

Sí, nos la hemos hecho. No podía faltar [es tradición para ellas; Ortiz llevaba dos consecutivas ganadas con Perfumerías Avenida]. Ha bajado a la pista. Y ahora ella tiene dos y yo, una. Espero atraparla pronto. 

—Poco a poco. 

Poco a poco, pero confío en que así sea. Ahora tenemos que seguir con la Liga, a ver si nos clasificamos para jugar los playoffs y también la liamos un poco. 

—¿Qué te ha enseñado esta chica?

¿Asurmendi? Asur es una jugadora de pies a cabeza como base y como todo: controla el tiempo, siempre está tranquila y aporta  calma al equipo. Nunca la he visto nerviosa. Para llegar a ser una base como ella todavía me queda mucho. 

—¿Y qué te falta para mejorar?

¡Mucho! ¡Todo! Sé que tengo cosas buenas, pero quizás me falte regularidad. Poco a poco la conseguiré. 

—Otro mensaje para tu amigo Octavio, que no ha podido venir a la Copa. 

Octavio, espero que hoy salgas de fiesta y lo celebres por nosotras. Yo voy a salir, como siempre, ya sabes. Y nada, que gracias otra vez.