España da brillo a su plata olímpica tras no arrugarse ante un Estados Unidos intratable (101-72)
"¡Ya no se le puede pedir más a la vida!", le confiesa Laia Palau (Barcelona, 1979) a Lucas Sáez-Bravo, periodista deportivo de El Mundo, en el Carioca Arena 1, de Río de Janeiro. La capitana tiene una maravillosa plata colgada del cuello, la merecida recompensa en los Juegos Olímpicos para una España que solo ha cedido ante la intratable Estados Unidos, a la que pudo atar en corto los primeros 13 minutos (27-24, con una Alba Torrens fantástica) y que se escapó sin remedio hasta el 101-72 final. Fue el 248º partido
internacional de Laia Palau, que hace tiempo que anuncia su retirada, pero su rendimiento, excelso, le impide dar el paso. Ahora ya tiene una medalla olímpica, la única que le faltaba con el combinado nacional.
Alba Torrens, Laia Palau y Marta Xargay, en el podio. Foto: FIBA. |
"¡Ya no se le puede pedir más a la vida!", le confiesa Laia Palau (Barcelona, 1979) a Lucas Sáez-Bravo, periodista deportivo de El Mundo, en el Carioca Arena 1, de Río de Janeiro. La capitana tiene una maravillosa plata colgada del cuello, la merecida recompensa en los Juegos Olímpicos para una España que solo ha cedido ante la intratable Estados Unidos, a la que pudo atar en corto los primeros 13 minutos (27-24, con una Alba Torrens fantástica) y que se escapó sin remedio hasta el 101-72 final. Fue el 248º partido
internacional de Laia Palau, que hace tiempo que anuncia su retirada, pero su rendimiento, excelso, le impide dar el paso. Ahora ya tiene una medalla olímpica, la única que le faltaba con el combinado nacional.
"Si ganamos una medalla, me retiro [de la selección]. Ésa será mi ida de olla", dijo antes de empezar el torneo. "No quería hablar del tema. Ojalá siga", explica Lucas Sáez-Bravo. Laia Palau prefería reflexionar sobre su equipo, sobre cómo "hemos demostrado que aparte de Estados Unidos podemos competir con cualquiera". Y la competitividad es algo que siempre ha caracterizado a la base, nacida para ser capitana, para ayudar a ser mejores a sus compañeras, gestionar los egos y los momentos. Los malos y los buenos. Como sus compañeras, Laia Palau peleó de principio a fin ante Estados Unidos, con más centímetros y físico (51 a 28 rebotes) y una excelente puntería con los triples (9/15). Diana Taurasi se llevó la palma (5/7 en tiros de tres) y sumó 17 puntos, los mismos que Whalen, que puso, sobre la bocina, el 49-32 al descanso.
En el ecuador del segundo cuarto, Laura Nicholls y Astou Ndour tenían tres personales cada una y Maya Moore anotaba cómo quería. Entre Laia Palau, con cuatro de sus siete puntos, y la propia Astou Ndour, con dos de sus tres triples, retrasaron que las estadounidenses se escapasen definitivamente (60-48 a los 23m 17s). Con la réplica de Whalen, Delle Donne o Fowles, la diferencia se disparó (78-46 a los 27m 46s), preludio de unos minutos eléctricos de Silvia Domínguez, con triple desde medio campo incluido.
El oro era ya imposible. La plata dorada, una realidad. En el podio a Laia Palau no le cabía la sonrisa en la cara. Es posible que entre sus pensamientos se colase alguna imagen de su primer torneo con la selección, el Mundial de China de 2002. "Ese año", me contaba hace unos meses la capitana de la selección, "hubo muchas lesiones y me colé en el último momento en la lista de 12. Vicente Rodríguez era muy gallego y exigente. Siempre le agradeceré la confianza que depositó en mí".
Desde entonces nunca ha faltado a ningún torneo con España. Quizás la clave de su éxito la dé Carme Lluveras, su exentrenadora en el UB Barça y que la fichó cuando era general manager del Ros Casares: "Es muy buena. Tiene el espíritu de ganadora, de saber competir. Le ayudé a que potenciase más ese aspecto. Se puede aprender a ser sufridora".
"Es muy explosiva"
"Es muy explosiva"
"Laia es muy explosiva y quiere ganar siempre. Tenía una gran conexión con ella. Una sabía qué estaba pensando la otra. Ambas jugamos con el corazón", interviene Erika de Souza, con quien coincidió en el UB Barça y en el Ros Casares. "Tuvimos un año con un nivel de intensidad brutal en los entrenamientos en Barcelona. Creo que la hice mejor jugadora ese año. Más que aprender, observé su creatividad: Laia encontraba opciones que yo no veía", recuerda Mar Rovira. Es una de las jugadoras preferidas de Jose Debo, miembro de la Peña La Ranita, del Perfumerías Avenida: "En Salamanca se la quiere o se la odia. A mí Laia Palau me encanta. La última vez que vino le sugerí que fichase por el Perfumerías Avenida. Se reía. Me preguntó si era yo el que le decía '¿Laia, vente pa Salamanca?' cuando lanzaba los tiros libres. Y le dije que sí. '¡Qué cabrón!' [se ríe]. Luego nos hicimos una foto. Yo quiero una jugadora así en mi equipo".
Roberto Iñiguez, que la dirigió en el Ros Casares, no la ve entrenando: "Vive mucho el baloncesto, pero quizás su futuro, por su carácter, esté más ligado con la sociedad. Con ayudar, seguramente". "Se retirará cuando ella quiera", dijo en su día en La Hora de Lok@s, y ha vuelto a repetirlo muchas veces, Lucas Mondelo, que acumula un oro y un bronce europeos, una plata mundialista y otra olímpica como seleccionador. "Laia Palau ha sido una de las jugadoras con las que mejor me he entendido en la pista. Jugar con ella es fácil", cierra la exjugadora Marta Fernández.
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