lunes, 13 de febrero de 2017

Erika de Souza: "Cuanto más me pitan, más ganas me entran de jugar"

Cronómetro de Récords entrevista a la pívot del Perfumerías Avenida en la Copa de la Reina de Girona

Erika de Souza, a punto de lanzar un tiro libre, ante la mirada de Ibekwe. Foto: Toni Delgado. 

“¡Que tengo que ir a mear! ¡Tengo que ir a mear!”, grita Erika de Souza (Río de Janeiro, 1982), mientras sostiene una réplica de la Copa de la Reina, su primer título en su nueva etapa en el Perfumerías Avenida. Se desespera porque con la música que suena en Fontajau no se entera de lo que le pregunta un periodista por teléfono, y sabe que Cronómetro de Récords ya había pedido tanda para entrevistarla. De Souza es de esas personas a las que no les gusta disimular sus sentimientos. Por eso como jugadora no deja
indiferente a nadie: o la adoras o la odias.

Toni Delgado / Girona

—Te ha costado entrar en la final: antes de que se cumplieran los primeros tres minutos ya habías cometido dos faltas personales. 
Me las han regalado, ¿no? ¡Te juro que no he hecho falta! 

—Tú juras mucho, ¿no?
Sí, ¿no? [Nos reímos]. Lo importante es que conseguimos la Copa de la Reina y ahora tenemos que celebrarla, aunque no podemos despistarnos nada. Estamos en un momento muy importante de la temporada. 

—Siempre tienes la mente fría, aunque seas de sangre caliente. 
Soy brasileña y tengo que poner en práctica cuanto he aprendido en mi vida. Estoy muy contenta y dedico el trofeo a los salmantinos.

—Hace algo más de un año me dijiste que tenías muchas ganas de volver a Salamanca. ¿Por qué no volviste antes?
No lo sé. Son aspectos que llevan mi representante y el club. Lo que importante es que estoy aquí: he venido para ganar trofeos y éste será el primero de muchos más.  

—Estos días tuviste problemas estomacales. ¿Te había sentado algo mal?
No lo sé. Creo que he comido demasiado, pero ya estoy al 100%. Ahora tenemos que pensar en el Bourges [se pone a gesticular]. 

—Esto házmelo para la foto, no ahora... [Nos reímos]. [Nos avisan que tiempo para entrar en la sala de control antidopaje se va agotando]. Juegas con el corazón.  
Si no tengo mucha puntería ni cojo demasiados rebotes, recurro al corazón. Es mi motor para poder sacar lo que llevo dentro.   

—Pero ese corazón caliente que tienes te hace a veces dirigirte a la afición rival... 
Bueno... [Nos reímos]. 

—Al final te has moderado y mirabas hacia tus aficionados.
Sí, pero cuanto más me pitan, más ganas me entran de jugar. Los gritos me motivan todavía más.  

—¿Qué significan tus tatuajes?
Éste es de Fabio, mi representante; éste otro de mis sobrinos; y sigo: mi abuela; mis hermanos; el lirio, una flor que me encanta; éste simboliza mi pasión por el baloncesto; éste mi madre… 

—[Tiene que irse hacia el control antidopaje]. Te acompaño, Erika. Esto quizás es lo peor del baloncesto. 
¡Sí! Creo que me tienen fichada porque siempre me toca a mí. 

—¿Tienes ganas de hacer pipí? Llevas un rato bebiendo agua.
Me costará hacerlo un montón [pone cara de pena]. 

—¿Cómo ha sido defender a Alminaite y Coulibaly?

Coulibaly suelta el codo todo el rato, ¿no?… [Y se despide porque entra en la sala para realizar el control].

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