Cronómetro de Récords entrevista a la base de Uni Girona
Rosó Buch, en Fontajau. Foto: Toni Delgado. |
Ainhoa López, Ibekwe... Rosó Buch (Mataró, 1992) abraza a todas sus compañeras, esparcidas por el parqué de Fontajau. Saca fuerzas para animarlas y mira de reojo a las jugadoras del Perfumerías Avenida, que bailan y gritan antes de levantar la Copa de la Reina. Ya duchada, la base del equipo anfitrión, Uni Girona, atiende a Cronómetro de Récords.
Toni Delgado / Girona
—¿Cómo está el vestuario?
Triste. Nos sentimos un poco frustradas porque teníamos la Copa en nuestras manos y ante nuestra gente. Sabemos que tenemos que ser profesionales y superar esta situación. El miércoles afrontamos un reto muy importante en Turquía [ante el AGÜ Spor y con la obligación de defender los ochos puntos de renta de la ida]. La Eurocup ilusiona mucho al club y a las jugadoras, pero está claro que nos iremos a dormir con mal sabor de boca porque se nos ha escapado una oportunidad única.
—Os han hecho un parcial de 17-0 en el tercer cuarto.
Éramos conscientes de que el Perfumerías Avenida apretaría y saldría a presionar. Tienen un equipazo y cuando están enchufadas y desconectas un poco, pasa lo que pasa. Nos sucedió lo mismo en el partido de Liga en casa. Después hemos intentado remontar, pero no hemos dado para más.
—En la primera parte habéis dominado el rebote (21 a 8), sobre todo Coulibaly, pero en la segunda la han defendido muy bien y solo habéis captura 8 más...
Coulibaly es una bestia de los aros y es importante tenerla en el equipo. Sus interiores también son muy buenas y estaban muy motivadas. Me sabe mal cómo ha acabado el partido. Estamos en deuda con nuestra afición. Tenemos que ser positivas: todavía nos quedan objetivos atractivos por los que luchar.
—Transmites alegría en la pista, pero en esta Copa te ha costado ser tú. En semifinales ante Araski empezaste fatal, aunque supiste ser muy importante cuando entraste por Noemí Jordana, que acababa de cometer su cuarta falta personal. En la final has sido tú puntualmente.
Mi rol es un poco diferente al del año pasado en Huelva. Entonces era titular, jugaba más de 30 minutos y siempre encontraba mi momento para disfrutar. En la semifinal no me entraba nada y nuestro partido fue muy, muy malo. No estábamos tampoco para mucha alegría. Cuando Noe cometió la cuarta falta, pensé que tiene que hacer un paso adelante. Lo dimos todas. En la final creo que he tenido mis momentos. Ha sido una pena. Intentaré volver a demostrar mi alegría en la pista. Espero que juntas podamos superar esta decepción.
—Antes hablabas de desconexión...
En una final, si ganas por 15, no puede ser que te remonten y puedan llegar a perder por más de 10 como ha sido nuestro caso. Desconozco cuál ha sido nuestro error. Está claro que ellas presionan mucho en toda la pista. Jugábamos contra un equipazo al que hemos permitido volver a entrar en el partido. No sé si hemos desconectado, ya que todas teníamos ganas y ambición para ganar la Copa. Simplemente, las cosas no nos han salido las cosas en el tercer cuarto. Es algo que tenemos que cambiar.
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