jueves, 5 de abril de 2018

Eduardo Hermida: “El Uni Ferrol es de las cosas más bonitas que me han pasado desde el nacimiento de mi hija”

Cronómetro de Récords entrevista al pintor gallego, que ha retratado a las jugadoras y al cuerpo técnico del equipo de su corazón 

María Araújo y Eduardo Hermida con el cuadro de la jugadora. 

Aunque se mueve como pez en el agua en los medios de comunicación, Eduardo Hermida (Ferrol, 1965) se confiesa “algo nervioso”“Nunca me habían propuesto una entrevista sobre algo tan emocional para mí”, añade a Cronómetro de Récords. Se refiere a su Uni Ferrol, el equipo que tanto le inspira y divierte. En agradecimiento ha pintado a las jugadoras y al cuerpo técnico con su particular estilo. Le pido que se moje y pronostique los resultados de la serie de cuartos de final ante el Gernika. “Espero que ganemos el
primer partido por 78-65”, pronostica el martes. Se equivoca por poco, pues el Uni Ferrol, impulsado por Bea Sánchez, Alexis Prince y Jamie Scott sale lanzado (36-19 a los 14m 13s) y acaba ganando por 75-57. “En Maloste creo que impondremos por 70-72”, apunta Eduardo Hermida, el artífice de la intervención artística Meninas de Canido, una acción de arte urbano para favorecer la regeneración de “espacio degradado para devolverle su esplendor”. Habrá que esperar al domingo (19:00 h., Twitter @BaloncestoFEB).  

—¿Cómo definirías tu estilo pictórico? 
Mi pintura es muy matérica, de textura. Mezclo cuerdas, arena, madera, papel, telas... Eso convierte mis cuadros en esculturas, pues tienen relieve, volumen... Necesito tocar y sentir la pintura, pintar con los dedos...  

—¿Es imposible disfrutar del arte sin imaginación?
Los artistas somos tan extremadamente libertarios como para poder imaginar el mundo en el que queremos vivir o, incluso, podemos llegar a construirlo. A veces no sabes diferenciar entre la vida real y la ficticia. Ahora que estoy empezando a entender el baloncesto, o al menos a seguirlo, veo que es un mundo donde hay también una imaginación brutal. El último partido del Uni Ferrol fue como una coreografía: una rapidez, unos movimientos, una plasticidad... Cuando Patri [Cabrera] pasaba por debajo de la canasta, hacía un giro en el aire y anotaba, parecía una bailarina en El Lago de los Cisnes. Había esa música. A pesar de la paliza que estaba recibiendo su equipo, la afición del CD Zamarat no dejaba de animar, ayudaba a dotar de musicalidad el ambiente. Fue un auténtico espectáculo visual. Trato de buscar la similitud entre el arte y el deporte. Los cuadros del Uni Ferrol son cuatro pinceladas en las que creo que se representa muy bien cada protagonista a partir del movimiento plástico.

—Patricia Cabrera o Marina Delgado están lanzando en sus cuadros. Me sorprende que Jamie Scott, quizás la jugadora con mejor mecánica de la Liga Día, esté armando el tiro.  
Sí, es curioso. Además, es un movimiento imposible porque tiene el balón tan abajo...   

—Bea Sánchez está de espaldas.
Desafiante. La única en plano corto. Bea es como una estatua de sal que lo observa y controla todo. La veo como la base sobre la que se sustenta el club.    

—Diría que es tu favorita... 
[Hace una pausa]. Yo creo que sí. Antes de emprender este proyecto, mi idea era crear un mural en la parte exterior del pabellón con una Bea Sánchez de cinco o diez metros de altura y rodeada de niños y niñas. Se lo propuse por amor al arte al Ayuntamiento, pero no me dejó por problemas de Patrimonio y no sé qué.  


Bea Sánchez. 

—Ana Suárez, ahora en el Tarbes, te hizo descubrir el Uni Ferrol en su etapa en el club. 
Es cierto. Ana vino al estudio con su madre, Lola, que tenía una pierna rota y pasó un tiempo con ella. Lola siempre tuvo afición por la pintura y Carmen [Fernández, la capitana, también de Canido] le habló de mí. Vino y nos cogimos un cariño bestial. Ana me daba invitaciones para ir a ver al Uni Ferrol y le decía: “No iré porque no entiendo de baloncesto”.  

—¿Te daba miedo? ¿Reparo?
Era miedo a enfrentarme a algo que desconozco y que nunca podría entender. 

—Pero es el reto diario que tenéis los artistas, ¿no?
El terror al lienzo en blanco es diferente. Al final, me acabé enganchando al baloncesto femenino y al Uni Ferrol viendo jugar a Ana Suárez.   

—¿Has acabado todos los retratos del Uni?
No, me falta el de Marina [Delgado], y Lino [López] me pidió que, por favor, le hiciese uno a Sandra [Prieto, la entrenadora ayudante] y a Álex [de la Vega, el preparador físico]. ¿Y cómo podría negarme? Soy incapaz de dejar huérfana a la familia. A Ana [Suárez] ya le di su cuadro. 

La plantilla y el cuerpo técnico del Uni Ferrol con Eduardo Hermida, en su estudio.  

—¿Llegas a retratar el alma de los y las protagonistas?
Creo que sí. Ésa es, al menos, la intención. Sus caras no tienen definidas la nariz ni tampoco los ojos o la boca. Me centro en el movimiento, el alma como dices… En su esencia. 

—El año pasado el Uni Ferrol tuvo su Menina en Canido.   
Es obra de Margarita García Pita. Pedí que alguien hiciese algo del Uni Ferrol y ella se ofreció. No puedo pintar porque tengo que atender a los artistas que vienen, hasta 250 en la última edición, que congregó a 45.000 visitantes.    

—¿Cómo crees que tu proyecto ha ayudado al barrio de Canido, que, como has dicho alguna vez, tenía un punto gris?
Ha pasado de partir como una acción reivindicativa y de protesta, incluso un grito de socorro, a convertirse en un atractivo turístico. Aquel barrio gris es ahora un espacio lleno de color del que todo el mundo quiere formar parte. 

—Os ha unido más y os ha hecho sentir más canidistas
Nos ha ayudado a sacar el orgullo, y eso es lo mejor. Estábamos como un poco acomplejados. No era un barrio marginal en el que hubiese delincuencia o drogas, pero la ciudad sufre una crisis muy aguda, y sobre todo por el sector naval, desde 1980. Ferrol necesitaba un golpe de autoestima o esperanza para poder convertir esa tristeza en algo positivo.   

Carmen Fernández. 

—Supongo que llegó un momento en el que pensaste que las Meninas de Canido se te habían ido de las manos, pero para bien. 
Quien antes tenía en el barrio una casa abandonada, llena de humedad y de ratas, ahora ve un filón y pide un pastón. Sin pretenderlo, he potenciado la burbuja inmobiliaria. No podía ser todo maravilloso… Quizás haya llegado el momento de dar por concluido el proyecto, que tiene un recorrido bestial. Hay unas 350 meninas y habría sitio para un par de ediciones más. A lo mejor después de la próxima, la del 10º aniversario, la última. Tampoco quiero atarme toda mi vida a las Meninas. Esto me cobra muchísimo tiempo y dinero de mi bolsillo... No puedo encasillarme. A ver si voy a empezar a pintar a equipos de baloncesto…  

—Quién sabe. ¿Por qué no? Por cierto, ¿cómo retratarías vuestro pabellón, Esteiro? ¿Qué destacarías?
Buff… ¡Es que es una gran familia! Es como el tío Juan, la abuela Manolita…  Sería una especie de foto familiar en Navidad con todos sentados ante la mesa. Además de por la humildad y el trabajo, el Uni Ferrol funciona por la gran unión que hay en el club.  

—Parece que vivas los partidos como una película.  
No te lo puedes ni imaginar. Se lo decía el otro día a las jugadoras. No sabéis cómo espero que llegue el día del partido. Hoy [por el martes] se comentaba que quizás no montarían un autobús para ir al segundo encuentro de cuartos de final ante el Gernika... Averiguaré qué distancia hay [552 km, 5 horas y 31 minutos según Google Maps], la ruta, los hoteles… Quizás me plante allí con el coche. No sé, para mí el Uni Ferrol es como una droga. 

—Eso es muy bonito. 
El Uni Ferrol es de las cosas más bonitas que me han pasado desde el nacimiento de mi hija. De verdad, aunque parezca una locura decirlo. Sigo los partidos en la pista, en una silla. 

Patricia Cabrera. 

—Has dicho alguna vez que te sientes Jack Nicholson viendo a los Lakers. 
¡Sí! El otro día se me acercaron dos niños pequeños, de unos siete u ocho años, y uno me preguntó: “Perdone, señor, ¿usted en Spike Lee…?”. Me reí mucho. Pensaba que me conocían por las Meninas, excusa habitual para visitar colegios y hablar con los medios. Pero insistían: “Usted estaba en un partido de los Knicks”. Lee, que también ve los encuentros a pie de pista, tiene broncas con los jugadores…

—No te imagino montando jaleo, pero sí poniendo muchas caras durante los partidos. 
Tal cual. ¡Gesticulo mucho! Tengo un corazón demasiado sensible y acabo cogiéndole cariño a los árbitros y las árbitras. Como todo el mundo les grita... 

—Te veo dedicándoles un cuadro... 
Hay una árbitra que ya vino varias veces a Esteiro y parece tan buena persona, ¿sabes? Tiene mucha autoridad, pero está allí como si fuese una jugadora más e intentase hacer un bloqueo o repartir una asistencia. A veces me imagino que le pasarán el balón. 

—¡Sería histórico! ¡Triple de la árbitra! [Nos reímos]. Se nota que te ganaste la vida con el humor… Con el dúo cómico Los Fabulosos.
Aquella aventura nos llevó a recorrer España durante 15 años. Los Fabulosos fue una broma que empecé con un amigo, Pepe Doré, un gran músico gallego. ¡Llegamos a hacer hasta 100 actuaciones anuales! Era como ir a jugar un partido: te llamaban de Zaragoza, ibas, tocabas y regresabas. Era un enfrentamiento contra un público rival que quizás no entendía la ironía o el humor gallego, tan sarcástico. Al final, acabábamos convenciéndolo.  

—¿Cantabais?
No, más bien destrozábamos canciones conocidas y les cambiábamos la letra. Era un espectáculo muy divertido que echo de menos, pero la edad... Fue una etapa muy bonita. Somos muy amigos y nos llamamos casi todos los días.    

—¿Le has regalado cada cuadro a las jugadoras del Uni Ferrol?
Por supuesto. Algunos se están secando. A Rachel se lo tendré que enviar a Canadá. Me va a costar un pastón, pero se lo merece. 

—Pensaba que harías alguna exposición con las obras. 
Me lo pidió el responsable del Bar Sur, pero como queda tan poco para el final de la Liga... Ya le preparé otro proyecto en breve o la temporada que viene. Me gusta mucho la fotografía y quizás haga algún montaje curioso. El Bar Sur es la sede la nueva peña, Ruxidos de Esteiro. Son muy buena gente. 

—¿Eres socio de la peña?
No, soy independiente. [Risas]. Veo los partidos solo. Intenté llevar a mi hija Estrela, pero no tuve suerte. 

—Hazme una breve descripción de la familia del Uni Ferrol.  
Lino López. Sabiduría. 
Patricia Cabrera. Dulzura. 
Ani Calvo. Frágil-fortaleza. 
Marina Delgado. La sonrisa.  
Carmen Fernández. [Suspira]. La más grande. 
María Pérez Araújo. El cariño. 
Alexis Prince. Una tierna frialdad.  
Bea Sánchez. El pilar de la base. 
Jamie Scott. Ese tiro celestial. 
Rachel Vanderwal. Experiencia vital. 
Natalia Rodríguez. Juventud ilusionante.
Sandra Prieto. El silencioso sonoro.
Álex de la Vega. El corógrafo esencial.
Manu Caínzos. El 50% de mis cuadros. Me inspiro en muchas de sus fotos de los partidos. Me reserva el sitio en Esteiro... Es mi vehículo de comunicación con el club. 

Lino López y Eduardo Hermida. 

—El otro día esa familia fue a visitarte al estudio para ver tus cuadros.
Me sentí un pesado dándole las gracias a todas 40 veces. ¡Pero era necesario! A Rachel [Vanderwal] la abracé y le di un besazo... Estuve a punto de ponerme a llorar. No es que mi vida fuese triste ni estuviese pasando una depresión o una época mala... ¡Todo lo contrario! Soy muy feliz con todo lo que hago, pero ellas me han curado de golpe la crisis de los 50. ¿Cómo no les voy a estar agradecido? Y te lo estoy a ti también, Toni, porque me has sacado un poco de mi campo, dejándome en él. Me has ayudado a salir un poco de mi mundo. El otro día hablaba de esto con Lino.  Él me comentaba que piensa en el baloncesto desde que se levanta hasta que se acuesta, y a mí me pasa lo mismo con el arte. Si hasta cuando le preparo la comida a mi hija la adorno y parece que el plato sea una pintura... “Son las cosas que nos hacen felices, mueven y estimulan”, nos decíamos. ¿Y cómo vamos a renunciar a aquello que nos da tanto? 

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