martes, 16 de octubre de 2018

Irene Garí: "Me gustaría que la Liga Día durase 10 meses como la francesa"

Cronómetro de Récords entrevista a la alero del Valencia Basket en el Open Day Liga Día de Torrejón de Ardoz


Irene Garí con una camiseta de apoyo a Marina Lizarazu. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado / Torrejón de Ardoz

Tras la tercera pregunta, Irene Garí (Oliva, Valencia, 1994)  se disculpa y se va a achuchar a su compañera Marina Lizarazu, en una silla de ruedas y que se perderá el curso tras romperse el ligamento cruzado anterior de la pierna derecha. Garí se pone  una camiseta de apoyo a su amiga —"Un día más. Un día menos. Lizarazu. 9"— y posa para la foto con el resto del equipo. Un momento emotivo que le hace olvidarse de la entrevista con Cronómetro de Récords. "Perdón, perdón...", añade Irene Garí, una de las capitanas del
Valencia Basket. La alero tiene madera de presentadora, como demostró en el vídeo de la fase de ascenso en Liga Femenina y en el reportaje sobre el Open Day Liga Día de Torrejón de Ardoz de su club. No se pone nerviosa ante las cámaras y no le tiembla el pulso con la alcachofa para hacer entrevistas.   

—¿Cómo describirías el hecho de jugar en Liga Día en el equipo de tu tierra? 
Es un orgullo formar parte de un club tan grande que no deja de crecer y que nos apoya tanto. No puedo pedir más.  

—Hasta llegar a la primera jornada has estado entrenándote muchos meses en solitario. ¿Qué harías tú para alargar la competición? 
Me gustaría que la Liga Día durase 10 meses como la francesa. Con el Mundial de Tenerife hemos empezado tarde y el calendario se comprime... No sé cómo se podría hacer que durase más. 

—Parece que haya pasado un año desde vuestro ascenso a Liga Día contra el Celta. 
No competíamos desde el 29 de abril. Vivimos algo que recordaré de por vida: la Fonteta repleta, un público entregado...  Gracias a la afición y a las compañeras que teníamos en ese momento y a las de hace dos temporadas estamos aquí. Este curso va por quienes nos han ayudado a ascender.  

—Habéis hecho fichajes muy importantes: Tamara Abalde, María Pina, Anna Gómez... ¿Cuáles son las aspiraciones reales del Valencia Basket?
Ahora mismo, crecer como equipo. Hemos fichado a jugadoras muy buenas que todavía no han alcanzado su máximo potencial. Esto es solo el principio: tenemos que trabajar, conocernos unas a otras, que las nuevas se adapten a la forma de jugar y al entrenador... Creo que, poco a poco, vamos a ir hacia arriba. 

—¿Notabas que Valencia tenía ganas de volver a tener un equipo en la élite tras la desaparición del Ros Casares? 
¡Por supuesto! Toda la ciudad se volcó con la fase de ascenso.  Estamos muy contentas. Dicen por ahí que somos un poco el ejemplo a seguir porque este club está en la Liga ACB y apuesta también por el femenino. Nosotras le llamamos Valencia Basket no Valencia Basket masculino ni Valencia Basket femenino. Esperemos que otros clubes ACB hagan lo mismo para que esta Liga crezca. Hay muchas buenas jugadoras en España y es una pena que se tengan que ir fuera. 

—Supongo que tendrás una química especial con Maria Bettencourt. Habéis compartido experiencias muy malas y muy buenas. 
Sí. Coincidí con ella en Madrid, en el CREF, en mi debut en Liga Femenina. Fue un curso duro personal y profesionalmente, y Bettencourt estuvo a mi lado. Cuando el año pasado me enteré que fichaba por el Valencia Basket, me puse muy contenta.  Somos casi como hermanas. Mi familia es su familia. Estoy muy contenta de disfrutar y vivir esto con ella. 

—¿Cuando tuviste problemas con José Luis de Gómez-Sellés, Kowalsky, unos de los entrenadores de CREF, cómo te ayudó?
Me pilló un poco de novata. Venía de estar cuatro años fuera. Bettencourt me invitaba a relativizarlo todo, a que desconectase y no me lo tomase como algo personal... Aprendí mucho de una temporada que me hizo más dura mentalmente.   

—¿Qué puntos en común tenéis como capitanas Esther Díaz, María Pina y tú?
El orgullo valenciano. Ésta es nuestra casa, éste es nuestro equipo. Por encima de todo, tenemos que dar siempre nuestro  100% para estar a la altura de la grandeza del club y de la afición. Es el orgullo taronja

—Irene, siempre tienes muy presentes tus orígenes y hablas de tu primera capitana, Gloria. ¿Qué te enseñó?
¿Cómo la has conocido?

—He visto en Youtube la Gala del Deporte de Oliva de 2014, en el que fuiste premiada.  
¡Ah! Siempre digo que tengo muy claro de dónde vengo. Las compañeras del CB Olvia son mis mejores amigas. Allí aprendí el sacrificio, el esfuerzo y la seriedad. Gloria es muy bajita y a lo mejor le costaba jugar, pero siempre estaba ahí: era muy intensa, lo daba todo siempre. Tenía una infinita profesionalidad en los entrenamientos. ¡Y cómo llevaba al grupo! Lo que decía ella se cumplía. Para mí fue una gran capitana y ahora, una gran amiga.  

—En la gala dijiste que quizás no tuviste "el mejor comportamiento" con tu primer entrenador, Óscar. ¿Eras un poco pasota?
Lo típico, cuando eres pequeña tienes tu etapa rebelde y la mía fue entonces. Óscar también tiene un carácter fuerte. Vive el baloncesto apasionadamente, pero bueno... Tenemos muy buena relación. Él también es uno de mis mejores amigos, cenamos juntos, vamos de ruta juntos... Vino a Estados Unidos a visitarme cuando estaba allí.   

—¿Ramon Jordana fue quien te enseñó la disciplina o él te la reforzó?
También me hizo crecer cuando, a los 13 años, el hecho de coger cada día el tren para ir a jugar a Valencia. En la Blume, como muchas jugadoras han dicho, tuve la suerte de encontrarme con Ramon Jordana. Lo que soy es gracias a él. Todo lo que aprendí en cuanto al juego y la fuerza mental es gracias a él. Ramon Jordana te pone en situaciones extremas para que las superes y crezcas, para que tiempo después rescates las herramientas que aprendiste en tu etapa en el Segle XXI y las aproveches. 

—Mientras otras compañeras debutaban en Liga Femenina, tú te fuiste a Estados Unidos. ¿Eso te enseñó a tener más cofinaza en ti misma y apañártelas mejor dentro y fuera de la pista?
Sí, fue una etapa de la que aprendí muchísimo. Estás fuera de casa, convives con otra cultura y aprendes otro idioma... Son factores que te ayudan a crecer y, ahora, también a tener más empatía con las extranjeras que vienen de fuera, como Tinara Moore. Éste es su primer año después de la universidad. Sé cómo se siente, cómo ayudarla. Intento que se adapte lo más rápido posible.  

—¿En Hindú Club de Resistencia es donde realmente te soltaste en la pista?
Me ayudó muchísimo a coger otra vez confianza. Venía de una temporada casi sin minutos en el CREF. Aproveché la experiencia para soltarme, ser yo misma de nuevo y ponerme en forma la siguiente temporada. Mi primera temporada en el Valencia Basket. ¡Ascendimos!  

—¿Cómo son las instalaciones de L'Alqueria del basket? 
Una pasada. Es el sueño de cualquier niño y niña tener unas instalaciones así. En verano me he pasado casi las 24 horas del día ahí porque el club me lo permitió. Creo que tenemos 15 o 16 pistas, gimnasio para nosotras... Es una especie de centro de alto rendimiento y, encima, está en Valencia. Tenemos la suerte de contar con Juan Roig, que cada día invierte más en el club y, sobre todo, en el deporte femenino.

—El Valencia Basket os trata igual a vosotras que a ellos. En la misma rueda de prensa presentan a jugadoras y a jugadores.  
Así es. Es un privilegio estar en Valencia y ojalá pueda seguir aquí el resto de mi carrera. Me gusta la filosofía del club y su apuesta por el deporte femenino. Por la igualdad.   

—¿Qué has aprendido de tu experiencia como delegada de la sub 16?
Un montón de cosas, la verdad. He tenido la suerte de coincidir con un gran cuerpo técnico: Lino López, Raquel Romo, Fabián Téllez... ¡Nombraría a todo el equipo! Hicimos una buena piña. Intenté ayudar al cuerpo técnico y a las jugadoras. Yo también estuve en su piel hace ocho años y sé que se pasan nervios. Intentaba que se tranquilizaran, estar con ellas... Ellas también me buscaban porque sabían que era un poco la referencia.  

—En enero, en El Enfoque de Lou, de La Hora de Lok@s, confesaste que te faltaba mirar más a canasta y tirar. ¿Crees que has dado ese paso? 
Yo creo que sí. Este año estoy intentando mi rol de ser una jugadora de equipo, de buscar las ventajas de mis compañeras, a las interiores en el poste... En definitiva, de saber en cualquier momento para quién jugar. Rubén [Burgos] hace un muy buen trabajo en ese aspecto. Me considero una jugadora de equipo que se exprime en defensa. 

—¿Por qué tu hermano Fernando te inspira tanto? 
Gracias a él juego al baloncesto. Fernardo empezó en el Pamesa Valencia. Ha sido mi modelo a seguir hasta hoy. 

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