Cronómetro de Récords entrevista a la alero del Lima Horta Bàsquet
Toni Delgado / Horta
Benditas fotografías, que nos descubren muchos detalles que nuestros ojos se han perdido. Mientras retrato a Eliana Soriano (1989), sonriente y con el tatuaje con su nombre en hindi bien visible, no reparo en que, al fondo, en un rinconcito del visor, reclaman su espacio varias de sus jugadoras del infantil A del Lima Horta Bàsquet. Las chicas saludan, saltan y se mueven. Vencen porque acaban saliendo en una foto con su entrenadora. El tatuaje de Eliana Soriano es un recuerdo de su primer viaje "a lo grande y
con las amigas (Ruth Eguia, Laura Fàbrega y Olga Ruano)" y se lo hizo poco después de regresar a Barcelona. Eliana Soriano tiene los pies en el suelo, es cercana, apasionada y en una pista no se relajaría nunca ni por todo el oro del mundo. Hace menos de media hora su Horta Lima Bàsquet ha vencido por 75-57 a un Iraurgi que resistió mientras dominó el rebote: "Cuando no somos mejores en ese aspecto, sobre todo en el rebote defensivo, nos cuesta salir a la contra y correr. Si lo hacemos, como en la segunda parte, estamos en nuestra salsa".
—Es casi imposible hacerte una foto en un partido en la que salgas sonriendo. Estás seria y concentrada. Das hasta miedo...
¡Vaya! [Risas]. No eres la primera persona que me lo dice... Tengo dos caras. Fuera soy, seguramente, más simpática que en la pista. Para mí cada balón, canasta y defensa son súper importantes. Supongo que eso se refleja en mi cara de mala leche. No es mala leche: es concentración.
—Es la cara de alguien que no se conforma jamás con ningún resultado. En ese aspecto encajas al completo con Sergio Manzano, tu entrenador.
Creo que siempre he sido así, aunque llevar tantos años con un técnico que siempre quiere más, más y más te hace tenerlo todavía más claro.
—"Todavía hay miradas que me hace, en entrenamientos, que... ¡Matan!", me cuenta Paula Tutusaus.
¡Qué maja [eufemismo], Tutu! [Risas]. Mejor que ella me conoce poca gente... A veces, esas miradas se confunden con enfado con el resto y son de autoexigencia. Me enfado conmigo misma: es frustración propia.
—Pues Paula Tutusaus asegura que le has metido metido muchas broncas por fallar canastas tras una asistencia tuya. Comenta que tu primera intención siempre es pasarla a una compañera.
Bueno... Esa mirada vuelve a salir, pero luego le doy una palmadita en la espalda. Las personas expresivas no podemos engañar a nadie y pagamos con la cara. Aunque una décima de segundo después vea las cosas de otra manera, mi mirada en ese momento refleja que me cabrea que no haya metido esos puntos.
—Cuando me dice algo en los entrenamientos o partidos, me río y ya está. Fuera de la pista es un 10 de persona. Así que me quedo con eso", sigue Paula Tutusaus.
¡Menos mal! ¡Gracias, Tutusaus! Fuera de la cancha nunca he tenido ningún conflicto con nadie.
—¿La actitud de comerte el mundo te hace disfrutar menos en la pista?
No, al contrario. Estoy tan implicada que disfruto del baloncesto al 200%.
—"Aunque no quiera reconocerlo, es un trocito de pan", te describe Judith Turrión.
¡Gracias, Turrión! Supongo que sí, aunque es complicado hablar de una misma... ¿Trocito de pan? Es una buena manera de verlo. Siempre he tenido una gran relación con mis compañeras fuera de la pista.
—Eres un espectáculo. En el homenaje a Sergio Manzano en su último partido como entrenador del Joventut Les Corts se notó que el micrófono te quiere.
Eché bastante de menos un disfraz... ¡Había sido un espectáculo brutal! Fue fácil: era mi casa y quería que fuese especial el adiós de Sergio, a quien le tengo un gran aprecio.
—¿Te ves como comunicadora? ¿Humorista? ¿Liderando grupos?
Nunca me lo he planteado. Soy profesora de natación en un cole y entreno al infantil A [junto a Vane Verbo]. Es muy importante saberte expresar y que te entiendan. Como entrenadora trato de transmitir carácter y ambición. Como profesora no tanto.
—Cuando cogiste el micro, ¿sabías que tú también te ibas a ir del Joventut Les Corts? ¿O casi?
Hasta que finalizó la temporada no me planteé nada.
—Vuestro último partido y el homenaje a Sergio Manzano fueron el 14 de abril y tu fichaje por el Lima Horta Bàsquet se anunció el día 26.
¿Tan pronto?
—Sí.
En ese tiempo me reuní con un par de entrenadores y recibí un par o tres de llamadas. Al final, creí que un cambio me iría bien. También me hizo dudar bastante que el Joventut Les Corts no tuviese claro si saldría o no en Liga Femenina 2 después de unos muy buenos años en la categoría. En cuanto supe del interés de Sergio, mis dudas se disiparon muy rápido.
—Dejaste atrás 17 años en el que había sido tu único club.
En el Joventut Les Corts tengo amigas y personas especiales: niñas, padres que nos vienen a ver aquí... Nuestra salida no fue bonita. Sergio tuvo su despedida, pero alguien como yo o Tutu, que estuvo 10 años, nos merecíamos, al menos, las gracias. Hemos visto al club de Tercera Catalana hasta Liga Femenina 2... Es un poco feo. A la institución le deseo buena suerte.
—Tutusaus dice que si no eres la líder...
Tutusaus, te voy a matar.... A ver... [Risas].
—Sigo... Y es bueno... "Es la líder o una de las líderes del equipo, tanto dentro como fuera de la pista. Domina todos los aspectos del juego y se pone al equipo a las espaldas cuando más se la necesita. En el vestuario, igual. Tiene mucho carácter y ningún problema en decirte las cosas a la cara. Eso es básico en un equipo".
Puede ser. Todo el mundo lleva un líder dentro y es diferente. Ninguna jugadora del Horta Lima Bàsquet tiene más poder que las demás: somos un grupo de personas y líderes. Todas tenemos nuestro papel. En el vestuario puedo ser directa. Y tanto. No me gusta ir con rodeos.
—Intentas decirlo de una manera fina.
Exacto. Que sea muy directa no significa que lo haga a malas ni con malas palabras.
—Muchas veces eso se confunde.
A Turrión le puedo soltar algo que, por cómo soy, sabrá cómo tomárselo. No utilizaría las mismas palabras con alguien que no hace demasiado que me conoce porque sé que no entenderá.
—"Hemos sobrevivido muy bien a la marcha de Nerea Garmendia. Por suerte tenemos a Eli [Soriano], que es un monstruo", te elogió Helena Santamaria en Cronómetro de Récords tras el último partido de la temporada pasada.
Monstruo, bonita palabra. Nere [Garmendia] era para nosotras una líder con una fuerza casi infinita. Cuando se fue, sólo había una opción: que alguien sumara lo más parecido a esa líder y decidí copiar el papel de Nere. El equipo lo necesitaba: tenía una especie de vacío, de agujero. Todas tuvimos que esforzarnos el triple para suplir esa gran baja.
—La ausencia de Nerea Garmendia te exigió ser más líder.
Tal cual.
—En el fondo te ayudó.
¡No, no!
—Tu espalda se acostumbró a cargar con más responsabilidades.
Sí, pero en parte fue como una mini obligación... ¿Sabes? Podía no haber salido bien...
—Pero salió bien.
La suerte.
—Paula Tutusaus y tú siempre sois las únicas en chocaros las manos antes de empezar el partido.
Nunca lo hemos hablado. Simplemente, lo hacemos. Para mí Tutu es vital y me encanta chocar la mano a ella la última. Me gusta saber que está ahí conmigo. Hace muchos años que somos compañeras y amigas.
—Judith Turrión nunca se olvidará de cómo, sobre todo tú, Paula Tutusaus y Nerea Garmendia, la acogisteis en el Joventut Les Corts.
Con Turrión era muy sencillo: entró por la puerta grande, con una sonrisa. Este año soy yo una de las nuevas en el Lima Horta Bàsquet y me lo han puesto fácil. Está bien eso de ser la nueva.
—Las que venís del Joventut Les Corts tenéis muchas aventuras en vuestro historial, como bailar disfrazadas de pez en un avión. El grupo que sigue del Lima Horta Bàsquet era más serio. ¿Ya las habéis transformado un poco?
Bueno... La idea es que para Carnaval se repita un espectáculo parecido. Primero hay que ganar el partido de esa jornada [el 2 de marzo ante el CB Arxil, en Pontevedra] y luego venirse arriba. En un 80% tenemos el disfraz pensado y escogido. A ver si sale bien...
—¿Si perdéis, no os disfrazaréis?
Esto... Que no se entere Sergio. Igual sí...
—¿Tu mejor partido fue el año pasado en Oviedo, con 41 puntos de valoración, 21 puntos, seis rebotes, 11 asistencias, siete recuperaciones y seis faltas recibidas?
Ese día se olvidaron de apuntarme alguna pérdida seguro... [Se ríe]. En Liga 2 diría que sí. De siempre quizás no. Todas, siendo cadete o júnior, tenemos el típico partido en el que se alinean los astros y nos sale todo redondo.
—Siete victorias y ocho derrotas. ¿Qué balance haces de la temporada del Lima Horta Bàsquet?
Este año, creo, es de transición: es tiempo para unir caracteres, grupos y personas. Estamos yendo hacia arriba. La tendencia es ésa. Si este curso no conseguimos estar donde igual la gente cree, el siguiente lo lograremos seguro. La unión entre nosotras será más fuerte.
—¿Por qué te gusta tanto Marc Márquez?
Es un campeón que seguirá siendo el mejor, incluso tras el fichaje de Jorge Lorenzo por Honda. Me encantan Marc Márquez, Carolina Marín o Rafa Nadal porque son deportistas que no se cansan de ganar.
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Helena Santamaria: “Fichar por el Joventut Les Corts es lo mejor que me ha pasado como jugadora”
Eliana Soriano tras el partido. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords. |
Toni Delgado / Horta
Benditas fotografías, que nos descubren muchos detalles que nuestros ojos se han perdido. Mientras retrato a Eliana Soriano (1989), sonriente y con el tatuaje con su nombre en hindi bien visible, no reparo en que, al fondo, en un rinconcito del visor, reclaman su espacio varias de sus jugadoras del infantil A del Lima Horta Bàsquet. Las chicas saludan, saltan y se mueven. Vencen porque acaban saliendo en una foto con su entrenadora. El tatuaje de Eliana Soriano es un recuerdo de su primer viaje "a lo grande y
con las amigas (Ruth Eguia, Laura Fàbrega y Olga Ruano)" y se lo hizo poco después de regresar a Barcelona. Eliana Soriano tiene los pies en el suelo, es cercana, apasionada y en una pista no se relajaría nunca ni por todo el oro del mundo. Hace menos de media hora su Horta Lima Bàsquet ha vencido por 75-57 a un Iraurgi que resistió mientras dominó el rebote: "Cuando no somos mejores en ese aspecto, sobre todo en el rebote defensivo, nos cuesta salir a la contra y correr. Si lo hacemos, como en la segunda parte, estamos en nuestra salsa".
—Es casi imposible hacerte una foto en un partido en la que salgas sonriendo. Estás seria y concentrada. Das hasta miedo...
¡Vaya! [Risas]. No eres la primera persona que me lo dice... Tengo dos caras. Fuera soy, seguramente, más simpática que en la pista. Para mí cada balón, canasta y defensa son súper importantes. Supongo que eso se refleja en mi cara de mala leche. No es mala leche: es concentración.
—Es la cara de alguien que no se conforma jamás con ningún resultado. En ese aspecto encajas al completo con Sergio Manzano, tu entrenador.
Creo que siempre he sido así, aunque llevar tantos años con un técnico que siempre quiere más, más y más te hace tenerlo todavía más claro.
—"Todavía hay miradas que me hace, en entrenamientos, que... ¡Matan!", me cuenta Paula Tutusaus.
¡Qué maja [eufemismo], Tutu! [Risas]. Mejor que ella me conoce poca gente... A veces, esas miradas se confunden con enfado con el resto y son de autoexigencia. Me enfado conmigo misma: es frustración propia.
—Pues Paula Tutusaus asegura que le has metido metido muchas broncas por fallar canastas tras una asistencia tuya. Comenta que tu primera intención siempre es pasarla a una compañera.
Bueno... Esa mirada vuelve a salir, pero luego le doy una palmadita en la espalda. Las personas expresivas no podemos engañar a nadie y pagamos con la cara. Aunque una décima de segundo después vea las cosas de otra manera, mi mirada en ese momento refleja que me cabrea que no haya metido esos puntos.
—Cuando me dice algo en los entrenamientos o partidos, me río y ya está. Fuera de la pista es un 10 de persona. Así que me quedo con eso", sigue Paula Tutusaus.
¡Menos mal! ¡Gracias, Tutusaus! Fuera de la cancha nunca he tenido ningún conflicto con nadie.
—¿La actitud de comerte el mundo te hace disfrutar menos en la pista?
No, al contrario. Estoy tan implicada que disfruto del baloncesto al 200%.
—"Aunque no quiera reconocerlo, es un trocito de pan", te describe Judith Turrión.
¡Gracias, Turrión! Supongo que sí, aunque es complicado hablar de una misma... ¿Trocito de pan? Es una buena manera de verlo. Siempre he tenido una gran relación con mis compañeras fuera de la pista.
—Eres un espectáculo. En el homenaje a Sergio Manzano en su último partido como entrenador del Joventut Les Corts se notó que el micrófono te quiere.
Eché bastante de menos un disfraz... ¡Había sido un espectáculo brutal! Fue fácil: era mi casa y quería que fuese especial el adiós de Sergio, a quien le tengo un gran aprecio.
—¿Te ves como comunicadora? ¿Humorista? ¿Liderando grupos?
Nunca me lo he planteado. Soy profesora de natación en un cole y entreno al infantil A [junto a Vane Verbo]. Es muy importante saberte expresar y que te entiendan. Como entrenadora trato de transmitir carácter y ambición. Como profesora no tanto.
—Cuando cogiste el micro, ¿sabías que tú también te ibas a ir del Joventut Les Corts? ¿O casi?
Hasta que finalizó la temporada no me planteé nada.
—Vuestro último partido y el homenaje a Sergio Manzano fueron el 14 de abril y tu fichaje por el Lima Horta Bàsquet se anunció el día 26.
¿Tan pronto?
—Sí.
En ese tiempo me reuní con un par de entrenadores y recibí un par o tres de llamadas. Al final, creí que un cambio me iría bien. También me hizo dudar bastante que el Joventut Les Corts no tuviese claro si saldría o no en Liga Femenina 2 después de unos muy buenos años en la categoría. En cuanto supe del interés de Sergio, mis dudas se disiparon muy rápido.
—Dejaste atrás 17 años en el que había sido tu único club.
En el Joventut Les Corts tengo amigas y personas especiales: niñas, padres que nos vienen a ver aquí... Nuestra salida no fue bonita. Sergio tuvo su despedida, pero alguien como yo o Tutu, que estuvo 10 años, nos merecíamos, al menos, las gracias. Hemos visto al club de Tercera Catalana hasta Liga Femenina 2... Es un poco feo. A la institución le deseo buena suerte.
—Tutusaus dice que si no eres la líder...
Tutusaus, te voy a matar.... A ver... [Risas].
—Sigo... Y es bueno... "Es la líder o una de las líderes del equipo, tanto dentro como fuera de la pista. Domina todos los aspectos del juego y se pone al equipo a las espaldas cuando más se la necesita. En el vestuario, igual. Tiene mucho carácter y ningún problema en decirte las cosas a la cara. Eso es básico en un equipo".
Puede ser. Todo el mundo lleva un líder dentro y es diferente. Ninguna jugadora del Horta Lima Bàsquet tiene más poder que las demás: somos un grupo de personas y líderes. Todas tenemos nuestro papel. En el vestuario puedo ser directa. Y tanto. No me gusta ir con rodeos.
—Intentas decirlo de una manera fina.
Exacto. Que sea muy directa no significa que lo haga a malas ni con malas palabras.
—Muchas veces eso se confunde.
A Turrión le puedo soltar algo que, por cómo soy, sabrá cómo tomárselo. No utilizaría las mismas palabras con alguien que no hace demasiado que me conoce porque sé que no entenderá.
—"Hemos sobrevivido muy bien a la marcha de Nerea Garmendia. Por suerte tenemos a Eli [Soriano], que es un monstruo", te elogió Helena Santamaria en Cronómetro de Récords tras el último partido de la temporada pasada.
Monstruo, bonita palabra. Nere [Garmendia] era para nosotras una líder con una fuerza casi infinita. Cuando se fue, sólo había una opción: que alguien sumara lo más parecido a esa líder y decidí copiar el papel de Nere. El equipo lo necesitaba: tenía una especie de vacío, de agujero. Todas tuvimos que esforzarnos el triple para suplir esa gran baja.
—La ausencia de Nerea Garmendia te exigió ser más líder.
Tal cual.
—En el fondo te ayudó.
¡No, no!
—Tu espalda se acostumbró a cargar con más responsabilidades.
Sí, pero en parte fue como una mini obligación... ¿Sabes? Podía no haber salido bien...
—Pero salió bien.
La suerte.
—Paula Tutusaus y tú siempre sois las únicas en chocaros las manos antes de empezar el partido.
Nunca lo hemos hablado. Simplemente, lo hacemos. Para mí Tutu es vital y me encanta chocar la mano a ella la última. Me gusta saber que está ahí conmigo. Hace muchos años que somos compañeras y amigas.
—Judith Turrión nunca se olvidará de cómo, sobre todo tú, Paula Tutusaus y Nerea Garmendia, la acogisteis en el Joventut Les Corts.
Con Turrión era muy sencillo: entró por la puerta grande, con una sonrisa. Este año soy yo una de las nuevas en el Lima Horta Bàsquet y me lo han puesto fácil. Está bien eso de ser la nueva.
—Las que venís del Joventut Les Corts tenéis muchas aventuras en vuestro historial, como bailar disfrazadas de pez en un avión. El grupo que sigue del Lima Horta Bàsquet era más serio. ¿Ya las habéis transformado un poco?
Bueno... La idea es que para Carnaval se repita un espectáculo parecido. Primero hay que ganar el partido de esa jornada [el 2 de marzo ante el CB Arxil, en Pontevedra] y luego venirse arriba. En un 80% tenemos el disfraz pensado y escogido. A ver si sale bien...
—¿Si perdéis, no os disfrazaréis?
Esto... Que no se entere Sergio. Igual sí...
—¿Tu mejor partido fue el año pasado en Oviedo, con 41 puntos de valoración, 21 puntos, seis rebotes, 11 asistencias, siete recuperaciones y seis faltas recibidas?
Ese día se olvidaron de apuntarme alguna pérdida seguro... [Se ríe]. En Liga 2 diría que sí. De siempre quizás no. Todas, siendo cadete o júnior, tenemos el típico partido en el que se alinean los astros y nos sale todo redondo.
—Siete victorias y ocho derrotas. ¿Qué balance haces de la temporada del Lima Horta Bàsquet?
Este año, creo, es de transición: es tiempo para unir caracteres, grupos y personas. Estamos yendo hacia arriba. La tendencia es ésa. Si este curso no conseguimos estar donde igual la gente cree, el siguiente lo lograremos seguro. La unión entre nosotras será más fuerte.
—¿Por qué te gusta tanto Marc Márquez?
Es un campeón que seguirá siendo el mejor, incluso tras el fichaje de Jorge Lorenzo por Honda. Me encantan Marc Márquez, Carolina Marín o Rafa Nadal porque son deportistas que no se cansan de ganar.
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