sábado, 7 de marzo de 2020

María Araújo: "Es importante disfrutar hasta de los momentos tensos"

Cronómetro de Récords entrevista a la ala-pívot del Uni Girona en la Copa de la Reina


María Araújo abraza a su compañera Laia Palau. Foto: Toni Delgado / Cronómetro de Récords.

Toni Delgado (@ToniDelgadoG) / Salamanca

"Después de muchos meses, por fin podré ver a mi familia", celebra María Araújo (Vigo, 1997). Busca en la grada a los suyos para abrazarlos y verlos unos minutos. La ala-pívot del Uni Girona brilla en la sombra en un equipo repleto de estrellas que superó con muchos apuros al Cadí La Seu en los cuartos de final de la Copa de la Reina de Salamanca (56-61). Este sábado se enfrentará al Valencia Basket en semifinales (Teledeporte, 16.30 horas).

—También por mérito del Cadí La Seu las cosas no os han salido demasiado bien hoy, pero vuestros rebotes ofensivos (23) han sido claves. Como Laia Palau, que ha aportado sus puntos en los momentos decisivos. 
La capi es la capi. Sabíamos que el partido sería muy reñido hasta el final. Es el derbi catalán y el Cadí La Seu siempre nos da guerra  hasta el último aliente. Como dices, Laia ha aparecido cuando la hemos necesitado y los rebotes en el último cuarto [¡20!] nos han dado oxígeno... ¡La vida! Nos ha dolido mucho que en la primera parte nos ganasen el rebote [23 por 16]. Hemos logrado no venirnos abajo y llevarnos el partido.  

—En el último cuarto habéis cogido muchos rebotes ofensivos consecutivos. 
Sí, pero eso también quiere decir que hemos estado bastante fallonas. No es tan habitual. Cuando sumamos tres rebotes ofensivos seguidos, solemos anotar. Hemos persistido aunque no nos saliesen las cosas. 

—Sois un equipo con muchas estrellas, pero mucho trabajo silencioso. 
En un equipo así también hace falta gente que haga el trabajo silencioso. Para mí Adaora Elonu es clave en este aspecto. Siempre va poquito a poco, sin hacer mucho ruido, y acaba con dobles dígitos. Aportamos todas en muchos aspectos porque puntos nos sobran.  

—En la hormiguita también te incluyo a ti: no metes tantos puntos, pero coges muchos rebotes y apareces en los momentos en los que se decide todo. Y generas muchos puntos. 
Con gente a mi lado con una carrera deportiva mucho más larga que yo creo que tengo que estar bien en esos aspectos como el rebote y la defensa. En ataque ya irán saliendo las cosas.  

—Te adaptas al papel que te exigen en tus equipos: en el Uni Ferrol eras muy anotadoras, subías el balón como una base, aquí, en cambio, sabes cuál debe de ser tu momento. 
Soy camaleónica. Son equipos muy diferentes. En el Uni Ferrol luchábamos, como equipo humilde que es. El Uni Girona es el campéon de Liga con jugadoras como Sonja Vasic, Marta Xargay, Laia Palau... Si no me adaptase al juego, sería mucha más difícil para mí y para el equipo. Èric Surís nos da mucha confianza.  

—¿Qué te aportó a nivel deportivo y humano tu paso por el Wisla Cracovia? 
Siempre lo digo: salir de casa, y más a una jugadora joven, siempre ayuda. También para adaptarte al rol de extranjera, que siempre es un poco más exigente. Estás lejos de tu familia, de tus amistades... Eres un poco más consciente de qué es el mundo del deporte, sobre todo el profesional. Diría que lo que más me ayudó mi etapa en Polonia fue en la cabeza: ahora soy capaz de adaptarme a un rol completamente diferente al que tenía en el Uni Ferrol.  

—¿Te afectaba más el error antes? Recuerdo tu partido de cuartos de final ante el CD Ibaeta en la Copa de Zaragoza. Estabas desquiciada. 
Soy bastante exigente, en general. 

—¿Lo has trabajado con psicólogos?
Sí, también 20 años. Ahora tengo 22. Soy joven. Cuando tienes el peso de un equipo, el error te pasa más factura. Soy exigente. Me siguen afectando los errores. Quiero ser lo más perfeccionista posible, y trabajo para ello. 

—Es más difícil el papel de tirar menos y ser más certera. 
Es cierto. Aunque es lo que marca la diferencia si quieres ser una buena jugadora. 

—¿Cómo marca la diferencia Laia Palau? Ya no sólo en la pista, sino también fuera. 
Para mí Laia Palau es un ejemplo como jugadora: es una veterana que sabe conectar con nuestra parte humana. Eso es lo más difícil. Al final, en juego le sobra talento, calidad... Pone el balón dónde la jugadora lo necesita. Está siempre pendiente de qué necesitamos cada una de nosotras. Eso es lo que hace que esté donde está con 40 años. 

—En el Gernika cambian de compañera de habitación en cada viaje. ¿Vosotras siempre tenéis la misma?
Yo siempre con Núria Martínez. No cambiamos. Nos gustan las costumbres. [Se ríe]. 

—Habláis mucho en el banquillo. Hoy os habéis reído bastante en algunos momentos. 
¡Sí! Tenemos buen rollo y eso se nota en el equipo. Es importante disfrutar incluso de los momentos tensos. Por eso jugamos al baloncesto. Se nota que nos llevamos muy bien. 

—Abby Bishop no ha tardado nada en adaptarse...
Es una gran jugadora y se ha hecho al equipo rápido. Tiene mucha calidad y este tipo de jugadoras se adaptan deprisa. 

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