domingo, 20 de julio de 2008

Hamilton arregla el estropicio de McLaren y se coloca líder en solitario tras su triunfo en Alemania


Hamilton, pensativo, en el podio del circuito de Hockenheim tras sumar su cuarto triunfo del curso -EFE.

Sólo los grandes pilotos son capaces de minimizar sus propios errores y los de su equipo. Un corredor extraordinario tiene la sangre fría para remediar o intentar paliar los problemas que hundirían a uno del montón. Lewis Hamilton (Tewin, Reino Unido, 1985) es el exponente de esa valentía al servicio de la efectividad. En el GP de Alemania el piloto británico volvió a demostrarlo y con su pilotaje evitó que McLaren dejase escapar una victoria fácil. Arregló un estropicio absurdo porque la escudería de Ron Dennis optó por la estrategia más lamentable de los últimos meses: decidió que Hamilton no pasase por boxes tras el aparatoso de Timo Glock y tras el cual salió el safety car. Sus rivales aprovecharon para hacer su última parada, mientras que a través de la radio al británico le dijeron que esperara, que ya repostaría después.

El gran beneficiado de esa estrategia pareció ser Felipe Massa, que rodaba cuarto, tras el propio Hamilton, Nick Heidfeld y Nelsinho Piquet. Pero a 11 vueltas para el final, siete más tarde de pasar por el pit stop, Hamilton atacó a Massa y le puso nervioso. Así que el piloto de Ferrari se abrió y el británico le superó en una curva. Sólo le quedaba por delante Nelsinho Piquet, que había hecho su única parada poco antes de la presencia del safety car. En una situación calcada Hamilton superó al compañero comparsa de Fernando Alonso en Renault, que sorprendentemente fue segundo tras salir 17º. Massa completó el podio en el circuito de Hockenheimring. Tras su octavo triunfo en la Fórmula 1, el cuarto del año y el segundo consecutivo, Hamilton ya es líder en solitario con 58 puntos, cuatro más que el propio Massa, siete que Kimi Raikkonen (fue sexto tras una buena remontada, llegó a rodar 11º) y diez que Robert Kubica (séptimo). Alonso decepcionó y acabó undécimo.

Las dudas del piloto británico

"Imagino que pensaron que podía sacar de nuevo la ventaja de 23 segundos que necesitaba, pero sólo tenía siete vueltas para lograrlo y les pregunté si estaban seguros de lo que hacían", confesó en la rueda de prensa Hamilton, que no estaba nada convencido con la estrategia de su equipo. Hasta ese momento, hasta el accidente de Glock, al que se le rompió el eje de la rueda derecha del Toyota e impactó de culo contra el muro de protección, el piloto de McLaren había dominado la situación con cierta suficiencia, había mantenido la primera plaza que se había ganado con la
pole y tenía al segundo, a Massa, a unos diez segundos. Después, con un par de maniobras, resolvió el entuerto e impidió el desastre de McLaren: "Sabía que tenía que sacar el mayor rendimiento a las ruedas blandas que llevaba en dos o tres vueltas, antes de que comenzara a patinar por todas partes, así que ataqué a Massa al final de la recta y me abrió una puerta muy grande".

Hamilton se rió a carcajada limpia cuando su equipo le pidió perdón y confesó que cuando adelantó a Massa "creí que ya había hecho todo el trabajo". No se esperaba que el Renault que tenía delante, el de Piquet, fuese el monoplaza líder y no un doblado. El brasileño era el más feliz en Hockenheim. "Obviamente estoy muy contento. La estrategia del equipo ha sido muy agresiva y ha funcionado", dijo Piquet, que aprovechó la salida del coche de seguridad para colocarse tercero tras Hamilton y Heifeld, que no repostaron en ese momento. Al final logró el primer podio de la escudería francesa, un regalo por anticipado para él, que cumplirá 23 años el próximo viernes, y una humillación para Alonso.
"Gente como mi compañero que tenía algún problema este fin de semana y no acababa de encontrar el ritmo ni de ir bien, de repente sale un coche de seguridad y se encuentra en el podio", sentenciaba el bicampeón, visiblemente molesto con la proeza de Piquet.

Alonso, que sólo ha sumado 13 puntos (tres más que el otro piloto del equipo), habló de mala suerte en momentos puntuales -como cuando Sebastian Vettel y le barrió el paso en el pit lane o cuando intentó superar a Jarno Trulli y acabó siendo sobrepasado por Raikkonen-. "Con un poco más de fortuna hubiese acabado sexto o séptimo, que es lo que se esperaba", lamentó Alonso.
"Ojalá en la siguiente carrera, otra vez más mala suerte, estoy curado", concluyó.

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