martes, 6 de enero de 2009

José Manuel Calderón: la disciplina como argumento hacia el éxito

Calderón es ya un referente en la NBA -EFE.


Podría ganarse la vida como escritor de libros de autoayuda porque hace lo que dice y se cree lo que proclama. “Mejorar depende de ti”, suele recalcar José Manuel Calderón (Villanueva de la Serena, Extremadura, 1981). Un lema que aplica tras cada entrenamiento porque cuando sus compañeros se van a la ducha el base de Toronto Raptors comienza series de entre 100 y 200 tiros. “El único camino es repetir y repetir”, añade Calderón, convencido de que haberse convertido en el jugador en activo de la NBA con más tiros libres seguidos anotados (75, uno más que Steve Nash; Michael Williams ostenta el récord con 97 en 1993) es el fruto del equilibrio entre la constancia en el ensayo y la fiabilidad de una mecánica de tiro sugerida por un especialista prestigioso, Dave Hopla, que también trabajó con Kobe Bryant.



“José tenía un tiro estupendo”, explica el gurú, que instó al base extremeño a tirar con los codos sobre las cejas para hacerlo con más parábola. “Me enseñó a que el cuerpo debe estar totalmente armonizado para lanzar”, recuerda el alumno aventajado. El resultado ha sido óptimo: Calderón ha pasado de tener un 81’8% de efectividad desde la línea de personal durante la temporada 2006-2007 al 90’8% de la pasada (falló 11 de 120) y al 100% actual. El jugador, de baja por un tirón en la pierna derecha, no falla un tiro libre desde el pasado 11 de abril ante los Nets.



El base de los Raptors intenta asistir a un compañero ante Alston -EFE.



Generar puntos

“Ha pasado y ya está. No voy anotando los tiros que meto. Ni siquiera sabía que no había fallado ninguno. Estoy en otras cosas”,
sentenció Calderón cuando, a finales de noviembre, un periodista le preguntó qué le parecía llevar 40 tiros libres anotados sin error. “Lo importante es que el equipo gane. No podemos permitirnos más derrotas en casa (balance de 7 triunfos y 9 derrotas, 14-21 en general)”, dice ahora el base de los Raptors, que nunca se ha fijado en sus números. Su obsesión siembre ha sido generar puntos antes que hacerlos y optimizar el rendimiento del grupo. Objetivos que ha ido logrando en la NBA, en la que año tras año ha ganado importancia y el respeto de sus rivales. Las estadísticas lo corroboran: en la primera temporada (2005-2006) promedió 5’5 puntos por partido y 4.5 asistencias, mientras que en la actual acumula 13’1 tantos y 8’7 pases. Calderón es el tercer mejor cartero de la Liga estadounidense, un registro que sólo superan Chris Paul (11’5) y Deron Williams (10). Además el pasado 22 de noviembre logró su récord de anotación (26 puntos y ¡15 asistencias!) ante los Nets.

Tras llegar como agente libre el extremeño se ha ganado un contrato de acorde con su liderazgo, 5’8 millones por cada una de las cinco temporadas que tiene firmadas con la franquicia canadiense. Este verano Toronto apostó totalmente por el jugador y decidió traspasar a Indiana Pacers al base titular, T.J. Ford. Fue uno de los trámites para cerrar la operación de llegada a Toronto de Jermaine O’Neal.


Calderón
recibe elogios de la prensa especializada estadounidense e incluso del USA Today. Es un premio a su arriesgada decisión. Podía haber logrado un contrato multimillonario en el viejo continente, pero optó por empezar de cero en EE UU. En el verano de 2005 hizo las maletas y se presentó en un país extraño para él con tres propuestas interesantes, las de Cleveland Cavaliers, LA Clippers y Toronto Raptors. Escogió a estos últimos para iniciar su nueva aventura. La anterior se había cerrado con su elección en el mejor quinteto de la Liga ACB, en la que el Tau
quedó subcampeón ante el Real Madrid tras un epílogo nefasto y un triple de Alberto Herreros. El conjunto vitoriano también acabó segundo en la Euroliga, donde perdió en la final ante el Maccabi.



Calderón, en su etapa en el Tau.


Determinación y seguridad

“Quiero aportar lo mismo que aquí para conseguir lo que importa, que mi equipo termine ganando”, diría Calderón en una entrevista en El País antes de debutar con los Raptors. Un discurso cargado de determinación y seguridad en sí mismo, dos cualidades inasociables al jugador, que con 13 años tuvo claro que quería aceptar la propuesta del Baskonia aunque hacerlo supusiese vivir en Vitoria, lejos de familiares y de su pandilla. Sus padres le llevaron a un psicólogo para que éste aprobara si el chaval estaba preparado o no para la experiencia. El profesional se sorprendió de la madurez de Caldereta (como le llaman sus compañeros de generación) y el acuerdo acabó cerrándose. En Euskadi Calderón vivió en la casa de una señora con otro base, Javi Rodríguez, que ahora juega en el Ricoh Manresa.

Ha sabido tener paciencia y no quedarse en una eterna promesa como tantos otros. Bien asesorado por su entorno, Calderón aceptó de buen grado las cesiones a otros equipos que en su momento le propuso el Tau. Primero se fue primero al Alicante (1999-2001), en el que colaboró para ascender a ACB y no pudo evitar el curso siguiente el descenso. Durante la campaña 2001-2002 jugaría en el Fuenlabrada, en la que hará un tramo final de curso sensacional (23 puntos en 21 minutos ante el Real Madrid, con 5 de 6 en triples) y varios clubes españoles y extranjeros se interesarán por él. Le había costado mucho alcanzar la fama y el reconocimiento, algo que lograron sus compañeros de selección, algunos integrantes de los llamados Júniors de Oro: Felipe Reyes, Juan Carlos Navarro, Pau Gasol o Carlos Cabezas ganaron el Mundial de Lisboa de 1999 mientras Calderón les aplaudía desde casa. Se lo perdió por una lesión.



'Caldereta', durante un partido del Eurobásket de España -EFE.

Debut inesperado
El destino le concedería una oportunidad inesperada, aunque fuese por la desgracia de su amigo Raúl López. La inoportuna lesión del base catalán hizo que el entonces seleccionador Javier Imbroda convocase a CalderónTorrelavega. El 20 de agosto de 2002 Caldereta debutaba con España ante CroaciaMundial de Indianápolis para un amistoso en con cinco puntos. Tan sólo jugaría un partido más de preparación antes de viajar al como tercer organizador tras Nacho Rodríguez y Carles Marco. Sumó 2’3 puntos por encuentro en un torneo en el que la selección perdería en cuartos ante Alemania y lograría un meritorio quinto lugar tras vencer a EE UU.


Calderón daría un paso decisivo en el Eurobásket de Suecia de 2003, en el que se repartió los minutos con Marco y anotó 4’5 puntos y repartió 2’3 asistencias por partido. España lograría la plata tras perder la final ante Lituania. Un año después, en los Juegos Olímpicos de Atenas, ya fue el base titular de la selección, que cedería en cuartos ante EE UU. (ese día anotó 19 puntos). La ausencia de Pau Gasol en el Eurobásket de Belgrado de 2005 le dará más responsabilidad y Calderón (10’5 puntos y 2’5 asistencias) incluso se jugará el tiro decisivo en cuartos ante Alemania (otra vez). El triple de Dirk Nowitzki justo antes acabaría siendo decisivo.


Reyes y Calderón besa la medalla de plata en Pekín.

Líder de la selección
Los éxitos estaban muy cerca. Llegarían en el Mundial de Japón, en el que Calderón se convirtió en el organizador de un equipo perfecto en la pista y ejemplo fuera de ella. El primer oro de la historia de la selección llegó con 7’2 puntos y 3’2 asistencias del base extremeño, espectacular un año después en el Eurobásket de España de 2007 (12’3 puntos y 2’6 asistencias). Pocos dudan que si la selección hubiese ganado a Rusia en la final de Madrid Calderón hubiese recogido el trofeo al MVP: siempre apareció en los momentos más complicados para su equipo con triples más que decisivos. En los pasados Juegos Olímpicos de Pekín supo aceptar la eclosión del joven prodigio Ricky Rubio, que se convirtió en el tercer jugador más utilizado del grupo tras Pau y Rudy. La plata ante Estados Unidos confirma que las diferencias entre el juego de unos y otros se han reducido considerablemente.

Sonríe Calderón cuando se le recuerda que durante los primeros meses en la NBA la prensa criticaba su forma de lanzar los tiros libres. “Es muy malo lanzando tiros libres, un desastre”, dice que llegó a leer. “Me cabreé y me lo tomé muy en serio para mejorar”, sentencia. Hopla le ayudó a encontrar la mecánica de tiro adecuada, pero sin su constancia no podría podido convertirse en el quinto mejor jugador de la historia en lograr más tiros desde la línea de personal seguidos (en la temporada 2000-2001 en el Alicante sólo metió el 65% de los que lanzó). Quién sabe si será capaz de batir el mejor registro de la NBA, el de 95’8% del ex jugador de Houston Rockets Calvin Murphy (1980-1981). La disciplina siempre ha sido el principal argumento de Calderón para mejorar. Ha sido su camino hacia el éxito.

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